Nueva ofensiva de Zapatero en China

Después del viaje, al parecer fructífero, del mes pasado por el golfo Pérsico, José Luis Rodríguez Zapatero tiene previsto cerrar la agenda para una nueva visita a China el próximo mes de abril. No quiere que pase más tiempo. El contenido es primordialmente económico -como lo subraya la presencia del ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián-, con el objetivo de amarrar acuerdos y compromisos comerciales e inversores.

Durante los días que esté en el gigante asiático, Zapatero se entrevistará con su presidente, Hu Jintao, y con el primer ministro, Wen Jiabao, además de representantes de organismos gubernamentales, bancos y empresas. Posteriormente, se trasladará a Singapur, otra plaza fuerte desde el punto de vista inversor, sobre todo en el campo financiero y de máximo interés para la nueva etapa de las viejas cajas de ahorros.

Las relaciones de España y China se han estrechado de un tiempo a esta parte, sobre todo después de que el Gobierno de dicho país ayudara a España en la crisis de la deuda de la pasada primavera con la compra de bonos del Tesoro y de que Jiabao considerara a España como "el mejor amigo de China en la Unión Europea". Precisamente, Zapatero se comprometió a ejercer de embajador ante la UE para flexibilizar la política de visados hacia China, que perjudica los intercambios comerciales y las visitas turísticas, lo que también interesa mucho a España. No es ninguna casualidad, por tanto, que este viaje se produzca apenas nueve meses después del anterior -a finales de agosto- y solo unos meses después de la visita del viceprimer ministro chino, Li Keqiang, a España, en enero.

Ahora, las dos partes tendrán la oportunidad de repasar las evoluciones de sus compromisos y los vínculos económicos se fortalecerán mucho más cuando se eleven las compras chinas a España y permita equilibrar la balanza comercial, claramente favorable a China. El año pasado se fijó como objetivo aumentar el comercio bilateral hasta 40.000 millones de euros en 2011.

Pero al presidente español también le interesa aprovechar la buena sintonía para atraer inversiones a España. La potencia inversora de la segunda economía mundial es muy fuerte y el atractivo por España -como en otros países debilitados- se ha demostrado principalmente en esta época de crisis. China ha mostrado especial inclinación hacia los sectores de energías renovables y las tecnologías relacionadas con la energía, las telecomunicaciones, la biotecnológica y las finanzas.

Se demuestra en la reciente instalación de una oficina del ICBC (Banco Industrial y Comercial de China) en España y su acuerdo con la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) para la apertura de cuentas, aunque en el fondo se ha interesado más por la entrada en el capital de las nuevas cajas de ahorros tras su reestructuración. Representantes de la CECA también han realizado una intensa gira por el país vendiendo el sector. Y más de un presidente ha sido llamado por el embajador chino para conocer el estado de su caja.

Asimismo, un importante ramillete de grandes empresas españolas tiene presencia en China, destacando el 10% que tiene Telefónica en China Unicom, la segunda firma telefónica donde además César Alierta ocupa un puesto en el consejo, y el 15% de BBVA en China Citic Bank. Igualmente, el Grupo Santander tiene desde hace tiempo desplazada en el país una delegación encabezada por Juan Manuel San Román para sondear las posibilidades. De momento, existe un principio de acuerdo con el China Construction Bank para desarrollar una red de oficinas rurales.

Además, Zapatero quiere aprovechar el tirón que tuvo el pabellón de España en la Expo de Shanghai para atraer el turismo chino. Es una forma de mejorar la cooperación y de intensificar los flujos económicos, sobre la que ya debatió en octubre una comisión bilateral creada específicamente para el asunto. Pero, para que se produzca se tiene que superar el problema de los visados a lo que se han comprometido Zapatero y Sebastián.

Por cierto, el polifacético ministro se ha trasladado a Estados Unidos, donde contará con Ferran Adrià y varias empresas españolas para promocionar el made in/by. El fin de semana rematará la gira con el mismo mensaje en Moscú.