Gasol y los Lakers, reyes de la NBA

Los Lakers vuelven a ser los reyes de la NBA con Pau Gasol ejerciendo un papel estelar junto a Kobe Bryant. El pívot de Sant Boi, a sus 28 años, después de una temporada y media en el equipo de Hollywood, ha conseguido llegar a la cima del baloncesto mundial. Un hito impensable cuando, con apenas 20 años, hizo las maletas, dejó el Barça y se fue a Memphis con una idea entre ceja y ceja: triunfar en la meca del baloncesto, en la NBA, allá donde ningún español había siquiera osado jugar, con la excepción de la quijotesca y corta aventura de Fernando Martín en Portland. El último paso para los Lakers y para Pau Gasol fue la victoria sobre los Magic, en Orlando, por 88-99. Remacharon de esa forma su brillante serie final con un rotundo 4-1 y Pau Gasol rubricó su extraordinaria temporada con un partidazo en el que fulminó a Dwight Howard y sumó 14 puntos, 15 rebotes, 3 asistencias y 4 tapones, el último, colosal, el que cerró el partido.

El equipo de Phil Jackson ha demostrado el punto adecuado de madurez, su sobrada calidad y la garra necesaria, de la que alguna vez carecieron en batallas menos decisivas. Tenían una espina clavada desde que perdieron la final del año pasado, siendo arrollados además en el sexto partido en Boston, donde se dio el cierre al legendario enfrentamiento con 39 puntos de ventaja para los Celtics. Esta vez no estaban los Celtics, ni llegó tampoco como se esperaba la caballería desde Cleveland con LeBron James al mando. Los Magic habían desarmado todos los pronósticos al echar de la carrera por el título precisamente a los Celtics y a los Cavaliers. Con los Lakers no pudieron. Presentaron más batalla de la que da a entender el 4-1 definitivo porque dos de sus derrotas se produjeron en sendas prórrogas y tras jugadas en las que tuvieron bastantes opciones de decantar la batalla para su lado. Pero en el cómputo global, los Lakers administraron con sabiduría su arsenal, la majestuosidad de Kobe Bryant, la inteligencia, calidad y productividad constante de Pau Gasol, la experiencia de Fisher, el físico y las rachas de Ariza, la capacidad abrumadora para este juego y el carácter de Odom, la imponencia de Bynum.

El quinto partido respondió a lo que se esperaba de una situación tan decantada ya desde que los Lakers dieron el toque de gracia a la serie al adelantarse por 3-1. 29 veces se había dado la misma situación y ningún equipo había sido capaz de remontar esa desventaja. Los Magic tampoco lo consiguieron. De salida, respaldados por su entusiasta afición, lograron dar un estirón. Parecía que, cuanto menos, podían forzar el sexto partido en Los Ángeles. Con transiciones rápidas, consiguieron varias canastas fáciles, la mayor parte de las veces finalizadas por Lee. Abrieron una brecha de 9 puntos (15-6).

Los Lakers no cedieron

Pero empezaron a producirse síntomas de que los Lakers no estaban dispuestos a dar la menor concesión. Phil Jackson pidió un tiempo muerto. Kobe Bryant se retorcía de dolor por un golpe en el dedo de la mano derecha que tiene lastimado y lleva vendado desde hace tiempo. Pero Kobe continuó en la cancha, junto a todo el equipo titular, con una determinación que se tradujo en la superioridad en el rebote y en una buena defensa sobre los hombres exteriores de los Magic que naufragaron en uno de sus puntos fuertes, los triples. El marcador se igualó pese a los malos porcentajes de acierto de los Lakers (en torno al 30% en el primer cuarto).

El segundo cuarto, con Ariza muy inspirado y tras una racha de casi cuatro triples consecutivos de los Lakers, marcó diferencias que empezaron a hundir a los Magic. Un parcial de 0-16 situó su desventaja (40-52). Ariza se las tuvo con Turkoglu en otro síntoma de que no había jugador de los Lakers que cayera en la tentación de dejar para el martes lo que podían concluir el domingo. En el tercer cuarto, la batalla quedó vista para sentencia. Los Lakers, con Ariza y Odom, muy enchufados y, cómo no, con Kobe Bryant y Pau Gasol en un nivel superior, zanjaron el asunto.

Un anillo con tres estrellas

La victoria supone el 15º título en la historia de los Lakers, sólo superados por los Celtics con 17. No lo obtenían desde 2002, desde que enlazaron tres consecutivos con Shaquille O'Neal haciendo pareja con Kobe Bryant. Desde entonces habían disputado otras dos finales y las dos las habían perdido, contra Detroit y contra los Celtics. Un varapalo para una estrella como Kobe Bryant que tampoco había logrado ser el MVP de las finales que ganó dado que ese privilegio siempre quedó reservado para Shaquille. Esta vez consiguió el anillo y el preciado galardón de MVP de la final tras sumar 30 puntos, seis rebotes y cinco asistencias. Ahora, a sus 30 años, tras haber ganado el pasado verano la medalla de oro olímpica, Kobe suma su cuarto anillo y puede empezar a soñar con igualar los seis del hombre de referencia, se quiera o no se quiera, que no es otro que Michael Jordan.

Los seis títulos que ganó el número uno de todos los tiempos lo hizo con Phil Jackson de entrenador, igual que Kobe Bryant. Y es que Phil Jackson se consagró en la final ante los Magic como el entrenador más laureado de todos los tiempos al sumar su décimo título y deshacer de esa forma el empate que mantenía con el legendario entrenador de los Celtics, Red Auerbach. En ambos equipos hubo figuras de primer calibre, Jordan y Kobe Bryant, pero ambos tuvieron que contar con el apoyo de otras estrellas de excepción, como Pippen, como Shaquille O'Neal y, desde luego, como Pau Gasol. La llegada del pívot español transformó la franquicia de Los Ángeles, serenó a Kobe Bryant y ha acabado cristalizando en el ansiado título.

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Lakers 99, Magic 86 (F)