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Australia se prepara para lo peor

La ola de incendios que devora el sureste del país deja ya cerca de 200 muertos, aunque las autoridades temen que haya muchos más entre las cenizas

El fuego continúa arrasando los Estados australianos de Victoria y Australia del Sur. Las llamas se han cobrado ya la vida de cerca de 200 personas, aunque las autoridades creen que lo peor puede estar por llegar, cuando los bomberos y servicios de emergencia puedan acceder a las zonas más devastadas por el fuego. Al menos un centenar de personas se cuentan como desaparecidas en la ola de incendios que comenzó el sábado, la más letal en la historia del país, que ha calcinado, además, 330.000 hectáreas y 750 viviendas.

Este lunes, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, se ha hecho eco de una información policial que asegura que varios de los fuegos han sido provocados. Por ello, Rudd ha hablado de "asesinatos en masa" por parte de quienes hayan provocado los fuegos. De hecho, la policía ha acordonado zonas como si se tratara de escenas de crímenes.

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"Hemos encontrado cadáveres dentro de coches, como si hubieran decidido huir cuando ya era tarde; hemos encontrado a gente en sus propiedades y en sus casas. También encontramos niños", es la descripción ofrecida por la policía estatal de Victoria. Muchos pacientes tienen quemaduras en más del 30% de sus cuerpos, según fuentes médicas.

El Gobierno australiano ordenó el sábado que el Ejército se sumase a los bomberos en el combate del fuego, que ha devorado poblaciones enteras (al menos 750 viviendas). Las autoridades intentan ahora acceder a las zonas más afectadas y localizar al centenar de personas que siguen desaparecidas. Expertos en la lucha contra el fuego y bomberos visitan los municipios asediados por el fuego para que sus habitantes sepan cómo actuar cuando las llamas lleguen a sus pueblos.

Se teme que el fuego siga vivo durante semanas y es posible que sólo la llegada de la lluvia sea capaz de acabar con esta tragedia. Este lunes las condiciones meteorológicas han mejorado un tanto (han bajado las temperaturas) permitiendo un respiro a los miles de bomberos, apoyados por soldados, que luchan contra las llamas. Pese a todo, al menos 30 focos siguen activos en el Estado de Victoria y varias poblaciones siguen en peligro por las llamas. En los otros dos Estados afectados por los incendios, Nueva Gales del Sur y Australia del Sur, gran parte de los focos han sido controlados o al menos alejados de las áreas residenciales.

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Llovía fuego

"Todo está quemado, hasta donde alcanza la vista", explicaba a una emisora local un vecino de Glenburn, a 90 kilómetros al noroeste de Melbourne, la zona más afectada por el fuego."Llovían bolas de fuego del cielo mucho antes de que viéramos la muralla de llamas avanzando entre los árboles", decía a una cadena de televisión otro superviviente de Kinglake. Otros muchos esperan noticias de familiares o amigos desaparecidos en las poblaciones arrasadas por las llamas.

El drama que vive Australia estos días ha superado al vivido durante el llamado Miércoles de Ceniza, en febrero de 1983, que dejó unos 50 muertos en Victoria y otros 28 en Australia del sur. "Ha sido una tragedia absoluta para el Estado y creemos que la cifra sólo empeorará", declaraba el subcomisario de Policía de Victoria, Kieran Walshe. "El infierno con toda su furia ha visitado a las buenas personas de Victoria en las últimas 24 horas. Es una tragedia para la nación", admitía este domingo el primer ministro australiano.

Comisión de investigación

Los incendios forestales son un fenómeno habitual en Australia. Pero este año, la combinación de las altas temperaturas y la seguía ha causado que las llamas se hayan extendido con mayor fuerza y rapidez de lo habitual.

Tal es la gravedad de los incendios, que el Gobierno del Estado de Victoria va a poner en marcha una comisión de investigación, que, según han anunciado, va a abordar de forma amplia todas las circunstancias que rodearon a las causas y los efectos de los incendios, pero también se centrará en hacer una revisión de las políticas gubernamentales contra el fuego.

El ministro principal de Victoria, John Brumby, ha anunciado que "no quedará ninguna piedra por levantar" en la investigación sobre los incendios. "Queremos estar seguros de que cualquier cuestión, cualquier factor, cualquier cosa en relación con este horrible fin de semana, con los horribles incendios del sábado sea investigado y descubierto", ha dicho Brumby.

Calor letal

Cuando el calor supera los 36,7 grados del cuerpo humano, éste ajusta las constantes -ritmo cardiaco y respiratorio, diámetro de venas...- para mantener su temperatura. "Pero si la diferencia es muy grande, desde los 44 o 45 grados, los ajustes pueden fracasar y la temperatura corporal se dispara. Se altera la consciencia y los órganos empiezan a sufrir daños", dice Pedro Villarroel, jefe de urgencias del hospital Clínico de Madrid. Es el golpe de calor, que evoluciona en un fallo multiorgánico, "mortal la mayoría de las veces si no se logra bajar de inmediato la temperatura del cuerpo". Para evitarlo, hay que quedarse en los espacios menos calurosos, hidratarse y evitar todo esfuerzo físico.

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