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12ª JORNADA DE LIGA | RAYO, 4 - REAL SOCIEDAD, 0

Guateque en Vallecas

El Rayo, en superioridad numérica desde el minuto 11, aprovecha el infortunio de la Real (4-0) para acabar goleando

Acostumbrado a la austeridad y cómodo a contracorriente, la tarde se le puso de cara al Rayo Vallecano. Tardó en asumirlo, pero acabó recreándose. Con superioridad numérica y un gol a favor a los 10 minutos, tras el penalti y expulsión de Íñigo Martínez, el equipo de Sandoval -que lo vio desde la grada por sanción- se dio un homenaje. Un modesto festín liderado por Michu y coronado por Trahorras para cargar el depósito de confianza de cara al resto de travesía.

Se cruzaban en Vallecas dos estadísticas famélicas. El Rayo solo había conseguido dar una alegría en forma de victoria a su afición -ante el Málaga- y la Real olvidó el sabor del triunfo fuera de Anoeta tras vencer al Sporting en el Molinón en el estreno del campeonato. Los de Montanier no suman de tres en tres desde hace más de un mes y, tras seis jornadas sin ganar, veían el estadio vallecano como territorio propicio para resarcirse según declararon varios de los jugadores antes de viajar a Madrid. Nada más lejos de la realidad. Acabaron la tarde con otra derrota y el vértigo de entrar en zona de descenso -un territorio que no visitaron en todo el curso pasado-.

RAYO VALLECANO, 4 - REAL SOCIEDAD, 0

Rayo Vallecano: Cobeño; Tito, Labaka, Jordi, Casado; Javi Fuego, Movilla; Lass (Susaeta, m. 77), Michu, Piti (Michel, m. 67); y Delibasic (Trashorras, m. 62). No utilizados: Dani Giménez; Sueliton, Rafa García y Koke.

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Demidov, Íñigo Martínez, De la Bella (Estrada, m. 15); Markel (Illarramendi, m. 3), Mariga; Xabi Prieto, Zurutuza, Griezmann (Mikel González, m. 71); y Carlos Vela. No utilizados: Ramírez, Aranburu, Llorente y Agirretxe.

Goles: 1-0. M. 12. Piti, de penalti. 2-0. M. 49. Michu. 3-0. M. 62. Michu. 4-0. M. 73. Trashorras.

Árbitro: Muñiz Fernández. Expulsó a Íñigo Martínez con tarjeta roja directa por cometer penalti sobre Delibasic (m. 11) y amonestó a Jordi y Estrada.

Unos 8.000 espectadores en Vallecas.

Sin tiempo para romper a sudar, el conjunto donostiarra se vio azotado por la adversidad. En apenas 15 minutos, dos lesiones, un penalti, un gol en contra y una expulsión, les dejaron tambaleándose sobre el tapete. Markel Bergara y De la Bella se marcharon renqueantes camino de la enfermería con problemas musculares. Y, entre lesión y lesión, Íñigo Martínez vio la tarjeta roja directa por obstaculizar en el área pequeña a Delibasic en su intento de embocar a puerta vacía un balón que se resistía a entrar tras un zambombazo de Michu que Bravo apenas pudo despejar.

Una oda al infortunio y la fatalidad protagonizada por el conjunto donostiarra que encarriló el partido para los de Sandoval mucho antes de que hubieran hecho méritos para verse en semejante posición de privilegio. Piti anotó la pena máxima y Montanier certificó la pesadumbre de la Real. Pero este Rayo es un equipo de impulsos. Con la abnegación como libro de estilo y acostumbrados a remar contracorriente, a los de Sandoval les cuesta gobernar los partidos con el viento a favor. El conjunto vallecano entiende más de voluntarismo que de medir los tiempos y no acaba de encontrar el libro de instrucciones para dominar con pausa y firmeza a su rival, por lastrado que se encuentre. Así lo acreditó el paso de los minutos. La posesión estéril de los locales, sin el vértigo de Botelho y la picardía de Tamudo, apenas llevaba peligro a la portería de Bravo.

Enfrente, el mexicano Vela se manejaba como un náufrago en la punta del ataque visitante. Sin recursos, mustios y pusilánimes ante su desdicha, la embarcación donostiarra había quedado reducida a unas tablas que apenas se sostenían con el talento de Illarramendi, que recibió una precipitada alternativa en el mediocentro después de casi un mes fuera del equipo por lesión.

El repliegue de las mermadas filas donostiarras empujó al Rayo, por pura inercia, a merodear con asiduidad la meta de Bravo y ahí apareció el corpachón de Michu. El mediapunta ovetense, que esta temporada se estrena en Primera con 25 años, se animó con decisión a aprovechar las ventajas que ofrecía el partido. Marcó dos goles -que le acreditan como máximo goleador del Rayo con cinco tantos- y descorchó la fiesta. En apenas 10 minutos exhibió lo mejor de su repertorio y acabó con la poca incertidumbre de la tarde. Primero, rompió las bisagras de Demidov y dejó destemplado al central tras ganarle un baile dentro del área. Después, irrumpió con decisión ante la portería rival para rematar de un puntapié otra asistencia de Lass.

Con el guateque desatado en Vallecas, Trashorras redondeó la goleada con un elegante zapatazo de falta directa desde más de 20 metros que selló un inusitado frenesí goleador para los locales. El primer festín del Rayo en su retorno a Primera.

Los jugadores del Rayo celebran el primer gol ante la Real Sociedad.
Los jugadores del Rayo celebran el primer gol ante la Real Sociedad.EFE

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