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Reportaje:

Pollos criados sin estrés

Coren es la primera firma europea con la certificación de 'Freedom Food' en el Reino Unido

El bienestar de los animales domésticos, desde la crianza hasta el sacrificio, constituye cada vez más una exigencia mínima comunitaria de la Política Agrícola Común para la cabaña ganadera. La cooperativa gallega Coren ha sido la primera empresa europea en el sector de la avicultura de carne que obtiene la etiqueta de "Freedom Food" concedida por la Real Sociedad para el Bienestar de los Animales en el Reino UnidoUnido. Esta certificación la podrá utilizar la empresa para toda la producción de los llamados pollos de corral por cumplir los estándares de bienestar animal y supone la mejor carta de presentación ante los mercados.

La calificación afecta a más de cinco millones de pollos de corral que se crían en régimen de extensivo en unas cien granjas del grupo

"Hasta hace muy pocos años, los consumidores casi no se preocupaban por las condiciones de vida y la alimentación de los animales que llegaban a su mesa", señala el consejero delegado del grupo, Manuel Gómez-Franqueira. "Pero en la actualidad, el bienestar animal tiene cada día una mayor importancia para el consumidor y ese concepto lo hemos comenzado a integrar en el valor del conjunto de la cadena alimentaria, desde la crianza de los animales en las granjas hasta el transporte y el sacrificio".

La Real Sociedad para el Bienestar de los Animales se constituyó en 1824 con el objetivo de trabajar para que los humanos respetaran y vivieran en armonía con los animales. La organización puso en marcha en 1994 la etiqueta "Freedom Food" que se concede para carnes, huevos y productos lácteos cuando son producidos bajo unos determinados estándares de bienestar desde las granjas hasta su sacrificio. Para los expertos de la organización, el tipo de producción y el regimen de crianza afecta directamente a la calidad de las carnes.

El grupo Coren, con una facturación total superior a los 900 millones de euros, es una de las principales empresas agroalimentarias con especial peso en la avicultura y en porcino. En el caso de los pollos, es una de las firmas líder con una producción de pollo intensivo con unos 35 millones de unidades al año. Sin embargo, desde 1995 inició la producción del llamado pollo de corral que en la actualidad supone ya más de cinco millones de unidades al año.

"Hemos tenido un importante crecimiento y mantenemos esta apuesta para el futuro, señala el consejero delegado, porque hay cada día más consumidores dispuestos a pagar más por alimentos que cumplan ciertos estándares de calidad".

Total trazabilidad

Para la producción de los cinco millones de pollos, el grupo tiene acuerdos con un centenar de granjeros en el marco de la propia cooperativa con instalaciones capaces para unas crianzas por camada de entre 15.000 y 20.000 cabezas.

Con el objetivo de asegurar la calidad, el grupo aplica un plan de trazabilidad que va desde los huevos a incubar hasta el sacrificio. La cooperativa gallega dispone de animales reproductores de la especie "Label" adquiridos en Francia para obtener el tradicional pollo campero de color rojizo. Parte de esos animales se venden en el propio mercado gallego para granjas particulares y la mayor parte se entregan a los granjeros del grupo.

La crianza de los animales en la cooperativa se rige por una reglamentación interna con unas exigencias que van desde las condiciones de las instalaciones hasta los sistemas de alimentación.

En lo que afecta a las granjas, es necesario disponer de un metro cuadrado por pollo cuando se halla en el campo, mientras cuando los animales están dentro de las instalaciones cerradas, el número máximo es de 13 unidades y de 27,5 kilos de peso por metro cuadrado. La reglamentación comunitaria para los pollos en crianza intensiva permite 39 kilos por metro cuadrado y puede llegar hasta los 42 kilos.

Las granjas deben disponer de naves cerradas y de campo abierto. Los animales suelen permanecer dentro de las naves hasta los 35 días, aunque deben disponer de trampillas abiertas para salir al exterior.

La alimentación de este tipo de animales debe contener hasta un 70% de cereales como maíz, trigo y cebada. Ese pienso se acompaña además con trigo sin moler en comederos para lograr una carne con una mayor textura, más dura y con un color amarillo diferente del criado de forma intensiva. Igualmente hay unas normas más estrictas en materia sanitaria con la prohibición de medicar a los animales a partir de los 60 días de vida. Técnicos del grupo controlan en cada granja el cumplimiento de todas las exigencias sobre alimentación y sanidad.

Para la crianza de este tipo de pollos con un peso entre los 2,4 y los tres kilos de peso son necesarios entre 80 y 86 días frente a los menos de 50 días que requiere la crianza de un pollo blanco en regimen de crianza en intensivo. Ello se traduce en unos costes medios superiores en 0,60 euros por kilo.

En la actualidad, aunque este tipo de pollo se vende durante todo el año, los periodos de mayores ventas coinciden con Navidad y Semana Santa. Tras lograr en el Reino Unido el certificado de calidad "Freedom Food" se pretende promover y consolidar su presencia, no solamente en el Reino Unido, donde puede comercializarse bajo esta certificación, sino en el conjunto de los países comunitarios donde hay una mayor demanda de este tipo de productos.

Manuel Gómez-Franqueira, consejero delegado de Coren, y Jackie Ballard, presidenta de "Freedom Food".
Manuel Gómez-Franqueira, consejero delegado de Coren, y Jackie Ballard, presidenta de "Freedom Food".

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