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El Seprona detecta en Madrid robos de agua que hubiera abastecido a un pueblo un año

Detectados un centenar de robos y 281 infracciones y detenidas 93 personas por fraude

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) ha detectado un centenar de robos en la red de abastecimiento de agua del Canal de Isabel II en Madrid que alcanzan un millón y medio de metros cúbicos, los suficientes para abastecer un pueblo de 20.000 habitantes un año entero. En las 250 inspecciones realizadas en lo que va de año, se han detectado 99 robos y 281 infracciones, y se ha detenido a 93 personas a las que se acusa de fraude.

Los robos, realizados por el método conocido como pinchazo -conectarse a la red general de suministro sin autorización-, han sido ejecutados en 73 de los casos por empresas que empleaban el agua en el ejercicio de sus actividades. En total, la Guardia Civil calcula que el fraude cometido ha permitido acometidas ilegales por las que se ha suministrado más de un millón y medio de metros cúbicos de agua potable, depurada y apta para el consumo humano, los suficientes para haber abastecido un año entero a una población de 20.000 habitantes.

Para detectar los pinchazos, algunos de ellos de más de dos kilómetros de conexión ilegal, el Seprona, en colaboración con el Canal de Isabel II, ha tenido que utilizar medios técnicos especializados, como el robot geo-radar, que mide densidades de terreno. Las inspecciones se han realizado a lo largo de 2009 en zonas residenciales, polígonos industriales y obras en construcción.

Además, estos robos han provocado daños en la conducción original, que ha debido ser reparada, y otras pérdidas de agua incalculables por fugas que, incluso, en alguna ocasión, ha provocado balsas de agua subterráneas, así como la pérdida de presión, que empeora la calidad con la que el agua llega al resto de los usuarios. La operación ha sido desarrollada por el Seprona y los técnicos del Canal madrileño, con el apoyo de la Confederación Hidrográfica del Tajo, encargada del nivel freático de la cuenca fluvial.

Las conexiones ilegales originan un daño a la conducción de agua original, por lo que ésta debe ser reparada. También se producen pérdidas incalculables de agua por fugas, que, en ocasiones, incluso acarrea bolsas de aguas aéreas o subterráneas. Además, se disminuye la presión, con lo que el resto de los usuarios se ven afectados.

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