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Reportaje:

Mango para rato

La segunda cadena de moda española quiere triplicar su tamaño en diez años

Dentro de poco, Mango inaugurará su tienda número 1.000. Hoy tiene 995 esparcidas por 89 países, que le reportaron unos ingresos de 1.257 millones de euros. "Estamos empezando, no estamos ni a un tercio de nuestras posibilidades", espeta el director general de la empresa, Enric Casi. Pero Mango ya es hoy grande y estima oportuno una gestión más profesionalizada. Así que los hermanos Andic -los dueños- han decidido crear un consejo de administración y abrir el capital a sus directivos. Hay Mango para rato.

"Hasta que no lleguemos a las 3.000 tiendas no haremos otra cosa. Luego ya reflexionaremos sobre el concepto, quizás se agota"

La apertura de la compañía coincide con un cambio en el perfil de su presidente y cofundador, Isak Andic, que de un tiempo a esta parte se prodiga en actos sociales e incluso deja que le tomen fotos. Ambos procesos han desatado los rumores de una próxima salida a bolsa de la compañía, que Casi desmiente rotundamente. "Nada de bolsa, financiaremos el crecimiento con recursos propios. No tenemos deuda neta".

El director general -desde la fundación de Mango, en 1984, y hasta la fecha, el único rostro de la empresa- explica la "mayor profesionalización" de la compañía por una cuestión de tamaño. "Aunque vamos a intentar lo máximo posible seguir funcionando como una empresa pequeña porque da más agilidad, tenemos que afrontar un crecimiento importante y debemos fidelizar a los profesionales". "Si habláramos de un edificio, se trataría de crear unos buenos cimientos", explica Casi, muy dado a las metáforas.

El consejo, que se constituirá antes de verano, estará formado por Isak Andic (presidente), Nahman Andic (vicepresidente), Enric Casi (director general), Salvador Vallès (compras), Daniel López (licencias), Nicolau Olivé (responsabilidad social) y dos personas más que no han trascendido. Como tampoco el modo en que los hermanos Andic cederán parte del capital.

El proyecto de crecimiento no es baladí. Se trata de triplicar el tamaño actual, llegar a las 3.000 tiendas en diez años, a un ritmo anual de aperturas de 200. El año pasado inauguraron 130 centros. La expansión se centrará en Europa, Japón, China y Estados Unidos, la gran asignatura pendiente de la cadena catalana.

"Hasta que no lleguemos a las 3.000 tiendas [nivel actual de GAP, el grupo Inditex y H&M] no pensamos ocuparnos en otra cosa", asegura Casi, que añade: "Luego ya reflexionaremos sobre el futuro, quizá vemos que el concepto se agota y tenemos que pensar en otra cosa".

El concepto Mango es el de un "producto fashion, exclusivo, que la masificación no lo banalice, con mucho diseño y de calidad, e intentamos que nuestras tiendas tengan la dignidad de una gran marca". "Antes -otra similitud de Casi- cuando una pareja celebraba un aniversario de boda iba a París, hoy va todo el mundo. Mango vende exclusividad, pocas prendas de cada modelo".

La empresa acaba de inaugurar un centro de diseño en la antigua fábrica que Samsung deslocalizó de Palau-Solità i Plegamans (Barcelona) en 2004. Desde El Hangar, como se llama el centro, medio millar de personas diseñan las colecciones, 12 cada año. En total, Mango emplea a casi 6.000 personas.

Interior de una tienda de Mango en Barcelona.
Interior de una tienda de Mango en Barcelona.SILVIA T. COLMENAREJO

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