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Reportaje:Economía global

Australia sonríe

La primera economía desarrollada en subir los tipos de interés consigue esquivar la recesión

Australia ha sorprendido a todos los analistas al elevar esta semana su tasa de interés hasta el 3,25%. Con ello, no sólo se convierte en la primera economía del G-20 en subir el precio del dinero desde el comienzo de la crisis económica, sino que sienta un precedente para otros países desarrollados. Durante los dos últimos años, el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Japón han utilizado el recorte de los tipos como su mejor arma para reactivar la economía; ahora, Australia hace justamente lo contrario porque sus números demuestran que el enfermo ha logrado salir del hospital financiero. El primero después de las economías asiáticas.

El Gobierno ha inyectado 75.000 millones de dólares en la economía

En su último informe, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado sus previsiones de crecimiento para Australia hasta un 0,7%, desde una contracción del 0,4% reflejada en su anterior documento fechado a finales de junio. Parte de estas optimistas previsiones -que sitúan al país como única economía desarrollada que crecerá este año- se sustentan en un buen segundo trimestre. El principal responsable de este crecimiento es el consumo interno y la ralentización en la caída de las exportaciones.

Los últimos datos de agosto reflejan una moderada recuperación del comercio exterior. En agosto los envíos al extranjero cayeron sólo un 2% y este año el Ejecutivo espera recaudar un 20% menos por ese concepto, debido a la caída internacional de las materias primas. No obstante, los expertos auguran que a partir del segundo semestre se comenzará a notar un alza en los pedidos internacionales gracias a la recuperación de socios asiáticos como Japón y China, países que ya han comenzado a elevar su producción industrial desde hace un trimestre.

En este mismo mes de agosto las cifras oficiales reflejaron un crecimiento del 1% en el consumo interno, un indicador que aporta 0,2 puntos porcentuales al PIB australiano. Precisamente el mayor gasto de los consumidores ha sido una de las obsesiones del Gobierno de Canberra, que ha encadenado dos planes de estímulo financiero por un total de 75.000 millones de dólares estadounidenses entre septiembre de 2008 y enero de este año. El objetivo del Gobierno fue mantener el gasto como uno de sus motores del crecimiento.

Este plan ha tenido éxito, ya que el país ha logrado esquivar la crisis económica y, si las previsiones se cumplen, sin entrar técnicamente en recesión. El problema es que según advierte la OCDE se ha experimentado un deterioro en las cuentas públicas. Gran parte del éxito reciente se ha debido precisamente a sus ordenadas finanzas, que han generado un superávit durante los últimos tres años. No obstante, el esfuerzo por paliar la crisis ha generado que este año el déficit fiscal se dispare hasta el 4,9% del PIB y que el próximo año lo haga hasta el 5%.

Con todo, la otra gran preocupación es el desempleo, que en estos momentos llega al 5,8%, pero que según las previsiones gubernamentales de los últimos Presupuestos Generales podrían llegar al 8,5% el próximo año. Éste es el gran problema de todas las economías desarrolladas que comienzan a salir de la crisis, pero que no logran revertir la negativa tendencia del paro.

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