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Tribuna:Empresas & sectores
Tribuna
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2011: comprometidos y preparados

Hay consenso en que el año 2011 que acabamos de iniciar seguirá siendo un año difícil tanto desde el punto de vista económico como financiero. Pero no debemos olvidar que la economía española ha salido reforzada de crisis anteriores y de esta crisis, aunque está siendo más aguda, también saldremos.

Para que la crisis termine cuanto antes y podamos salir de ella en las mejores condiciones es necesario hacer un planteamiento realista de nuestra condición actual y de qué tipo de país queremos ser en el futuro. Hay que aprovechar esta concienciación colectiva y nuestra más que demostrada capacidad para sortear la adversidad para acometer, entre todos y sin dilación, las medidas necesarias, sin restricciones y con planteamientos competitivos, que permitan que la recuperación de nuestra economía sea rápida, vigorosa y sostenible en el tiempo, mejorando así nuestro bienestar general.

Desde agosto de 2007 la banca española, que sigue en beneficios, ha reforzado su solvencia patrimonial
La banca española se esfuerza en optimizar costes operativos y en reducir gastos de explotación

Hay que recuperar sin demora la pérdida de credibilidad sufrida demostrando nuestra determinación para acometer y concluir urgentemente las reformas estructurales en los ámbitos fiscal, financiero, laboral, energético, educativo, etcétera, que sean necesarias para impulsar nuestro crecimiento económico y reducir el inaceptable nivel de desempleo actual, de forma que nos sitúen en la órbita internacional a la que como país aspiramos.

Ante este compromiso de superación nacional, los bancos españoles siguen perseverando en su estrategia de gestión prudente, centrada en la mejora de su capacidad competitiva y en el reforzamiento de su condición patrimonial y financiera, mediante el incremento de sus recursos propios de mayor calidad, manteniendo su esfuerzo en saneamientos, cuidando su eficiencia, mejorando su estructura financiera con una gestión activa de las fuentes de financiación y potenciando su expansión internacional.

Desde que comenzaron las turbulencias financieras en agosto de 2007, la banca española, que, conviene no olvidarlo, continúa en beneficios y con rentabilidad positiva, ha reforzado su ya elevada solvencia patrimonial incrementando sobre todo el nivel de los recursos propios de mayor calidad por sus propios medios y sin ningún tipo de ayuda pública, mediante una política de capitalización de gran parte de los beneficios generados y el recurso a los mercados financieros con nuevas emisiones de capital.

Al 30 de septiembre de 2010 los grupos bancarios españoles presentaban un ratio BIS del 12,47%, muy por encima del requerimiento mínimo del 8%, lo que refleja un exceso de recursos propios sobre los mínimos necesarios de unos 47.800 millones de euros. La parte de mayor calidad del ratio de solvencia, el core capital, es del 8,36%, 60 puntos básicos superior al existente un año antes.

El G-20, en su reunión del pasado mes de noviembre en Seúl, aprobó la propuesta del Comité de Supervisores Bancarios de Basilea para reforzar la cantidad y calidad de los recursos propios, propuesta conocida como Basilea III. Es una reforma muy exigente. Más de lo que parece. Pero la banca española está en condiciones de cumplirla ya que opera con altos niveles de capital de la mayor calidad y puede seguir repartiendo dividendos al estar en beneficios. Estar en beneficios y distribuir dividendos es una ventaja para acudir al mercado de capitales. Además, en España estamos acostumbrados a practicar una política prudente de reparto de resultados con pay-outs de alrededor del 50%, que nos ayuda a seguir capitalizándonos.

Los bancos españoles continúan realizando un importantísimo esfuerzo en provisiones, que en porcentaje sobre activos totales medios se ha multiplicado por tres desde diciembre de 2005, mediante la dotación contra la cuenta de resultados de elevados fondos de provisión que compensan prudentemente el deterioro de sus activos, estimados con estrictos criterios de saneamiento que ayudan a reforzar la calidad de sus balances.

Otro importantísimo vértice de la estrategia de los bancos españoles es el esfuerzo que realizan para optimizar la estructura de sus costes operativos y para reducir los gastos de explotación con que operan. Al 30 de septiembre de 2010 la ratio de eficiencia de la banca española era del 42,7%. Operar eficientemente es objetivo y característica tradicional de la banca española que, como es conocido, trabaja con los mejores ratios de eficiencia de la banca comercial internacional. La eficiencia nos permite ser competitivos y nos proporciona la agilidad necesaria para resistir mejor la adversidad económica. Ser eficiente es clave y tiene más mérito en un modelo de negocio de banca comercial minorista enfocada a satisfacer las necesidades financieras de sus clientes y en donde es necesario disponer de una infraestructura que nos permita proximidad.

Pero las ganancias en eficiencia no solo se han conseguido mediante una estricta disciplina de los costes operativos, sino que es el fruto de importantes inversiones en tecnología, de constantes mejoras de las aplicaciones informáticas y en los desarrollos de sistemas operativos, así como nuevas funcionalidades que permiten simplificar las rutinas de trabajo, mejorar la gestión de riesgos e incrementar la calidad y la aceptación de los productos y servicios ofrecidos a bases de clientes cada vez más amplias e internacionales.

Por otra parte, los mercados financieros no están funcionando adecuadamente desde el inicio de la crisis financiera internacional. Hay mucha desconfianza y aversión al riesgo, acentuándose los episodios de máxima tensión en los que se demandan altos precios y ocasionalmente se paralizan los mercados. Además, como consecuencia de la crisis de la deuda soberana griega e irlandesa y de la extensión de la desconfianza hacia otros países periféricos de la zona euro, entre ellos España, nos encontramos nuevamente en una situación de gran tensión de los mercados financieros mayoristas, en donde es cada vez más difícil obtener financiación de forma recurrente y renovar la que va venciendo, que se realiza a mucho mayor precio y menor plazo. No obstante, la banca española está aprovechando todas las oportunidades para obtener financiación de los mercados cuando estos se tranquilizan y así reducir su apelación a la financiación del Banco Central Europeo, habiendo conseguido durante 2010 más de 50.000 millones de euros mediante emisiones de bonos, deuda sénior y cédulas hipotecarias.

Asimismo, los bancos españoles han sabido crecer dentro y fuera de España, gestionando con acierto los riesgos empresariales y financieros propios de su crecimiento y expansión internacional, lo que les han permitido conseguir la efectiva diversificación de sus fuentes de ingresos y de negocio. A pesar de la crisis, la banca española sigue dinamizando y consolidando los negocios de sus franquicias internacionales, demostrando que tiene capacidad y flexibilidad para adaptarse a nuevos entornos económicos y a las dinámicas bancarias de cada mercado.

La banca española practica un modelo de negocio de banca de intermediación comercial enfocado en sus clientes. Una actividad que produce ingresos recurrentes y sostenibles en el tiempo y sobre la que ha sabido construir un negocio solvente, diversificado y rentable gracias al control de costes y a la prudente gestión de riesgos y política de provisiones que realiza.

El año 2011 va a ser un ejercicio muy exigente para la economía española y para su sistema financiero. Un ejercicio que los bancos españoles afrontan comprometidos y preparados. -

Pedro Pablo Villasante es secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB).

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