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Por un Consejo Estatal de RSE

El Gobierno, la CEOE y los sindicatos han anunciado la creación de un Consejo Estatal de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). ¿Tiene sentido que la Administración cree un consejo para impulsar y promover la RSE? ¿Va a ser útil o, por el contrario, crear un organismo público para impulsar una materia que se define como "voluntaria" es un sinsentido?

Quienes son contrarios a esta iniciativa apelan a la libertad de mercado y a la no intromisión de los poderes públicos en el ámbito privado de los particulares, ya sean personas físicas o empresas. Sin embargo, quienes apoyan la creación de estos órganos entienden que la función de los poderes públicos no se limita a minimizar los impactos negativos o los desequilibrios del mercado, sino también a promocionar e impulsar aquellas conductas que generan un impacto positivo en la sociedad.

"Que España haya sido el primer país de la UE en crear este órgano confirma el liderazgo de nuestro país en esta materia"
"El consenso en materia de RSE es un ejercicio de realismo y de posibilismo, y obliga a todos a poner los pies en la tierra"

Desde Alternativa Responsable, un colectivo que tiene como misión contribuir a la difusión, fomento y promoción de la RSE en España, creemos que la creación de un Consejo Español de RSE es una buena noticia por varios motivos.

1. En primer lugar, es una buena noticia porque se reconoce que, para promocionar la RSE, la empresa es una condición necesaria. Sólo es posible impulsar esta función teniendo al mundo empresarial "dentro del circuito", no como un elemento extraño al que hay que vigilar para evitar sus desmanes. Y es que en el pasado ha habido iniciativas en las que la promoción de la RSE sólo parecía legítima si era protagonizada por las ONG. Afortunadamente, el hecho de que la CEOE y sus organizaciones se hayan incorporado a este consejo es una muy buena noticia, que pone de manifiesto la responsabilidad del diálogo social en nuestro país.

2. En segundo lugar, es una buena noticia porque se reconoce también que la empresa, aunque condición necesaria, no es una condición suficiente. Para poner realmente en valor el rol de la empresa en la sociedad era importante que estuvieran presentes las organizaciones sindicales y otras organizaciones e instituciones de reconocida representatividad en al ámbito de la RSE.

¿Por qué los sindicatos? Porque su presencia permitirá que la RSE se incorpore de manera natural en el diálogo empresas-trabajadores, para que, de forma voluntaria, por negociación colectiva, se empiecen a impulsar temas muy relevantes para todos, como el ahorro y la eficiencia energética, la conciliación laboral, la gestión de la diversidad cultural, etcétera. La RSE enriquece la negociación colectiva y refuerza el papel de los sindicatos en las empresas.

¿Por qué otras organizaciones, tales como ONG y asociaciones con prestigio en la RSE? Porque ayudan a canalizar las expectativas de eso que se ha dado en llamar stakeholders o grupos de interés. En contra de lo que algunos pudieran pensar, para una empresa conocer esas expectativas es una mina de oro que ofrece muchos rendimientos. Por una parte, permite a la empresa anticiparse a los riesgos a los que se enfrenta en sus actividades y que pudieran erosionar su reputación; por otra, conocer nuevas demandas sociales permite crear nuevos productos y servicios capaces de satisfacer esas nuevas necesidades sociales. Así, por ejemplo, si los microcréditos fueron una solución para sacar a muchas personas de la pobreza, fue porque alguien, Muhammad Yunus, tuvo la visión de ser un emprendedor social, es decir, de identificar un nicho de mercado, de crear un producto financiero, de satisfacer las demandas de una buena parte de la población de países pobres, y de tener incluso una rentabilidad económica con ello. Y no olvidemos que la gran mayoría de los microcréditos se devuelven y que su verdadero éxito ha sido incluir a muchas personas que estaban fuera de los circuitos económicos de la economía de mercado.

3. En tercer lugar, es una buena noticia porque da un papel activo a la Administración, superando el falso debate de si la RSE es voluntaria u obligatoria. Los trabajos del futuro consejo servirán de guía al Gobierno no para legislar la RSE (seamos conscientes de que muchos de los temas de impacto en esta materia tienen desarrollos legislativos en la UE y en España) sino para proponer políticas que promuevan la implantación de prácticas de RSE en las empresas. Con la creación del consejo se reconoce que la Administración, junto con las empresas, los sindicatos y las organizaciones sociales puedan debatir sobre las mejores políticas y herramientas que permitan a las empresas españolas ir más allá de la ley en su compromiso con la sociedad. ¿Cómo? Identificando buenas prácticas, informando de lo que ocurre en otros países del contexto internacional, evaluando las tendencias en lo local, autonómico y estatal o promocionando estándares que ayuden a las empresas a gestionar su negocio con excelencia y con mayor compromiso social.

4. En cuarto lugar estamos ante una buena noticia porque se ha propuesto que las deliberaciones y decisiones del consejo se adopten con un amplio consenso. Revitalizar el consenso en materia de RSE es una buena noticia porque si el objetivo es la promoción de algo voluntario, si el objetivo es ayudar a las empresas a dar esos pasos más allá del cumplimiento de la ley, si el objetivo es redefinir el rol de la empresa en la sociedad... si ésos son los objetivos, difícilmente una parte puede correr más si las otras no quieren, o no pueden. El consenso en materia de RSE es un ejercicio de realismo y de posibilismo, y obliga a todos a poner los pies en la tierra para conocerse mutuamente y entender las dificultades de cada uno.

5. En quinto y último lugar estamos ante una buena noticia porque sitúa a nuestro país a la vanguardia de la RSE en el mundo. Hoy por hoy España y sus empresas están al frente de muchas iniciativas mundiales de RSE: encabezamos el ranking de países firmantes del Pacto Mundial de Naciones Unidas; contamos con un notable número de empresas en los índices de inversión socialmente responsables más importantes del mundo (DJSI y Ftse4good); contamos con unos informes de RSE de alta calidad según criterios de GRI, etcétera. Por ello, que España haya sido el primer país de la UE en crear este órgano es la confirmación del liderazgo español en esta materia.

Tras las buenas noticias, llegan las dudas. Se dice que el diablo está en los detalles. ¿Cómo y cuándo se formalizará? ¿Quiénes serán las organizaciones que formarán parte del consejo? ¿Qué competencias y funciones establecerá el decreto que lo crea? Algunas de estas preguntas se contestarán más adelante y, de su respuesta, a buen seguro dependerá el éxito del consejo. De cualquier manera, hagamos lo mismo que los equipos de fútbol: disfrutemos del resultado de hoy, que ya pensaremos mañana en el próximo partido... Pero no olvidemos que tenemos que seguir jugando y trabajando a favor de la Responsabilidad Social de las Empresas. Disfrutemos de esta buena noticia, de la creación del Consejo de RSE, pero no olvidemos que aún no se ha constituido.

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