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Alcaraz solicita su baja como socio de la AVT

El ex presidente de la asociación, de la línea dura, plantea marcharse por el "trato vejatorio" que reciben los "socios y las víctimas"

"Estamos contra todo el que negocie con asesinos". La frase no es de Francisco José Alcaraz, ex presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que hoy ha presentado su baja de la misma por desavenencias con la actual dirección. La frase la acuñó Juan Antonio García Casquero, presidente de la AVT desde abril de 2008, cuando relevó a Alcaraz en el cargo. Por entonces, todo apuntaba a que García Casquero continuaría con la línea de su antecesor, la línea dura, la línea de desgaste contra el Gobierno de Zapatero, a quien Alcaraz llegó a tachar de ser el "embajador de ETA". Menos de un año y medio después, la realidad demuestra lo contrario.

Lo cierto es que Alcaraz ha presentado hoy su renuncia a seguir militando, en calidad de socio, en la agrupación de víctimas. Alega que éstas reciben de la actual dirección un "trato vejatorio", y de paso la acusa de adulterar las cuentas económicas y de malgastar los fondos (la AVT recibe capital público y privado). Plantea, además, su salida tres días después de causar estupor al acusar a Francisca Hernández, viuda de la última víctima de ETA, de pertenecer al "entorno nacionalista y terrorista". Hernández dijo el día del funeral de su esposo que los asesinos "no conseguirán nada más, porque gracias a Dios hay mucha gente como mi marido y no van a poder con ellos y cada día van a salir más y más".

Todo esto quedó bien patente el sábado pasado, durante la asamblea de miembros. El bloque de García Casquero consiguió respaldar con mayoría simple la gestión acometida por su equipo este último año, pero la imagen que dio la AVT fue de clara división. Por eso, o quizás porque Alcaraz y los suyos no han contado con los suficientes apoyos dentro de la organización, el ex presidente entre 2004 y 2008 ha enfatizado que es "imposible llegar a un consenso con la junta directiva".

A menos de año y medio de que la actual cúpula fuese masivamente votada (un 97% de socios votó por García Casquero en la primavera de 2008 para un primer mandato), es verdad que esta AVT no se parece mucho a la AVT de la primera legislatura de Rodríguez Zapatero. Como ha resaltado el propio Alcaraz, ésta no tiene la misma "presencia en los medios de comunicación" que antaño, cuando la asociación de víctimas iba de la mano del Partido Popular, y a veces incluso por delante. Lo corroboraron las ocho grandes manifestaciones ("la rebelión cívica") contra las negociaciones con ETA, las violentas incriminaciones al Gobierno ("los terroristas esperan que Zapatero sea el próximo presidente del Gobierno") o las denuncias contra Alcaraz derivadas de sus mismos improperios, al final siempre archivadas por la Audiencia Nacional.

En una carta a la que ha tenido acceso Europa Press, Alcaraz, un empresario ligado al mundo capilar, avisa de que su "negativa a realizar cualquier gestión que no se ajuste a la ley hace perder los nervios". No se refiere al Ejecutivo socialista. Se refiere a la AVT.

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