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El 3 de enero comienza la nueva edición del Dakar en Buenos Aires

El viaje por tierras argentinas obligará a subir a la caravana por encima de los 4.000 metros, un nuevo aliciente para la carrera

El Dakar apuesta por la novedad de un recorrido ambicioso jalonado de paisajes admirables unido a dificultades diferentes de las africanas en su primera edición sudamericana, cuyo trayecto fue en parte desvelado hoy en París. En presencia del secretario de Estado argentino de Turismo, Carlos Enrique Meyer, y del chileno de Deportes, Jaime Pizarro, el responsable del Dakar, Etienne Lavigne, reveló detalles de una prueba que comenzará en Buenos Aires el próximo 3 de enero y terminará en la misma ciudad el 18. Entre medias, 9.000 kilómetros de recorrido, 6.000 de ellos cronometrados, divididos en una quincena de etapas, con una jornada de descanso en la localidad chilena de Valparaiso. Las largas llanuras de Buenos Aires y La Pampa, territorios más variados en Río Negro y Chubut, la arena de Mendoza y, sobre todo, de Atacama y la altura andina son algunas de las propuestas novedosas que ofrece el primer Dakar de la historia que no se disputará en África.

"Hemos previsto todos los elementos que gustan a los participantes del Dakar, navegación, etapas rápidas, arena,... y a ellos le hemos sumado alguna novedad, como la altura", afirmó Lavigne, entusiasmado con los paisajes que el rally visitará. Han tratado de "dosificar los obstáculos" para presentar etapas diferentes y "sorprender a los participantes, dijo Lavigne. La caravana del Dakar, que los organizadores esperan que sea tan nutrida como la de las últimas ediciones, atravesará en las primeras etapas la provincia de Buenos Aires, hasta Santa Rosa, se internará en la Pampa, cruzará Río Negro y pasará a Chubut, punto más septentrional del recorrido.

Pasará por Puerto Madrid, frente a Península Valdés, antes de volver hacia el norte, de nuevo por Río Negro, con escala en Jaccobachi y Neuquén. Esta primera parte del recorrido estará compuesto por etapas largas y rectilíneas y será la oportunidad para los velocistas de sumar puntos en la carrera, según Lavigne. Comenzará después un imperceptible ascenso y los pilotos descubrirán una dificultad novedosa derivada del paso por la cordillera andina, que faldearán por La Pampa y Mendoza, con parada en San Rafael y en la capital mendocina.

Los participantes, que estarán particularmente alertados de las duras condiciones que encontrarán en la altura, cruzarán los Andes en un recorrido no cronometrado antes de llegar a Valparaiso, sede de la jornada de reposo. Por delante resta la travesía del desierto de Atacama, donde el paisaje recordará las añoradas dunas africanas pero que sumará a la arena unas extremas condiciones meteorológicas derivadas del verano austral, con temperaturas nunca vistas en el Sahara en enero.

Será un nuevo ambiente para la caravana dakariana, con travesías por La Serena y Copiapó, en las provincias de Coquimbó y Atacama, donde los organizadores estudian efectuar varias jornadas para aprovechar un terreno complicado. El retorno a tierras argentinas obligará a subir a la caravana por encima de los 4.000 metros, un nuevo aliciente novedoso que dará otro tono al Dakar, que puede incluso ver la nieve. Lavigne destacó las particulares condiciones que deberán afrontar los participantes en altura, sobre todo, los motoristas, que en sus trayectos africanos nunca se vieron confrontados a este fenómeno. La provincias de Catamarca, con paso por Fiambalá, y La Rioja, con llegada a la capital del mismo nombre, pondrán al rally de nuevo rumbo a Buenos Aires.Restará atravesar Córdoba, incluida la capital, y un breve trayecto por Santa Fe antes de retornar a la capital. El recorrido definitivo todavía no ha sido decidido y los equipos de la organización siguen trabajando sobre el terreno. Ya tienen tres cuartas partes del trayecto, pero faltan algunos detalles, entre ellos, dos o tres ciudades de paso, señaló Lavigne.

Estudian algunos circuitos, etapas sin asistencia y alguna con campamentos separados entre coches y motos, elementos que fueron ya utilizados en el pasado en los Dakar africanos. Los organizadores han tenido carta blanca de Argentina y Chile, con la única condición de respetar los espacios protegidos, tanto los naturales como los históricos o arqueológicos. Lavigne indicó que uno de los problemas que tendrán que gestionar es la abundante presencia de público que esperan en cada etapa, que, "dado el amor que en esos países hay por los deportes de motor, será muy superior a África". La caravana europea del rally embarcará en Le Havre a finales de noviembre y llegará 21 días después a Argentina. El trayecto lo pagará la organización, por lo que el Dakar en Sudamérica no será más caro que en África.

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