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LIGA DE CAMPEONES | OLYMPIQUE LYON 1 - BARCELONA 1

A falta de juego, resultadismo

Henry rescata el empate después de que el Barça estuviera a merced del juego físico del Lyon

Noqueado en el derby, al Barça le llevó más de una hora levantarse de la lona del estadio Gerland, aturdido también por la fanfarria de la Liga de Campeones, torneo que obliga a jugar muy despierto. Tomó un gol de falta nada más empezar el partido y sólo alcanzó el empate a la salida de un córner después de un partido parecido al del Espanyol. El Lyon jugó fuerte, al límite del reglamento y Juninho ejerció de colegiado con la misma fortuna que Lo Pelat. La diferencia estuvo en que, en Lyon, los barcelonistas salvaron al menos el resultado.

No está fino el Barcelona. Ha perdido fluidez y ya no juega con alegría sino que anda tenso por tanta competición. Tampoco Messi está en su mejor momento. No ataca como de costumbre y el equipo se afloja en exceso, concede excesivas ocasiones y escasean los goles. Puede que esté fatigado. Tiene, sin embargo, mucho amor propio. Supo sobreponerse a la adversidad en un encuentro muy puñetero, en que los errores penalizan mucho y ganó un tiempo precioso en espera de reencontrarse con su mejor versión. Más que de enfermo, tiene cara de estresado.

OLYMPIQUE 1 - BARCELONA 1

Olympique Lyon: Lloris; Mensah, Cris, Boumsong, Grosso; Makoun, Toulalan, Juninho (Källström, m. 79); Keita (Pjanic, m. 88), Benzema y Ederson (Delgado, m. 64). No utilizados: Vercoutre; Piquionne, Mounier y Gassama.

Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Márquez, Puyol; Xavi, Touré, Busquets (Keita, m. 77); Messi, Eto'o y Henry. No utilizados: Pinto; Cáceres, Gudjohnsen, Bojan, Sylvinho y Hleb.

Goles: 1-0. M. 7. Juninho sorprende a Valdés en una falta directa desde el lateral del área. 1-1. M. 67. Henry remacha en plancha un córner lanzado por Xavi y peinado por Márquez.

Árbitro: Wolfgang Stark (Alemania). Amonestó a Toulalan, Grosso, Busquets, Alves, Puyol y Cris.

Estadio Gerland: 40.000 espectadores.

Ayer pretendía recuperar cuanto antes las buenas sensaciones. No le convenía caer en la ansiedad ni tampoco conceder un gol que le obligara a otro remonte como venía ocurriendo en muchos partidos. A nadie le extrañó por tanto que formara con muchos peloteros y saliera al estadio Gerland con la pelota cosida a los pies. El toqueteo, sin embargo,apenas duró siete minutos, el tiempo que tardó Juninho en atizar dos patadas defensivas para cortar el avance barcelonista y transformar después una falta lateral mal tapada y peor defendida por Valdés.

El gol estimuló la agresividad local, ante la permisividad del árbitro, y desmontó la defensa azulgrana, blanda y espantada, enfrentada sin piedad por Benzema. Márquez estuvo a punto de regalar un segundo gol tras un mal rechace y por momentos cada jugador del equipo francés se sintió el delantero más fuerte del mundo. Al Barça todo le parece ir mal ahora de la misma manera que antes le salía bien. Incluso Eto'o ha dejado de ser infalible y sus remates dan en el palo y salen hacia fuera, como ayer, por la misma regla de tres que antes iban dentro.

No fue tanta mala suerte porque al poste derecho de Valdés remató también poco después Benzema. Touré no conseguía enganchar al equipo y el Barça se perdía en la cancha, incapaz tanto de cerrar bien su área y de pasar de la línea de tres cuartos, defendida con un fútbol de trincheras por el Lyon. Puel aprendió de Pochettino y sus futbolistas se aplicaron en la marca, en el cuerpo a cuerpo, en un juego físico que se llevó por delante a Messi, maltratado en el campo y abucheado por una afición tan intimidadora como su equipo.

Aunque Xavi filtraba un buen pase de vez en cuando y Alves ponía algún centro, los barcelonistas no atinaban a gobernar la contienda y facilitaban las transiciones directas de los lioneses, muy puestos en defensa y siempre pendientes del robo de la pelota para tirar la contra. Terreno abonado para Benzema, un ariete poderoso y rematador, siempre presente en el partidoa diferencia de su compatriota Henry, fuera de onda, enamorado de sí mismo, confiado en su buena estrella. La clariviencia del Olympique contrastaba con la confusión del Barça.

A los azulgrana les faltaba profundidad y verticalidad, apenas se ganaban espacio para el remate con su juego de control, y no sabían cómo meterse en el partido. El equipo ha perdido lucidez y confianza, la misma que han ganado los rivales, que por otra parte ya no le tienen ningún respeto. Los azulgrana mantienen, sin embargo, la perseverancia y no se abandonan a la fatalidad. A falta de juego y de futbolistas, bien valen las jugadas de estrategia, en contra como a favor, y si encajó un gol de falta, después empató en un córner. Xavi botó el saque de esquina, Márquez peinó el balón y Henry empujó a la red.

Una jugada le permitió al delantero reivindicarse en su país tras una mediocre actuación. Los guiños del fútbol son así de caprichosos, y el Barcelona encontró aire en una acción a balón parado cuando se le tiene por un equipo especialmente dinámico. El gol actuó como un sedante para los dos equipos y el partido se apagó después de un inicio muy encendido. La vuelta amenaza con ser parecida a la ida. El Lyon jugará igual. La incógnita está en saber en quépunto de forma se encontrará el Barcelona, encomendado ahora al resultadismo cuando antes era el rey del juego.

Henry se reincorpora tras marcar su gol al Lyon.
Henry se reincorpora tras marcar su gol al Lyon.REUTERS
El entrenador del Barcelona, Josep Guardiola, se mostró satisfecho del empate a un gol logrado ante el Olympique de Lyon en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. "Considero que es un muy buen resultado. Hemos hecho un gol ante un muy buen equipo y creo que nos costará pasar a cuartos", afirmó el técnico catalán.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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