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Entrevista:EMILIO SARACHO | Responsable de JPMorgan en Europa, Oriente Próximo y África

"Entiendo perfectamente la frustración de la gente corriente"

Íñigo de Barrón

En los círculos financieros no se deja de hablar del premiado documental Inside job, que culpa a los banqueros de inversión de la crisis por su avaricia. Emilio Saracho (Madrid, 1955), responsable de JPMorgan para la banca de inversión de Europa, Oriente Medio y África, no elude preguntas sobre esta candente cuestión, aunque reparte responsabilidades en esta película de terror. Su división ingresa unos 7.100 millones de euros anuales y tiene 11.000 empleados.

Pregunta. ¿Qué hicieron mal en la crisis?

Respuesta. Sobre las responsabilidades en esta crisis hay que hacer autocrítica por parte de todos: bancos, consumidores, agencias... No creo que haya que tratar igual a todos los bancos, porque algunos sí fuimos prudentes anticipando escenarios difíciles y manteniendo una posición de capital y liquidez por encima de los requisitos regulatorios.

"Se intenta que el sistema financiero no tenga como rehén a la economía"

P. ¿Cuáles fueron los principales errores?

R. Se perdió el sentido del riesgo crediticio. Casi desapareció. Los desequilibrios macroeconómicos acumulados en el tiempo provocaron una liquidez extraordinaria por la bajada de los tipos y la falta de obstáculos. La inversión se disparó con una regulación procíclica, pero la normativa no es la responsable del desastre. No fue la gasolina del incendio. Se ideó pensando que lo que iba bien seguiría yendo bien. El sector financiero siempre ha estado muy regulado.

P. Entonces, los culpables fueron las personas, ¿no?

R. Los gestores, los consumidores... le toca a todo el mundo. Cada uno tenía sus obligaciones y todos pidieron muchos créditos. El endeudamiento se disparó en entidades, Gobiernos e individuos.

P. Se ha demostrado que la banca es imprescindible ¿Eso hace más poderoso al sector? ¿Son intocables?

R. Si alguien dudaba de que el crecimiento económico está relacionado con un sistema financiero fuerte, se ha disipado. Ahora se intenta que el sistema financiero no tenga como rehén a la economía. Se tardará tiempo, pero se trabaja en esa dirección.

P. ¿Entiende que la gente pida más responsabilidades y que no haya intocables?

R. Entiendo perfectamente la frustración de la gente corriente sobre una situación sobrevenida, sorprendente e imprevisible. Ha afectado a mucha gente de manera grave. En cuanto a las responsabilidades, las ha habido, pero a la gente le ha parecido insuficiente. No es fácil exigirlas individualmente con los mecanismos legales actuales. Los responsables en regulación, supervisión, agencias de calificación y banca de inversión han sufrido una catarsis. Ya no están, pero quizá eso no ha satisfecho a la gente. La gestión de las entidades es responsabilidad de personas concretas, y si no consiguen prever unos escenarios, por imprevisibles que fueran, no hacen bien su trabajo.

P. ¿Es correcto que las pérdidas fueran públicas y los beneficios (los bonus) privados?

R. Esta industria está concebida con bonus, a los que se les están poniendo cortapisas para que no haya incentivos para asunción del riesgo más de lo razonable: serán diferidos, racionales y en especie. Los bonus van unidos a los beneficios, y si se les pide más capital, habrá menos resultados. Eso es Basilea III y JPMorgan ya está en ese nivel. Por eso nosotros hemos capeado mejor la crisis. Somos el único banco internacional sin números rojos en ningún trimestre. Perdimos dinero en alguna unidad, pero la estructura lo aguantó.

P. ¿En qué ha cambiado la crisis la forma de trabajar?

R. La acumulación regulatoria y la atención a todos los riesgos. La supervivencia de una institución es manejar lo imprevisible porque es lo que ocurre más a menudo. Es someter a estrés todo lo que puede suceder, que no es ni esperable.

P. ¿Descarta que España vaya a ser rescatada?

R. No es previsible. España es demasiado importante para todos, y no creo que haya nadie, ni en España ni en Europa, que no esté dispuesto a hacer lo necesario para que jamás se presente esa situación. La construcción de la zona euro es una de las mayores hazañas del ser humano.

P. ¿España se aleja de los países que se recuperan?

R. Los buenos años duraron tanto que costó más ser consciente de que llegaban los malos. Nos ha costado tomar medidas, pero estamos mejor que hace seis meses, aunque no se ha trasladado al mercado de trabajo y hay una sensación de cansancio.

P. ¿España va en la dirección correcta?

R. No tengo duda de ello. Hay que luchar contra el pesimismo porque España tiene mucho más hecho de lo que le falta por hacer, aunque hay que insistir en lo que falta: mejorar la competitividad y reducir el endeudamiento porque habíamos pedido más dinero del que podíamos. Cuando debes dinero, dependes del que te lo presta, así que seguiremos dietas estrictas para acceder a la liquidez y financiación. La crisis de 1929 no se parece ni de lejos a la actual: esta es duradera, seria, profunda...

P. ¿Y la falta de crédito?

R. Eso dificulta la recuperación, pero si se pide a la banca que tengan más capital y mejores ratios de liquidez, reduce los préstamos. Es una fórmula matemática; la banca se va a empequeñecer. ¿Cuánto? Dependerá de lo que crezcan las economías de Europa y EE UU. Las entidades sí financian, pero más caro.

P. Ustedes participan en la reestructuración de las cajas ¿Cómo está el proceso?

R. Encarrilado para elevar la solvencia y reducir la capacidad. Las cajas tienen una estructura complicada de gestión y gobierno corporativo, lo que ofrece dificultades porque no se puede hacer desaparecer el 40% del sistema de un plumazo.

P. ¿Triunfarán las salidas a Bolsa? Bankia será la primera...

R. Es la única manera de conseguir recursos, salvo las ayudas públicas. Los mercados valoran la transparencia y que las instituciones pongan sobre la mesa lo que necesitan. Hasta ahora, los mercados se lo han dado, incluso a bancos griegos. No están cerrados para las instituciones financieras, simplemente hay que buscar un nivel de valoración.

P. Ese es el problema, ¿no?

R. Para eso están los mercados: dicen el precio al que están dispuestos a entrar. Pero no nos engañemos: en el mundo hay mucha liquidez. Las cajas van a ser buenas inversiones.

P. A medio plazo, ¿no?

R. Como tiene que ser. Ha habido otras crisis en los países nórdicos, en Japón, y las instituciones financieras al final fueron buenos negocios. Quizá algunas no tendrán acceso a los mercados y tendrán que buscar otras soluciones.

P. ¿Bankia es una caja sistémica?

R. Es una pieza muy importante en la resolución de todo el proceso.

P. ¿Le parece bien que se divida en bancos buenos y malos?

R. Es una manera de facilitar la valoración de una entidad.

P. ¿Cuánto costará la reestructuración del sistema?

R. Hay dudas entre si serán 20.000 millones u 80.000 millones. Es poco probable que lo solucionemos con 20.000 millones.

P. ¿Cuál es la estrategia de JPMorgan en el cambio global?

R. Queremos reducir la dependencia de EE UU, tener más presencia en Europa y por eso hemos comprado una entidad en el Reino Unido. Es muy importante la diversificación geográfica y tener escala. China, India, Brasil, Oriente Próximo son clave. Nos ha costado crecer fuera de EE UU, pero nuestra estructura debe reflejar mejor el PIB mundial, que vendrá en buena parte de países emergentes, África incluida. -

Emilio Saracho sostiene que la banca tiene que reducir el crédito si se le pide más capital y liquidez.
Emilio Saracho sostiene que la banca tiene que reducir el crédito si se le pide más capital y liquidez.SAMUEL SÁNCHEZ

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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