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El Racing se queda a medias

El equipo cántabro recupera su identidad pero no logra superar al Schalke

El Racing logró ayer su primer punto en la liguilla de la Copa de la UEFA, pero rescató algo más importante: el empuje y la inteligencia que le hicieron destacar, y de qué manera, la temporada pasada. El equipo de Muñiz compensó el mayor rendimiento físico del Schalke 04, al fin y al cabo un equipo alemán, con un mayor respeto a la pelota. Tchité, que sigue inspirado, sembró la ilusión firmando su cuarto gol en apenas cinco días -tras los tres que le endosó al sábado al Valencia-, pero la lógica alemana no tardó en aparecer. La próxima jornada, el Racing viajará al Parque de los Príncipes para medirse al París Saint Germain, otro duelo contra un equipo más acostumbrado que el cántabro a viajar por Europa.

RACING 1 - SCHALKE 1

Racing: Toño; Pinillos, César Navas, Marcano, Sepsi; Colsa, Lacen, Óscar Serrano, Munitis; Pereira y Tchité. No utilizados: Coltorti; Expósito, Luccen, Gonçalves, Valera, Moratón y Christian.

Schalke 04: Neuer, Westermann, Rafael Ferreira, Bordón, Kobiashvili; Engelaar, Streit, Ernst (Jones, m. 86), Rakitic (Altintop, m. 66); Farfán y Kuranyi (Asamoah, m. 78). No utilizados: Fahrman; Sánchez, Krstajic y Howedes.

Goles: 1-0. M. 60. Tchité, después de un rechace de Neuer a tiro de Pereira. 1-1. M.63. Engelaar, de disparo con la pierna izquierda desde fuera del área.

Árbitro: Stefan Johannesson (Suecia). Amonestó a Streit, Ernst, Serrano y Munitis.

15.505 espectadores en El Sardinero, con presencia de 700 seguidores del equipo alemán.

Al Racing le costó entrar en el partido, pero se sacó los nervios de encima a medida que se fue contagiando de la atmósfera electrizante de El Sardinero. Allí se juntaron dos aficiones que competían por ver cual era la más bulliciosa. Ganó la racinguista, por supuesto, pero los 700 hinchas alemanes presentes en el estadio no pararon de dar aliento a lo suyos.

El Schalke plantó al gigantón holandés Engelaar en el centro del campo, una medida que descolocó al Racing, incapaz de hacerse un sitio de igual a igual. El equipo alemán no se anduvo con contemplaciones: todos sus medios y delanteros, cuando no sabían que hacer, buscaron los tiros desde fuera del área. Así llegó su mejor ocasión. Engelaar disparó, Toño rechazó y Kuranyi mandó la pelota fuera. Ahí se acabó el Schalke de la primera mitad.

El Racing se las ingenió entonces para corregir su desventaja en la medular. Y lo hizo gracias a la actitud de Munitis y Pereira, muy activos en todo momento. A pesar de no atacar con claridad, la pulcritud del equipo de Muñiz con la pelota le fue acercando a la meta de Neuer. No obstante, fue Engelaar quien más hizo por el Racing, ya que estuvo a punto de marcar en propia puerta poco antes del descanso.

El Schalke tuvo siempre grandes dificultades para sujetar a Pereira. Una incursión suya en el área la concluyó Tchité con el gol del Racing. Pero Europa exige un esfuerzo mayúsculo, en el que no tienen cabida los descuidos. No es que el Racing los tuviera, pero Engelaar, que ya demostró en la Eurocopa que lo mismo vale para distribuir que para inutilizar al rival, se inventó un disparo con la pierna izquierda que valió la igualada.

De ahí hasta el final, el Racing no puso límites al esfuerzo, pero el coste físico -pues sorprendentemente Muñiz no ordenó sustitución alguna- le obligó a andar con toda la precaución del mundo. El Schalke, mientras, buscó el gol de la victoria, pero su empuje no le dio para tanto.

Lacen, a la derecha, pelea por el balón con Rakitic
Lacen, a la derecha, pelea por el balón con RakiticAFP

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