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Reportaje:Empresas & sectores

Grifols se come a la competencia

La compra de Talecris pone a la firma catalana en la élite del sector del plasma

Cristina Delgado

En plena sequía de crédito, con el euro en horas bajas y las Bolsas de todo el mundo encadenando sustos, la empresa de hemoderivados Grifols sorprendió el lunes anunciando que se come a su competidor estadounidense Talecris. La adquisición, pendiente aún del visto bueno de las autoridades de la competencia de EE UU, es la más grande que se ha propuesto en Europa en lo que va de año: le costará más de 3.300 millones de euros. Grifols afronta la compra de una compañía que tiene una facturación superior a la propia mediante una línea de financiación bancaria, una ampliación con acciones sin derecho a voto y una emisión de bonos a largo plazo. La pregunta ahora es: ¿se empachará tras el banquete? La compañía resultante tras la operación cargará con una deuda de 3.750 millones de euros.

La operación necesita el permiso de las autoridades de competencia
Grifols se haría con una firma con una facturación un 40% superior a la propia
La empresa cargará tras la operación con una deuda de 3.750 millones

"No es una operación arriesgada", insistió Víctor Grifols, presidente de la compañía. Dijo que, aunque las cifras son de vértigo, están en la línea del sector. Además defendió que el de los productos relacionados con la sangre es un negocio que entienden "perfectamente". Talecris, nacida en 2005 cuando Bayer decidió vender su división de hemoderivados a dos fondos de inversión, tiene una facturación de 1.533 millones de dólares (unos 1.280 millones de euros). Es decir, un 40% más que la que ahora será su dueña. Aun así, la directiva de Grifols cree que es una empresa con la que encajan a la perfección geográficamente (solo se solapan en dos países) y tecnológicamente. "En el tema de obtención de plasma, nuestra eficiencia de procesos es muy superior a la suya", mantuvo el presidente.

Tras la compra, la empresa acumulará más de 3.750 millones de euros de deuda. Cinco veces su Ebitda. A cambio, logrará (dice) unas sinergias en cuatro años de 190 millones de euros anuales.

La empresa catalana comprará todas las acciones de Talecris por 2.800 millones de euros. Asumirá además los cerca de 500 millones de euros de deuda que tiene. Grifols abonará a los inversores de Talecris por cada acción 19 euros y 0,64 acciones suyas. Tomando como referencia el precio de los títulos de la española antes del anuncio, supone valorar cada acción de la americana en 26,1 dólares, un 50% más que su precio de mercado a principios de mes.

La partida de dinero en efectivo saldrá de un crédito sindicado comprometido a cinco años que la empresa ha cerrado con Deutsche Bank, BNP Paribas, HSBC y Morgan Stanley, Nomura y BBVA. Las dos últimas entidades, además de financiación, han realizado las labores de asesoría. "Si tantos bancos han estudiado la operación y la apoyan, es porque es sólida", señaló el presidente.

Grifols planea una emisión de bonos a largo plazo y creará 28 millones de acciones para los nuevos socios, que no tendrán derecho a voto. Esto significa, según el presidente de la empresa, que si la adquisición sale adelante, los derechos políticos quedan prácticamente igual que ahora. Los económicos, sin embargo, variarán sustancialmente. El núcleo inversor tradicional de Grifols (la familia Grifols, directivos y algunos fondos) pasará de controlar el 40% actual al 29% de la nueva sociedad. El capital que fluctúa en Bolsa será cerca del 40%, frente al 60% de ahora. Y el 30% restante seguirá en manos de los nuevos socios, que podrán quedarse su trozo del pastel o venderlo a través del Nasdaq. Principalmente, del accionista mayoritario de Talecris, el fondo Cerberus Capital.

Además de la familia Grifols y algunos directivos de la empresa, varios fondos de EE UU tienen destacados porcentajes de Grifols. Algunos de estos han ido reforzando su posición en la compañía poco antes de anunciase el acuerdo con su competidor. Por ejemplo, Capital Research and Management Company, la gestora de fondos del gigante estadounidense Capital Group, tenía el 3% de las acciones en enero. Subió al 5% a finales de febrero y a más del 10% el 24 de mayo. También American Funds Insurance Series Growth Fund ha adquirido nuevas acciones, ya que en abril anunció que superaba el 3% a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que también el Bank of New York Mellon Corporation sobrepasó el 7 de mayo.

Los inversores minoritarios recibieron, sin embargo, la compra con poca alegría: el lunes, tras anunciarse la absorción de Talecris, los títulos de la catalana, que forma parte del Ibex 35, se precipitaron más del 5%. Cerraron como el peor valor del día, con una caída del 8%, en un día ya de por sí malo en todas las plazas europeas. La semana terminó teñida de rojo para el valor, que perdió más del 6%. Y esto a pesar de que parecía que la compañía le daría la vuelta a la tortilla en el parqué, gracias sobre todo a varios informes que respaldaron la operación por su valor estratégico de expansión. "A tenor de los números dados por Grifols, la operación creemos que genera valor incluso si solo creemos parte de las sinergias", apuntaba un análisis del Banco Sabadell. Aún así, los analistas recuerdan, además del alto endeudamiento que conlleva, el fleco suelto que mantiene: las autoridades de EE UU deben dar luz verde a la compra tras estudiar si dificulta la competencia.

Víctor Grifols aseguró el lunes que están tranquilos. No habrá problemas, explicó, porque se comen a la tercera firma de hemoderivados más grande del mundo, pero la compañía resultante seguirá siendo la tercera, por detrás de Baxter y CSL. Cuando la australiana CSL intentó comprar Talecris hace dos años, la operación no fue aprobada. "Porque [la autoridad de la competencia] consideró que quedarían solo dos grandes jugadores en el sector y el mercado necesitaba al menos tres para proteger los intereses de los pacientes. Nuestra compra permite que los haya", justificó confiado.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.
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