Aprobada la moción de censura en Azpeitia con votos de PNV y de uno de los ediles de EA
El representante de PNV, Julián Eimendi, elegido nuevo alcalde
ANV ha perdido la alcaldía de Azpeitia (Guipúzcoa) al prosperar una moción de censura contra el regidor, Iñaki Errazkin, presentada por el PNV y apoyada por uno de los dos concejales de EA. El peneuvista Julián Eizmendi toma el mando del ayuntamiento un mes y medio después del asesinato por parte de ETA del empresario Ignacio Uria, perpetrado en esta localidad y que no fue condenado por los ediles de la izquierda abertzale.
En un salón de plenos abarrotado por vecinos de Azpeitia y numerosos medios de comunicación, la sesión ha discurrido en un clima de mucha tensión y con continuas interrupciones por parte de simpatizantes radicales, a quienes los seguidores del PNV han plantado cara en todo momento. Cuando aquellos gritaban "PNV español" o "PNV fascistas", estos replicaban "ANV, criado de ETA"; cuando los peneuvistas exclamaban "Inaxio [Uria], te recordamos", los primeros contestaban "los presos [etarras], a la calle". El propio Errazkin ha tenido que pedir en varias ocasiones que cesaran los gritos y los insultos para que su sucesor, Eizmendi, a quien han tachado de "cacique" y "buitre", pudiera llevar a cabo sus intervenciones.
La votación ha deparado el resultado esperado. La moción de censura ha contado con el apoyo de los ocho ediles del PNV, la fuerza más votada, y por el representante de EA Mikel Ibarzabal, que se presentó a las elecciones como independiente. El otro edil de este partido, Manuel Unanue, al igual que los seis concejales de ANV, se ha opuesto a la moción. El único corporativo de Aralar se ha abstenido.
Tras tomar posesión de su cargo, el nuevo regidor, que no ha querido realizar declaraciones a los medios informativos, ha asumido el compromiso de "lograr la convivencia en paz" a través del "respeto de todos los derechos humanos de todas las personas".
Al término del pleno, un centenar de radicales, que esperaban en el exterior del consistorio la salida de los concejales, se ha encarado con los cargos del PNV, lo que ha obligado a intervenir a la Ertzaintza para disolver a los alborotadores.
