_
_
_
_
_
Reportaje:

Ebro desemboca en Oriente

El primer grupo agroalimentario español tiene 600 millones para crecer en Asia

Con una facturación superior a los 1.800 millones de euros, Ebro Foods se ha consolidado como el primer grupo agroalimentario español. La compañía ha optado por unas desinversiones ordenadas en sectores que consideraba fuera de los ejes estratégicos de su actividad, como el azúcar (Azucarera) y la leche (Puleva), para apostar solo por el arroz y la pasta y, sobre todo, por abrir mercados exteriores con una estrategia de expansión apoyada en las compras.

Hoy, de todas las ventas del grupo, solamente el 7% corresponde al mercado español, mientras que el 93% se realizan en el exterior: el 50% en los mercados de EE UU y Canadá y el 43% en el resto del mundo.

Esta estrategia de internacionalización, según los datos manejados por la empresa, ha supuesto conseguir una cuota de mercado de arroz en EE UU del 28%. La buena posición obtenida en su día por el grupo Ebro Foods con la compra de Riviana ha mejorado en los últimos meses con la incorporación de las empresas del grupo SOS en ese país, como American Rice, que ostentaba una cuota en el entorno del 4%. En el mercado de la pasta, con New World como protagonista, Ebro tiene ya una cuota de mercado del 26% en EE UU y del 40% en Canadá. En el cojunto de la UE, la cuota del grupo en arroz supone el 30% en valor. Con la incorporación de la división arrocera de SOS por 205 millones, Ebro Foods tiene una posición de liderazgo en Portugal y presencia en África y Arabia Saudí.

El grupo tiene ya una cuota de mercado de arroz del 26% en EE UU

El grupo, con unas operaciones anuales superiores a los dos millones de toneladas, más de dos veces la producción española, ostenta una posición de liderazgo mundial en el mercado de arroz. Consolidada su presencia en los mercados comunitarios y en Norteamérica, la asignatura pendiente era la zona de Asia-Pacífico, donde se halla presente, pero no en los niveles del grupo en el resto del mundo.

En esa estrategia para desembarcar en la zona con una posición de fuerza, la empresa española suscribió en 2009 un preacuerdo para la compra de la empresa australiana Ricegrowers, que opera fundamentalmente bajo la marca SunRice. Cerrada la operación en 450 millones de euros, la compra definitiva se debería haber producido este otoño. Sin embargo, no fue así porque una minoria de accionistas de la sociedad abortó la operación. Ebro Foods se quedó en caja con los 450 millones que suponía la compra, pero perdió esa plataforma a la que aspiraba para operar en los mercados de Asia y Pacífico. Frente a una lectura negativa del intento, el presidente, Antonio Hernández Callejas, considera que el grupo tiene ahora la posibilidad de manejar hasta 600 millones para desarrollar su expansión. Asia y Pacífico son hoy una asignatura pendiente, y en ello ya se halla trabajando el grupo.

Ebro Foods ya está presente en Tailandia con el funcionamiento de una planta, y con ello la posibilidad de disponer de arroz no solo para ese mercado, sino para operar en otros del entorno. En esa apuesta por reforzar su presencia en los mercados asiáticos, Ebro suscribió un acuerdo con la firma japonesa Marubeni, con quien mantiene políticas conjuntas de aprovisionamiento. Ebro se halla también presente en India, donde adquieren unas 50.000 toneladas de arroz basmati.

Hernández Callejas estima que en este momento lo más interesante para el grupo en el sector del arroz es desarrollar crecimientos internos en los países asiáticos con empresas propias por razones de eficiencia y costes. En esta línea se halla la futura construcción de una planta en India, un soporte más para disponer de la oferta suficiente para abordar ese y otros mercados en la zona.

El presidente de Ebro descarta a corto plazo crecer por la vía de las grandes adquisiciones en los sectores que hoy constituyen el eje de su actividad: arroz, pastas y salsas. En las próximas semanas se podría cerrar alguna compra de menor volumen en el segmento de las pastas por un volumen de unos 50 millones de euros. Sin embargo, la apuesta más inmediata para el crecimiento tiene entre sus principales objetivos su desarrollo en los países asiáticos, donde mantiene una asignatura pendiente tras el fracaso en la compra de la australiana SunRice.

Hernández Callejas considera que la estrategia seguida en el pasado ha sido la correcta, con políticas de crecimiento sostenido, austeridad, especialización y concentración en las inversiones. "Quien busque beneficios rápidos y espectaculares, que no invierta con nosotros. En Ebro ofrecemos rentabilidad aceptable y seguridad", afirma. -

Con el aceite en la recámara

Hace un tiempo, el presidente de Ebro señalaba su desinterés por el sector aceitero. Hoy no es seguro que el mayor grupo agroalimentario español mantenga de forma tajante su postura. De lo contrario, no habría entrado hace un año con el 10% en el grupo Deoleo, propiedad de Carbonell, ocupado el puesto de consejero y situado, de acuerdo con los accionistas financieros, a un hombre de su confianza, Jaime Carbó, como consejero delegado. Ebro decidirá la primavera próxima su posición en el grupo aceitero una vez se haga público el plan de futuro de Deoleo tras enderezar la gestión del equipo de Jesús Salazar, a quien se les reclaman judicialmente 360 millones.

En el mercado interior, Ebro incorporó en los últimos meses la división arrocera del viejo grupo SOS, adquirida por 205 millones de euros. Ello supuso elevar su cuota en el mercado interior hasta el 24% en volumen y el 32% en valor, situación considerada elevada por la Comisión Nacional de Competencia, que dio a Ebro la opción de la venta o la licencia durante un periodo de 10 años de la marca Nomen. Ebro acató la decisión, pero rechaza que exista una posición de dominio al ser un porcentaje menor que su cuota en EE UU. -

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_