Dos asaltantes roban 500.000 euros en joyas en un chalé de un banquero andorrano

Dos encapuchados asaltaron la pasada madrugada un chalé de S'Agaró (Girona), propiedad de un banquero andorrano, del que se llevaron joyas valoradas en más de medio millón de euros tras amenazar al banquero y a su esposa con armas blancas. Fuentes de la policía autonómica, que se ha hecho cargo del caso, han informado de que los dos asaltantes iban vestidos con ropa negra, gorra guantes de látex y se tapaban la cara con pañuelos blancos.

Los dos sospechosos consiguieron acceder al interior del chalé, situado en el número 18 de la Avenida de la Conca, mientras el matrimonio dormía. Una vez en el interior, despertaron a la pareja y los amenazaron con un cuchillo y un punzón hasta conseguir la contraseña que permitía abrir la caja fuerte donde guardaban las joyas. Según la denuncia presentada por las víctimas, los asaltantes se llevaron 150 euros en efectivo y joyas valoradas en medio millón de euros.

Tras conseguir el botín, los ladrones advirtieron al matrimonio que no llamara a la policía antes de media hora y a continuación huyeron. La mujer, también de origen andorrano, sufrió un desvanecimiento y tuvo que ser atendida por una ambulancia. En el momento del asalto había dos personas del servicio doméstico durmiendo en otra parte de la casa, pero no se enteraron de lo sucedido porque los asaltantes actuaron silenciosamente.

Cierre de la comarca

Los agentes de la policía autonómica constataron al llegar al chalé que la puerta principal de la vivienda estaba abierta y que tanto las cámaras de grabación como la alarma estaban desconectadas. Los Mossos d'Esquadra, en colaboración con la Policía Local de Platja d'Aro y de otras poblaciones vecinas, montaron un dispositivo de cierre de las carreteras de la comarca para intentar localizar a los sospechosos, aunque sin resultado.

La policía sospecha que en el asalto intervinieron más de dos personas, aunque las víctimas sólo vieron a dos de ellos. Una de las hipótesis que se baraja es que los asaltantes entraran a pie en la urbanización donde está el chalé, que tiene restringido el acceso sólo a los vecinos y dispone de un guardia en la entrada que vigila los coches que entran y salen, y que tuvieran el coche aparcado en el exterior.