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FÚTBOL

El Athletic resucita en Soria

A pesar de jugar con 10 durante 70 minutos, el cuadro de Caparrós supera a un Numancia que se dio a la autocomplacencia

Emociones fuertes. El Athletic, al parecer necesita emociones fuertes que le acerquen al abismo para ver el miedo. Si de paso, en sentido contrario se encuentra un equipo como el Numancia, timorato y acomodado (sí, acomodado, a pesar de ser el colista) mejor que mejor. Si además, el árbitro le manda a la ducha a Aitor Ocio por una segunda tarjeta absurda, cuando el Athletic ya perdía por uno a cero. Y si además el gol encajado es fruto de un rebote desafortunado, también de Aitor Ocio, el cúmulo de adversidades no podía sino enrabietar al bicho o mandarle a los corrales. Por si tenía alguna duda, al cuarto de hora de la reanudación, las cabezas de Brit y Gurpegui chocaron y el central rojiblanco se tuvo que ir con la nariz medio rota.

NUMANCIA - ATHLETIC

Numancia: Juan Pablo; Juanra, Sergio Ortega, Boris, Cisma (Quero, m. 53); Del Pino (Lago Junior, m. 78), Dimas (Brit, m. 53), Nagore, Belvis; Barkero y Goiria. No utilizados: Mario, Palacios, Jaio y Kelemen.

Athletic: Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; David López (Gurpegui, m. 26) (Etxeita, m. 61), Javi Martínez, Yeste, Susaeta; Toquero (Ion Vélez, m. 79) y Llorente. No utilizados: Armando, Del Olmo, Etxeberria e Iñigo Vélez.

Goles: 1-0. M. 10. Tiro de Cisma que sorprende a Iraizoz tras tocar en Ocio. 1-1. M. 30. Toquero dispara desde fuera del área. 1-2. M. 47. Llorente, en jugada personal.

Árbitro:Fernández Borbalán. Expulsó a Ocio (m. 20) y a Boris (m. 69) por doble amonestación. Mostró amarilla a Cisma, Ortega y Amorebieta.

Unos 9.000 espectadores en el Estadio de Los Pajaritos.

Y, claro, el bicho se cabreó, más que por su actitud, que fue mucha, por la apatía del Numancia que de repente se sitió campeón. Su lectura del partido fue malísima. El colista no puede dar ni un partido por perdido, ni un partido por ganado. Y el Numancia lo dio en el minuto 20 cuando vio con un gol afortunado en el marcador de Cisma, fruto de un rebote, y con un futbolista más sobre el terreno de juego. Ahí decidió el Numancia que había ganado y ahí perdió el partido. Ganaba pero no era superior, y no lo entendió. Poquito a poco Javi Martínez le iba comiendo el terreno y Toquero se bastaba para arrinconar a la defensa del equipo soriano sembrarla de dudas. Con correr y presionar le bastaba hasta que halló el premio con un disparo precioso que se lo gestionó con humildad y entrega para ajustarlo al poste de Juan Pablo como un artista.

No había pasado nada, salvo en el acta arbitral y el partido reflejaba dos goles por asuntos propios. Uno de Cisma con la ayuda de Ocio y otro de Toquero, sin la ayuda de nadie, que definían la actitud psicológica más que futbolística del partido. Antes y después no había pasado nada salvo un tiro de Dimas que rozó el larguero y los enredos arbitrales.

Numancia y Athletic tienen suficientes problemas como para gustarse o enredar c on el toque. Quería el fútbol directo, el Athletic y las faltas en el área el Numancia para la bota izquierda de Barkero. Por el medio, trabajo. Sobre todo cuando Llorente, muy apagado en las últimas jornadas, se inventó otra jugada entre tres futbolistas para cruzarlo en la portería de Juan Pablo. Fue su única aparición estelar, más allá del esfuerzo al que obligaban las circunstancias. Pero dejó el sello. Entonces entendió el Numancia que no había entendido nada. Y se contagió del espíritu rojiblanco (ayer de negro). Pacheta movió ficha y apostó por los bajitos, Gorka Brit y Quero, y cambió el equipo. Se volvió revoltoso, incisivo, incluso peligroso. Por la banda de Quero sufrió Iraola y llegó el Numancia. No es que fabricara ocasiones, pero lo parecía e intimidaba a un Athletic que tampoco se acomodó en su área. Menos aún cuando Fernández Borbalán amonestó por segunda vez a Boris y le expulsó en el minuto 69.

Y vuelta a empezar, pero con la variación de que el Athletic era el que venía de atrás, tras superar todos sus infortunios. La confusión le atenazó al Numancia. Sus organizadores juegan demasiado atrás y los de adelante demasiado arriba. Y en esa confusión se quedó el Numancia demasiado abajo en la clasificación cuando lo tuvo todo en su mano ante un rival al que debía amedrentar. Pero se durmió el león. Siempre se ha dicho que en las peores circunstancias, el club acaba salvando al equipo. Ayer marcaron Toquero y Llorente, pero quizás le impulsó el espíritu frente a la adversidad. Al Numancia le perdió la templanza, algo que está prohibido para cualquier colista. La contemplación no es el camino.

El jugador del Athletic, durante un encontronazo con Juanra
El jugador del Athletic, durante un encontronazo con JuanraEFE

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