Feijóo: "No venimos a derrumbar lo que hicieron bien los dirigentes anteriores"

Alberto Núñez Feijóo ha presentado esta mañana en el Parlamento a los 38 diputados de su partido y a la oposición que ya ha anunciado que votará en contra de su investidura como presidente de Galicia. El candidato del PP ha pedido la confianza de los grupos de la oposición para llevar adelante su proyecto y les ha lanzado un guiño. "No vinimos a derrumbar lo que hicieron bien los gobiernos anteriores", ha afirmado Feijóo, que aspira a representar a una "Galicia nueva, sin rencores ni dogmas".

La sesión en el nuevo Parlamento gallego se ha limitado al discurso de investidura del candidato popular para refrendar el programa con que se presentó a las elecciones, "un contrato con la ciudadanía" que pivotará sobre tres ejes: bienestar, autogobierno y sobre todo economía, informa José Precedo. "El de hoy es el momento más importante de mi vida", ha asegurado Feijóo, que se ha refirmado en los "compromisos adquiridos" con los gallegos.

Feijóo ha iniciado su intervención recordando los más de 700.00 votos que apoyaron al PPdeG el pasado 1 de marzo , lo que en su opinión supone "una enorme responsabilidad". Ha aludido además a los anteriores presidentes de la Xunta, entre ellos Emilio Pérez Touriño, aún en funciones, al que ha manifestado su "respeto" y ha agradecido su "trabajo" en favor de Galicia.

La votación, el jueves

Tras su intervención, el pleno ha sido suspendido durante 48 horas. El jueves será el turno de la oposición, el PSdeG y BNG que tendrán un primer turno de 45 minutos y otro de 15 minutos. Al término de la sesión, el candidato del PP gallego será sometido a votación. Previsiblemente, Feijóo sacará adelante la elección con los 38 votos de su grupo (el Parlamento está formado por 75 asientos).

Tal y como ya apuntaban fuentes del PP, Feijóo ha pronunciado un mensaje muy centrado en la economía. Uno de los primeros retos que se ha marcado es "formar un gobierno para superar la crisis" y ha definido al suyo como un "partido reformista", común a las sociedades "que más progresan". El próximo presidente gallego ha advertido también sobre la crítica situación que el desempleo provoca en Galicia. "Es muy grave y podemos ir a peor". Entre sus recetas a corto plazo, la primera es una revisión a fondo del presupuesto para este año que el PP ha descalificado desde el día en que se aprobó, con el argumento de que parte de previsiones económicas son erradas.

El futuro presidente ha desgranado su plan de austeridad para suprimir el 40% de los altos cargos, incluidos los delegados provinciales de las consellerías, y ahorrar 100 millones de euros. Según prometió en campaña, la medida permitirá a Feijóo acometer las rebajas fiscales en el impuesto de sociedades y en el tramo gallego del IRPF. No se esperaban más anuncios de bajadas de impuestos, que siempre estarían vinculadas en el futuro a cómo quede la financiación autonómica. En este último punto, el candidato a presidente tiende la mano a PSdeG y Bloque y ofrece un pacto para que Galicia se presente "con una sola voz" en el Consejo de Política fiscal y financiera que ahora preside la vicepresidenta Elena Salgado.

Trazadas las líneas maestras de su política, el siguiente paso, a partir del jueves, cuando quede investido presidente tras el debate con los grupos, será la designación de los consejeros sobre la que Feijóo mantiene un hermetismo absoluto. Ayer, la configuración de las comisiones parlamentarias ofreció alguna pista. Pedro Puy, hombre fuerte en el traspaso de poderes, asume la presidencia de la comisión permanente no legislativa para las relaciones con el Consejo de Cuentas. El propio Puy ya se ha descartado para el cargo de consejero por decisión propia. La otra persona de la máxima confianza de Feijóo, Agustín Hernández, sigue sonando con fuerza como candidato a ocupar una de las diez carteras de la Xunta, pese a su polémico periplo profesional desde que abandonó la Xunta en 2005.

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