Astarloza duda de la credibilidad del laboratorio madrileño que detectó su positivo por EPO
"No he tomado nada prohibido. Soy inocente", proclama el vencedor de la décimosexta etapa del Tour
"No me escondo. Doy la cara". Con un puñetazo sobre la mesa y rodeado de decenas de familiares y allegados que quisieron acompañarle hoy en San Sebastián, el ciclista vasco Mikel Astarloza no pudo ser más rotundo en su primera comparecencia tras dar positivo por EPO en un control previo al pasado Tour de Francia -en una muestra de orina obtenida el 26 de junio en un control sorpresa-. "No he tomado nada prohibido", ha sostenido el ganador de la décimosexta etapa del pasado Tour y líder del Euskaltel-Euskadi, "estoy completamente seguro de mi inocencia". Astarloza ha dudado de la credibilidad de los análisis, efectuados por un laboratorio de Madrid, y alimentó la idea de que lo ocurrido esconde algo más: "Lo averiguaré cueste lo que cueste". "Pensé que era una broma [cuando me dijeron que dí positivo]" ha afirmado el ciclista. Ha solicitado un contraanálisis para rebatir el positivo. "Aunque dé negativo, yo he perdido la fe en el sistema. En esta hoja, enviada por el laboratorio de Madrid, tenemos indicios para dudar de la credibilidad del control que me han realizado. No se va a desvelar su contenido hasta que llegue el momento idoneo", ha declarado.
De haber tomado algo, ha argumentado, no hubiese sido tan colaborativo con la Unión Ciclista Internacional (UCI) "Esto no tiene ningún sentido. He cumplido con escrupulosidad la normativa de localización de la UCI, comunicando mi paradero a diario. Si hubiese tomado algo que pudiera dar positivo, podría haber dado una dirección errónea para no responder a la solicitud de pasar el control. Cosa que no ha ocurrido, porque, tanto entonces como ahora, estoy completamente seguro de mi inocencia. Completamente", ha destacado mientras le interrumpían los aplausos de los suyos, venidos en su mayoría de su localidad natal, Pasaia San Pedro (Guipúzcoa). "Nunca estuve bajo sospecha, ni por parte de la UCI, ni de mi equipo. Mis parámetros biológicos siempre han sido correctos. Si hasta la implantación del pasaporte biológico era un sinsentido [recurrir al doping] ahora sería una locura, un suicidio deportivo", ha argumentado.
