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Tribuna:Laboratorio de ideas
Tribuna
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En España no llega el fin de la recesión

Al leer el artículo de Samuelson del pasado domingo Fin de la recesión se me ocurrió que podía ser interesante reflexionar y explicar el significado y modo de medir el fin de la recesión. El autor, premio Nobel, lo define simplemente en el momento en el que, tras un periodo recesivo, las caídas de producción y oportunidades de empleo se nivelan.

Partiendo de esta idea, lo primero que hay que medir y valorar es la nivelación de la producción, que por acuerdo internacional se hace a través de la evolución del producto interior bruto (PIB). En términos generales, durante la fase recesiva del ciclo, las tasas intertrimestrales del PIB han sido cada vez más negativas, y podemos esperar que las fases siguientes serán: primero caer más despacio, es decir, con tasas intertrimestrales menos negativas; segundo, dejar de caer, estabilizando el nivel de producción con tasa cero o ligeramente positiva; tercero, crecer a tasas moderadas, y por último, crecer a la llamada tasa potencial de la economía de que se trate, que varía según las características económicas de cada país.

Se necesitan políticas y acuerdos que reduzcan el retraso en la recuperación de la economía española

El segundo aspecto que hay que medir es la evolución del mercado de trabajo. Comúnmente, se habla más del paro por ser la variable socialmente más cercana a los ciudadanos, pero ésta no deja de ser la resultante de otras dos variables: la evolución de la población activa (los que pueden y quieren trabajar) y la población ocupada (los que disponen de empleo). La evolución de la población activa depende de diferentes factores, como es el crecimiento de la población en edad de trabajar, la mayor o menor incorporación de las mujeres al mundo laboral, la entrada neta de inmigrantes en busca de trabajo. Pero la medición de las oportunidades de trabajo debe hacerse en su conjunto con la evolución de la población ocupada, ya sea con el número absoluto de personas ocupadas o con las tasas de variación. Durante la recesión se destruye empleo, disminuyendo la población ocupada y aumentando el paro. Las fases siguientes serán: primero, destruir menos empleo y que el paro deje de crecer; segundo, que no se destruya empleo, obteniendo un crecimiento moderado de la población ocupada y que se reduzca el aumento del paro; tercero, crear empleo a tasas moderadas superiores al crecimiento de la población activa y estabilizar el nivel de paro, y por último, crear empleo según el ritmo de crecimiento potencial de la economía.

Siguiendo estas pautas podríamos analizar la situación de las diferentes economías para determinar su salida de la recesión. Pongamos como ejemplo a Estados Unidos, donde se ha anunciado el fin de la recesión. Se ha hecho en función del crecimiento del PIB y de la producción industrial durante el tercer trimestre y a la mejora del mercado laboral con una reducción del paro. Sin embargo, este anuncio puede resultar prematuro porque todavía la población activa crece más que la ocupada y la tasa de paro se va a mantener en torno al 10%. A pesar de la mayor flexibilidad de la economía norteamericana, todavía se tardará en alcanzar su ritmo de crecimiento potencial.

La situación en España es bastante peor y tardaremos en poder anunciar el fin de la recesión. En cuanto a la producción, sólo algunos indicadores del tercer trimestre se presentan positivos. En su conjunto, el Banco de España ha estimado una tasa intertrimestral del PIB del -0,4%, y el INE publicará en términos parecidos su estimación avance el día 12 de noviembre, y los datos del trimestre, el día 18. En cualquier caso, continuamos en tasas negativas algo menores que las de los trimestres anteriores (fase 1). Aunque las últimas previsiones han sido revisadas al alza, las instituciones y los analistas estiman en sus previsiones que llegarán las tasas moderadamente positivas al final de 2010 o comienzos de 2011.

En cuanto al mercado laboral, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre también reflejan la continuidad de la caída del empleo, aunque con menor intensidad. Los datos presentan varias tendencias: en primer lugar y por primera vez durante la recesión, disminuye la población activa en el trimestre (-0,39%), aunque todavía presenta crecimiento positivo en el periodo de 12 meses. Esto es reflejo de que, en términos netos, o han dejado de entrar hombres inmigrantes y ha disminuido el número de mujeres inmigrantes que se incorporan al mercado laboral, o se está incrementando la economía sumergida. Ambos hechos son acordes con la situación económica del momento. Por otra parte, en el último trimestre se ralentiza la pérdida de empleo de los hombres, e incluso, aumenta el de mujeres.

En resumen, en el tercer trimestre crece la ocupación en los servicios, en trabajadores autónomos sin empleados y en los trabajadores con contrato temporal. Pero en el conjunto del año los datos continúan mostrando una destrucción de 1,47 millones de empleos y un aumento del paro de 1,5 millones. Las previsiones sobre el empleo son también más pesimistas en España. Se tardará muchos trimestres en comenzar a crear el empleo suficiente como para absorber el crecimiento de la población activa, es decir, el número de personas que quieren trabajar, y poder disminuir el abultado número de parados.

En conjunto y siguiendo las pautas de análisis comentadas, faltan algunos trimestres para poder anunciar el final de la recesión, y aunque es cierto que hay factores internacionales como la recuperación americana y europea que pueden ayudar, sería necesario también impulsar políticas y acuerdos nacionales que permitan reducir los plazos, que de momento, parecen bastante lejanos.

Carmen Alcaide es analista y ex presidenta del INE.

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