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Reportaje:

Befesa se queda con las virutas

La filial de Abengoa absorbe Alcasa para expandir el reciclado de aluminio en Europa

Befesa ha dado un zarpazo en el sector del reciclado del aluminio al adquirir Aluminio Catalán (Alcasa), una empresa familiar establecida en Granollers a partir de una chatarrería fundada hace 20 años por Manuel Pascual y su hermano Isidro.

Alcasa es de las pocas industrias de reciclado industrial que cubre casi el ciclo completo del tratamiento de residuos de aluminio en España. Fabrica 53.000 toneladas anuales de lingotes de aluminio secundario o reciclado, un producto que se aprovecha para la elaboración de piezas de coches, desde el motor y los retrovisores hasta el cinturón de seguridad. También se hacen con este material los modernos radiadores de calefacción.

Desde que la familia Pascual cedió la empresa al fondo Ibersuizas en 2002, su actividad comenzó a crecer de la mano de Jacobo García Nieto, que venía de dirigir la cadena de restaurantes 5 Jotas. En estos cinco años, Alcasa ha dado un gran salto hasta facturar 110 millones de euros y adquirir una planta en Cracovia, Polonia, en la que va a invertir para aumentar su capacidad de producción. La compañía de Granollers compra en el exterior el 50% de la materia prima (virutas, escoria y chatarra de aluminio), principalmente de factorías italianas, y exporta en la misma proporción los lingotes del aluminio secundario que produce. En julio de este año, Ibersuizas vendió la compañía a Qualitas, otra sociedad de capital riesgo especializada en realizar inversiones en el segmento de medianas empresas.

El aluminio se puede reciclar 'ad infinítum' sin perder calidad. Con el reciclado, se construyen motores de coches y radiadores de calefacción
Con las seis plantas de reciclado de aluminio, la gestión de residuos industriales y el agua, Befesa espera facturar mil millones en 2008

Desde el primer momento, los directivos de Qualitas mostraron su vocación de hacer crecer Alcasa mediante adquisiciones o fusiones. "Les dijimos a los gestores que estábamos dispuestos a crear una plataforma europea potente y crecer en otros países", dice Eric Halverson, socio de Qualitas. En ese camino se han encontrado con Befesa, que perseguía exactamente los mismos objetivos. El canje se ha basado en las respectivas cuentas de resultados.

Residuos y agua

Pendientes de la preceptiva autorización de los organismos de Competencia, la nueva sociedad resultante de la fusión entre Befesa Aluminio y Alcasa estará participada en un 60% por la primera y un 37% por Qualitas, y el resto queda en manos de los actuales gestores, que pasarán a depender de la dirección general de Befesa. "Todavía no tenemos el nombre definitivo y no descartamos que vaya a salir a Bolsa", afirma Javier Molina, presidente de Befesa.

Con esta operación, la sociedad fusionada se convierte en la tercera de Europa en capacidad de reciclado de aluminio. "Ya somos los primeros en el reciclado de residuos del acero con la compra el año pasado de BUS [por 330 millones de euros], y a partir de ahora seremos los únicos de Europa en completar el ciclo integral de residuos industriales", recuerda Molina. "Porque no sólo recuperamos el cien por cien de los metales; también tratamos las escorias, el polvo y las sales fundentes, que reutilizamos como combustibles en las cementeras o para el asfaltado de carreteras".

Molina se refiere al paquete resultante de las dos plantas que aporta Alcasa (75.000 toneladas de capacidad de producción) más otras dos que Befesa Aluminio tiene en Valladolid y Baracaldo (Vizcaya), con 95.000 toneladas, a las que se suman dos de tratamiento de sales en Valladolid y Reino Unido.

Con la facturación de estas seis plantas de aluminio, Befesa espera terminar el año con 345 millones de euros, más de la cuarta parte de los negocios de esta filial de Abengoa. Las otras patas de similar envergadura las tiene ancladas en el tratamiento de residuos industriales (20 centros en España y 25 millones de toneladas tratadas), y la gestión y desalación de agua, varias grandes plantas en España, Argelia, India y China. Javier Molina calcula que, con todas ellas, la compañía que preside venderá más de mil millones en 2008.

El presidente de Befesa lleva tiempo conviviendo con el reciclado, la recuperación, la desalación y el tratamiento de agua. Son términos asociados a la gestión medioambiental, un negocio en crecimiento irreversible a medida que los países endurecen las exigencias por alcanzar un entorno más limpio.

Su objetivo es crecer hacia Europa del Este, un mercado en expansión a consecuencia del traslado a estos países de muchas actividades industriales originalmente establecidas en Occidente, como la construcción de automóviles, por su menor coste productivo. Pero ese interés no se circunscribe a Europa.

Reciclado total

La compañía ya ha tendido una red en Iberoamérica, con oficinas en Argentina, Perú, México y Chile. Molina reconoce que tiene pendiente la asignatura de Brasil y está a la expectativa de establecerse en Estados Unidos, donde, por extraño que parezca, no se realiza el reciclaje completo del aluminio. Depositan las sales en vertederos, una política contraria a la ortodoxia en la gestión de residuos que aboga por valorizarlos al máximo y penaliza su depósito.

Eric Halverson suscribe el diagnóstico sobre el futuro del reciclado. "Creemos mucho en el sector. Como seres humanos, tenemos que reciclar más que lo que consumimos. Ese proceso no tiene vuelta atrás, porque cada vez se va a legislar más en esa dirección. El aluminio se puede reciclar ad infinítum sin perder calidad (la tonelada del reciclado se cotiza 200 euros por debajo del llamado primario o puro, que alcanza los 1.840). Befesa y Alcasa convierten y transforman una cosa fea como las escorias en aluminio. Aporta así un beneficio importante a la sociedad".

Un obrero vigila el proceso de fundición del aluminio.
Un obrero vigila el proceso de fundición del aluminio.BLOOMBERG

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