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Reportaje:Empresas & sectores

Argentina 'acorrala' a Telefónica

Competencia pone trabas por la entrada de la española en Telecom Italia

Argentina está investigando a Telefónica por presunta concentración en el mercado de telecomunicaciones, dos años después de ingresar en el capital de uno de sus competidores en este país suramericano: Telecom Italia. La autoridad antimonopolios de Argentina ha inhibido a la operadora italiana ejercer sus derechos políticos (de gobierno) de su filial Telecom Argentina, a lo que Telecom Italia ha respondido denunciando la confiscación de su subsidiaria y con la amenaza de recurrir a los tribunales internacionales. Telefónica se mantiene en silencio.

El asunto parece un juego de mamushkas, en el que unas sociedades controlan a otras, que a su vez dominan a terceras. El mercado argentino de telecomunicaciones tiene dos grandes jugadores: Telefónica de Argentina y Telecom Argentina, las dos empresas que se repartieron el servicio fijo después de la privatización del monopolio estatal Entel en 1990. Ambas dominan, además, la mayoría de los mercados de móviles y banda ancha.

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Telecom Argentina está controlada por una sociedad llamada Nortel (con el 54,7%), que a su vez pertenece a otra denominada Sofora (con el 67,7%). La mitad de Sofora es propiedad de Telecom Italia, y el 48%, de la familia argentina Werthein. Además de Nortel, Telecom Argentina ahora tiene otro accionista relevante: el Estado argentino, que se ha quedado con el 22% después de la nacionalización de las gestoras de fondos de pensiones que impulsó en octubre pasado la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Pero la composición accionarial había comenzado a enredarse aún más cuando Telefónica ingresó en abril de 2007 en Telecom Italia. El grupo español tiene desde entonces el 42,3% de la sociedad

Telco, la mayor accionista de la operadora italiana, con el 24,5% del capital. Los estatutos de Telco sugerían que esta sociedad "controlaba" Telecom Italia, pero hace dos semanas fueron modificados para señalar que se trata sólo de un "accionista" de la operadora italiana. Con este cambio, Telefónica buscó convencer a las autoridades antimonopolio de Argentina y Brasil -que también investiga la compra de 2007- de su argumento de que no domina Telecom Italia.

Werthein había denunciado el año pasado ante la justicia que el ingreso de Telefónica en Telecom Italia dañaba la competencia en el mercado argentino. La operadora italiana le advertía, a su vez, que el 1 de enero de 2009 iba a ejercer una opción de compra que tiene sobre el 48% que Werthein posee en Sofora, la controladora indirecta de Telecom Argentina. También admitía que después vendería ese 48% a otro grupo argentino, el modo de satisfacer el deseo de la jefa del Estado y de su marido y antecesor, Néstor Kirchner, de argentinizar grandes empresas que fueron privatizadas en la década de los noventa. El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, le llegó a enviar una carta a Fernández para pedirle que dejara que Telecom Italia ejerciera la opción de compra.

A diferencia de la Comisión de Defensa de la Competencia de Argentina, la Agencia de Telecomunicaciones de Brasil investigó la operación de 2007 desde un principio y la aprobó con la condición de que el grupo español no participara en la toma de decisiones de la filial brasileña de Telecom Italia, TIM. La Comisión de Valores Mobiliarios de Brasil aún analiza si debe obligar a Telco (la sociedad con la que Telefónica participa de Telecom Italia) a hacer una oferta pública de adquisición (OPA) por TIM.

La autoridad antimonopolio de Argentina se tomó su tiempo, y el 29 de diciembre de 2008 dispuso que Telecom Italia se abstuviera de ejercer su opción de compra sobre las acciones de los Werthein en Telecom Argentina. Al mes siguiente le ordenó a Telefónica que le notificara la operación de 2007 para pedir su autorización, porque consideró que el grupo español "tomó el control o tiene influencia sustancial en Telecom Italia, decisión que impacta en Argentina por ser estas dos empresas las principales operadoras del servicio de telefonía".

Telefónica apeló con el argumento de que aquella compra sólo le había otorgado el 1,8% de Telecom Argentina, pero la Comisión de Defensa de la Competencia rechazó ese recurso. Frente a esta resolución, Telecom Italia informó a la Comisión de Valores de EE UU de que su Consejo de Administración "adoptó el proceso interno correspondiente que formaliza la ya existente separación de actividades" entre este grupo y "Telefónica en el mercado de telecomunicaciones de Argentina".

Pero el conflicto se agravó a principios de abril porque la autoridad antimonopolio de Argentina resolvió que Telecom Italia debía abstenerse de "adoptar decisiones que hayan involucrado o involucren en el futuro, directa o indirectamente, el ejercicio de derechos políticos" en Telecom Argentina. El portavoz de la operadora italiana en Argentina, Massimiliano Paolucci, respondió con un comunicado de prensa que esa decisión "representa, en los hechos, la confiscación del patrimonio de Telecom Italia en Argentina". La empresa italiana recurrió sin éxito la resolución ante la misma Comisión de Defensa de la Competencia, pero su consejero delegado, Franco Bernabé, advirtió de que demandaría a Argentina ante los tribunales extranjeros, en alusión al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, y alegó que su grupo y Telefónica actúan en este país de forma independiente.

Uno de los socios del grupo Werthein, Adrián Werthein, respondió a Bernabé en declaraciones a EL PAÍS: "Su denuncia está preñada de sensacionalismo. Existe un problema de competencia en el mercado argentino". El vicepresidente de la Comisión de Defensa de la Competencia, Humberto Guardia Mendonca, aseguró a EL PAÍS que Telecom Italia "tiene los recursos legales para plantear a la justicia" su disconformidad, pero la autoridad antimonopolio "tiene que mirar cómo funciona el mercado, y si el control de Telefónica sobre Telecom Italia lo daña, tenemos facultades para evitarlo hasta que se tome la decisión final sobre la operación, que puede ser aprobada, condicionada o prohibida".

El Consejo de Administración de Telecom Argentina está integrado por seis directores, de los cuales cuatro corresponden a Telecom Italia, y dos, a Werthein. A partir de la resolución de la Comisión de Defensa de la Competencia, los representantes italianos ya no podrán disponer cambios en el gobierno de la empresa, aunque sí seguir usando sus derechos económicos, es decir, los que atañen al negocio en sí. El 28 de abril se celebrará una reunión del consejo y se espera que el Estado argentino intente nombrar un director propio en Telecom Argentina, en lugar de uno de los directores de Telecom Italia. -

El presidente de Telefónica, César Alierta, en una reunión con la presidenta argentina, Cristina Fernández Kirchner.
El presidente de Telefónica, César Alierta, en una reunión con la presidenta argentina, Cristina Fernández Kirchner.EFE

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