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Reportaje:

Kodak lucha por la vida

La compañía se encomienda a las patentes para salir adelante en la era digital

Cuando Google anunció en agosto pasado la compra de Motorola Mobility para hacerse con su cartera de patentes, la atención se dirigió de inmediato hacia Kodak. Este interés repentino, consecuencia de la guerra por controlar la propiedad intelectual de la tecnología que hace funcionar los dispositivos móviles, llegó como una bocanada de aire fresco a la compañía fotográfica, a punto de convertirse en víctima de la era digital.

Eastman Kodak convirtió la fotografía en un hobby. Haber inventado la cámara digital hace un cuarto de siglo no ha evitado que la empresa esté a punto de convertirse en una reliquia. Y como Motorola o HP, este icono del universo corporativo de EE UU está teniendo muy difícil adaptarse a la nueva realidad.

El 85% de las cámaras y teléfonos interactivos usan su tecnología
En 25 años ha pasado de tener 145.000 empleados a 18.000

La pregunta que se hacen los inversores en Wall Street sobre el futuro de la firma -dirigida desde 2005 por el español Antonio Pérez- es simple: ¿sobrevivirá por sí sola? Estudiada durante años en las escuelas de negocios como ejemplo de éxito y gestión, Kodak ocupa el puesto 17º en la lista que la revista Fortune dedica a los grandes perdedores. El ejercicio 2010 se cerró con un agujero de 687 millones de dólares.

Desde 2005, solo ha dado beneficios un año. Los números crean descontento entre los accionistas, que días atrás vieron además cómo la compañía pedía un préstamo de 160 millones de dólares, lo que alimentó los miedos de que esté quemando más efectivo del que puede permitirse y, como indicó Moody's, debilite su liquidez.

Las alarmas se activaron y prendió de nuevo el rumor de la suspensión de pagos, lo que provocó que sus títulos se desplomaran a 78 céntimos de dólar. La caída de la acción de Kodak está siendo progresiva desde finales de los años noventa del siglo pasado y refleja, como apuntan los analistas, el fracaso de la compañía a la hora de rentabilizar el cambio de la fotografía tradicional a la imagen digital.

Una transformación del negocio que se aceleró con la llegada al mercado de los teléfonos interactivos de Apple y Google hace cuatro años. A comienzos de 1997 la acción de Kodak se pagaba a casi 93 dólares. Esta semana se debatía por mantenerse por encima de un dólar. La compañía salió del índice Dow Jones en la primavera de 2004, tras haber sido parte del principal indicador de la Bolsa neoyorquina desde la Gran Depresión. En diciembre pasado abandonó el índice S&P 500.

El plan de ajuste lanzado hace siete años para adaptarse a la era digital, que llevó a la empresa a cerrar sus fábricas más antiguas y a una drástica reducción de plantilla, no da resultados. La debilidad de sus finanzas hace temer nuevos recortes y, en última instancia, su extinción. La plantilla global de la compañía ronda los 18.800 empleados, frente a los 145.300 que tuvo en 1988.

Moody's, entre tanto, hundió aún más su deuda en el nivel de bono basura con un argumento demoledor: cada vez menos gente compra cámaras de la vieja escuela. Ante la pérdida de confianza de los inversores, Kodak se limita a decir que "no es inusual que una compañía en transformación explore todas las opciones". Opciones que, aseguran, no incluyen la del concurso de acreedores.

La empresa sí busca, sin embargo, un comprador o compradores interesados por sus cerca de 1.100 patentes para la digitalización de imágenes. Y ahí se fijan ahora los inversores. El litigio que mantiene con Apple y Research In Motion podría elevar el valor de esos activos y representar una importante infusión de dinero en efectivo en el futuro. Ya lo consiguió frente a

Samsung y LG.

Los analistas del sector tecnológico hacen números y calculan que los derechos de su tecnología podrían valer unos 3.000 millones de dólares. Es decir, las patentes de Kodak podrían llegar a valer 10 veces más que su capital bursátil y multiplicaría por tres el efectivo que a finales de junio tenía en balance. Pero Moody's puntualiza que es difícil predecir cuánto podría sacar a la venta.

Es más, en Wall Street se habla de que los buitres de la suspensión de pagos podrían estar ahuyentando potenciales interesados en tan suculenta cartera. Entre tanto, el equipo de Pérez espera recomponer su colchón de liquidez hasta los 1.600 millones con el tirón de las ventas navideñas y el dinero que entre en caja gracias a las licencias.

El 85% de las cámaras digitales y teléfonos interactivos usan la tecnología de Kodak. Dos de las interesadas en hacerse con esas patentes podrían ser Microsoft y Samsung. Pérez ya explicó que el dinero que recauda por el uso de su tecnología de imagen lo invierte en otros negocios, como el de impresoras digitales.

Los analistas de MDB Capital calculan que la demanda que hay ahora por las patentes para móviles podría multiplicar por 10 el precio de la acción de Kodak. Ya se vio algo en este sentido a mediados de agosto, cuando en un día sus títulos subieron un 42% por el frenesí creado tras la compra de Motorola Mobility por parte de Google, reina de las puntocom.

Wall Street se fija ahora en dos eventos. A lo largo de este mes podría resolverse el litigio con RIM, fabricante de la BlackBerry, y con Apple, inventora del iPhone. Eso podría aportarle unos 1.000 millones. Además, Kodak presentará resultados el próximo 3 de noviembre. Sus ingresos en los últimos 12 meses rondaron los 6.490 millones, con unas pérdidas en el mismo periodo de 1.060 millones.

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