_
_
_
_
_
FÚTBOL | SPORTING 2- VALLADOLID 1

Barral y Carmelo la toman con el Valladolid

El Sporting estuvo a punto de pagar cierta frivolidad, al recrearse en su superioridad, con un empate que hubiese puesto de uñas a su afición. Con 2-0 y un jugador más, el equipo gijonés se cansó de fallar oportunidades. Marcó García Calvo en el 87 y la gente se puso a temblar. Y no sólo de frío.

En cuatro días, Carmelo y Barral le han amargado la vida al Valladolid, con la ayuda inestimable de una defensa impropia de un equipo entrenado por Mendilibar. Todo el rigor y la solidez que se le supone a un equipo del técnico vasco quedaron en entredicho en su doble visita a Gijón.

El miércoles, en la Copa, las rotaciones invitaban a pensar en un Valladolid de circunstancias. Pero ayer, con los teóricos titulares, todo siguió igual. O peor, ya que el Sporting no jugó con tanto empuje. Ni siquiera García Calvo dio sensación de solvencia y Barral lo aprovechó a la primera.

Sporting 2 - Valladolid 1

Sporting: Sergio Sánchez, Sastre, Iván Hernández, Neru, Canella, Diego Camacho, Michel, Luis Morán (Maldonado m 72), Carmelo (Lora m 81), Diego Castro y Barral (Bilic m 64).

Valladolid: Justo Villar, Luis Prieto, Iñaki Bea, García Calvo, Marcos, Álvaro Rubio, Canobbio (Goitón m 45), Vivar Dorado, Pedro León (Aguirre m 64), Victor (Óscar Sánchez m 37) y Sesma.

Goles: 1-0, m.18: Carmelo. 2-0, m.35: Barral. 2-1, m.88: García Calvo.

Árbitro: Pérez Lasa, del Comité Vasco. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Marcos (m. 31) y mostró tarjetas amarillas a Sastre (m. 17), Diego Camacho (m. 32), Luis Prieto (m. 67), Óscar Sánchez (m. 72), Michel (m. 90)

Incidencias: Alrededor de 21.000 espectadores entre ellos medio

millar de seguidores del Valladolid.

Hasta ese momento, el Valladolid jugó a sus anchas, pero con tan poca garra que el dominio no pasó de un vistoso ejercicio estético en el centro del campo. El Sporting, fiel a su juego directo, intentaba robar y conectar con su pareja atacante, que Preciado mantuvo a costa de dejar en el banquillo a su máximo goleador, Bilic.

Con la expulsión de Marcos y, casi de inmediato, el 2-0, el partido parecía resuelto. Una sensación que se confirmó en el segundo tiempo. Los jugadores rojiblancos creyeron llegado el momento del lucimiento personal y el tercer gol se resistió. Por eso el Valladolid, cuando se encontró con su gol, se fue arriba con todo y puso a todo El Molinón de los nervios.

Carmelo González celebra con sus compañeros el gol ante el Valladolid
Carmelo González celebra con sus compañeros el gol ante el ValladolidEFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_