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Elecciones en Alemania

Los liberales se comprometen con Merkel

El congreso del FDP rechaza un pacto de coalición tripartito con socialdemócratas y ecologistas - Los Verdes advierten que nunca apoyarán a un Gobierno "neoliberal"

El presidente del Partido Liberal Democrático (FDP), Guido Westerwelle, fue ayer tajante en sus planes de pactar con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel tras las elecciones generales del día 27. En el congreso extraordinario celebrado ayer en Potsdam, los delegados liberales rechazaron por unanimidad la posibilidad de pactar con Los Verdes un Gobierno tripartito que diera la Cancillería al candidato socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier (SPD). En el discurso que cerró el Congreso, Westerwelle defendió su proyecto de una coalición de centro-derecha y destacó sus planes de rebajar los impuestos si CDU y FDP logran una "nueva mayoría". La suficiente para echar al SPD del Gobierno, que en la actualidad está formado por una gran coalición entre CDU y SPD. A su vez, la cúpula de Los Verdes también rechazó cualquier pacto con los democristianos para formar un tripartito con los liberales.

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Así, el panorama de posibles coaliciones tras los comicios generales se desenmarañó sustancialmente. El compromiso liberal de quedarse con Merkel deja sólo dos posibilidades previsibles. Si la apuesta no resulta, sólo quedará como alternativa reeditar la gran coalición actual. Ayer, Steinmeier reiteró que, pase lo que pase, no se apoyará en La Izquierda para formar Gobierno.

Westerwelle comenzó su discurso pidiendo un "cambio histórico". Pasa éste por el fortalecimiento de la clase media mediante la reducción de los impuestos. La política fiscal y el apoyo a las medianas empresas. "A los ricos", aseguró Westerwelle ante sus entusiastas delegados, "les da igual que bajemos los impuestos". Según su lectura, la rebaja fiscal que proponen FDP y CDU beneficiará a las clases medias "que no se pueden ir a un paraíso fiscal con sus ingresos". En su ensayada ponencia, el jefe de la oposición abogó por reformar de inmediato los impuestos de sociedades y de sucesiones. La subida del IVA acordada por el actual Gobierno le sirvió para atacar a los socialdemócratas, que fueron a las elecciones de 2005 prometiendo no tocarlo. Al final, CDU y SPD pactaron una subida del 3% que se aplicó en 2007. Afecta ésta "a los pobres más que a los ricos" y "nivela" a todas las regiones sin tener en cuenta la renta per cápita.

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Respecto al SPD, que en los últimos días ha sugerido sus intenciones de pactar un gobierno con verdes y liberales, Westerwelle fue tajante: "Hay que evitar una nueva Gran Coalición y un gobierno con La Izquierda". Dio poco crédito a las promesas de la actual cúpula socialdemócrata respecto al partido de Oskar Lafontaine, Westerwelle subrayó las negociaciones en Sarre y Turingia, donde el SPD quiere gobernar con Verdes y La Izquierda. "Si los de ahora no lo hacen, lo hará la próxima generación de líderes, quizá Wowereit". Wowereit gobierna la Ciudad Estado de Berlín en coalición con los "comunistas y socialistas", a los que denostó Westerwelle.

El presidente de los liberales quiso insistir en el aspecto social de su programa y atajar así las críticas socialdemócratas. Abogó por aumentar las inversiones en educación y atacó de paso las subvenciones por cambiar de coche, adoptadas como herramienta contra la crisis. "Esos 5.000 millones de euros deberían haberse invertido en jóvenes talentos en lugar de coches viejos". Además, Westerwelle insistió en la reforma de la seguridad social "que no ha de dejar a nadie sin cobertura" pero sí permitir "la competencia" y la libre elección de médicos y de tratamientos.

También apeló Westerwelle a la vocación liberal de defender los derechos civiles. En uno de los momentos más aplaudidos de los 80 minutos del discurso, arremetió contra los planes de vigilancia por Internet propugnados por Interior. También destacó que el Ejército alemán no debe actuar en Alemania en misiones antiterroristas. Defendió, además, la presencia alemana en Afganistán.

Westerwelle sirvió su ración de populismo regada de la aspiración políticamente correcta de defender a las mujeres de los llamados "crímenes de honor" entre inmigrantes. Criticó además el empleo del ex ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, en la eléctrica RWI, dueña de varias centrales nucleares.

Mientras los delegados aplaudían a Westerwelle durante más de cuatro minutos en Potsdam, Los Verdes celebraban un "minicongreso" en Berlín. Este partido también descartó la coalición con democristianos y liberales, a los que llamaron "neoliberales". Si el FDP y el SPD cumplen sus respectivas promesas de ayer, ésa hubiera sido la única posibilidad verde de gobernar. Tienen buenas expectativas de voto y pocas posibilidades de ocupar algún ministerio. Los candidatos Jürgen Trittin y Renate Kühnast anunciaron que irán a las negociaciones postelectorales proponiendo un cambio en la estrategia de Afganistán y medidas para el "apagón atómico" en la próxima década. Sus diferencias con el FDP son cardinales en estos dos temas.

La canciller alemana, Angela Merkel, durante un acto electoral celebrado ayer en Lindau.
La canciller alemana, Angela Merkel, durante un acto electoral celebrado ayer en Lindau.REUTERS

Los programas

- FDP. Promete apoyar a la clase media y a las medianas empresas. "A los ricos les da igual que bajemos los impuestos", dijo su líder. Aboga por aumentar las inversiones en educación en lugar de destinar subvenciones para fomentar la renovación de automóviles. Defiende la presencia alemana en Afganistán.

- Los Verdes. Proponen un cambio de estrategia en Afganistán y medidas para el "apagón atómico" en la próxima década.

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