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Repsol YPF invertirá 3.200 millones en aumentar su capacidad de refino

El grupo, que creará 370 empleos fijos, se vuelca en las refinerías de Cartagena y Vizcaya

La petrolera Repsol YPF va a invertir 3.200 millones hasta 2009 en ampliar su capacidad de refino en España en un 20%, hasta alcanzar una producción de 890.000 barriles al día. La mayor parte de la inversión (2.700 millones) irá a parar a las refinerías de Cartagena (Murcia, 2.100 millones) y de Muskiz (Vizcaya, 600 millones). Con el plan, Repsol YPF intenta paliar la escasez de gasóleo, cuyo consumo, al contrario de las gasolinas, crece a un ritmo del 8% anual. España exporta gasolinas, pero en 2004 importó 12 millones de toneladas de gasóleo, el 34% del consumo.

La lluvia de millones que anuncia Repsol YPF en Cartagena y en Vizcaya supondrá la creación de miles de puestos de trabajo en la realización del proyecto, según el director general del área de refino y marketing de la compañía, Pedro Fernández. Supondrá también, finalmente, la ampliación en un 10% de la plantilla dedicada en Repsol YPF a esta actividad en España (3.700 personas en la actualidad).

Además del dinero destinado a las dos refinerías mencionadas, la petrolera prevé otras inversiones en mejora de la calidad de los productos, infraestructuras, eficiencia energética y producción de biodiésel, que elevarán el total de la inversión comprometida a 3.200 millones hasta 2009 y a 3.870 millones si se considera el periodo 2005-2011.

Las inversiones anunciadas por Repsol YPF para el refino en España forman parte y concretan el plan inversor adelantado por el presidente de la compañía, Antonio Brufau, el pasado mes de junio. Dicho plan prevé unas inversiones globales de 21.100 millones de euros en los próximos cinco años, de los cuales, el 51% se destinarán a exploración y producción de crudo; el 27% (unos 6.000 millones) a refino y marketing en todo el mundo; un 11% al área de gas natural y un 6% al área química.

Con el plan de refino para España, Repsol YPF, propietaria de las refinerías de Cartagena, Muskiz, Tarragona, Coruña y Puertollano, trata de aprovechar su posición en un mercado en el que sobra gasolina y falta gasóleo. España exporta gasolinas (entre 1,5 y dos millones de toneladas al año) y, en cambio, se ve forzada a importar 12 millones de toneladas de gasóleo anuales (en torno al 34% del consumo total), obligada por el aumento del parque automovilístico diésel.

Más producción

Para todas las petroleras, y también para Repsol YPF, es vital producir más combustibles de calidad a partir de una materia prima (crudo pesado, con más azufre) cada vez más presente en el mercado. Y todo ello en un marco cada vez más estricto en cuanto a los recortes en los niveles de emisión de contaminantes.

Ahí es donde se dirige la inversión de Repsol YPF. Los 3.200 millones anunciados van destinados a las dos refinerías (Cartagena y Muskiz) con "menor nivel de conversión", es decir, con menor capacidad de transformar el crudo en productos con gran demanda y en aprovechar hasta el último residuo del proceso (polvo denominado coque), que puede acabar en los quemadores de las centrales eléctricas térmicas.

Así, en Muskiz, los 600 millones servirán para instalar una nueva unidad de coking (producción de coque) de dos millones de toneladas anuales y un nuevo almacén para este subproducto, entre otras cosas.

En Cartagena, los 2.100 millones se utilizarán para instalar una nueva unidad de destilación de crudo que duplicará la producción (hasta 110.000 barriles-día); una unidad para convertir en productos ligeros (con menos azufre) el crudo pesado, con capacidad para 2,5 millones de toneladas al año, además de otras instalaciones complementarias.

El presidente de la compañía, Antonio Brufau, iniciará esta misma semana los contactos con los Gobiernos de Murcia y el País Vasco para explicar los planes de la compañía. Los responsables de la petrolera no prevén problemas por la "expansión de riqueza" que supondrá la inversión.

Precios

Otra idea clara es que la mejora de las instalaciones de refino de la compañía no supondrá un incremento en los precios de los productos. Y ello a pesar de que Repsol YPF sí prevé un aumento en los márgenes de refino para la compañía, hasta superar los dos dólares por barril.

Al margen de la actividad de refino, Repsol YPF trabaja ahora en la posibilidad de adquirir el negocio de butano y propano de Shell. La petrolera, que estudió la operación en compañía del fondo de capital riesgo CVC, ha decidido actuar individualmente. Aunque el concurso, con media docena de candidatos, debería resolverse en principio antes de fin de año, la petrolera española no descarta que el proceso se prolongue al próximo año.

Lo que sí parece descartado, aunque Brufau ha explicado que la compañía estudia cualquier posible mejora del negocio, es la posibilidad de instalar una refinería en Marruecos. "Invertimos sobre algo que ya existe", ha señalado Brufau, en referencia a las importantes inversiones anunciadas en España.

El cuello de botella

La actividad de refino se ha convertido en el cuello de botella del mercado petrolero. La capacidad de transformación del petróleo está ahora en niveles de la década de los ochenta, con las instalaciones funcionando al 100%.

Esta situación, justo cuando la oferta y la demanda de petróleo coinciden, explica buena parte de la subida de los precios del crudo y de sus derivados.

En España, que cuenta con ocho refinerías que producen 1,2 millones de barriles al día, la necesidad de más capacidad de refino es evidente.

El país seguirá siendo importador neto de gasóleo al menos durante los próximos cinco años. En Europa solamente Holanda e Italia son exportadores.

En 2004, el consumo de gasóleo se incrementó en España un 8% y en los próximos ejercicios, la previsión apunta a aumentos de entre 5% y el 6%.

Por el contrario, el consumo de gasolinas cae a un ritmo del 1% anual. La demanda de fueóleo desciende también a ritmos de entre el 3% y el 4% anual.

La gran demanda de productos petrolíferos recae en el transporte (alcanza el 70% del consumo), mientras que ha descendido el uso industrial de derivados del petróleo.

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