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Reportaje:Empresas & sectores

Sube la fiebre de los rascacielos en Nueva York

La construcción de edificios altos vuelve a ser motor del crecimiento de la ciudad

¿Se permitiría construir un rascacielos al lado de la Torre Eiffel, en París, o del Big Ben, en Londres? Es la pregunta que lanzó al aire el propietario del Empire State Building en defensa de esta obra maestra del art déco, símbolo de Nueva York. "Nadie toleraría que se instalara una plataforma petrolífera junto a la Estatua de la Libertad", añadió Anthony Malkin.

Con esos argumentos intentó frenar el empresario la amenaza del proyecto 15 Penn Plaza, una torre de oficinas que se alzará a solo 300 metros al oeste del emblemático rascacielos. El dramatismo que dio Malkin a su ataque al proyecto de la inmobiliaria Vornado Realty no le valió de mucho, porque la construcción de la estructura recibió el apoyo casi unánime -con un solo voto en contra- de los concejales neoyorquinos.

La metrópoli se recupera de la crisis mejor que el resto de EE UU
Londres, Shanghai o Hong Kong tienen edificios de oficinas más modernos
El más alto será la Torre de la Libertad, en el World Trade Center

El factor económico se impuso. Los grandes edificios son un motor del crecimiento de la ciudad. Se espera que solo este proyecto genere 7.000 empleos. Y hay más. Nueva York se recupera de la crisis mejor que el resto del país. El sector inmobiliario también, sobre todo en Manhattan. Los inmuebles parecen conservar mejor el valor que en otras grandes metrópolis.

Las primeras señales de que la contracción inmobiliaria tocó fondo llegaron en primavera. Los edificios de oficinas que se topaban con problemas para encontrar inquilinos, como el rascacielos en Eleven Time Square, empezaron entonces a firmar contratos. La construcción de esta torre finalizó en noviembre de 2008, dos meses después del colapso, unas calles más arriba, de la firma bursátil Lehman Brothers.

Inquilinos es lo que necesita Vornado antes de empezar a romper el manto de granito que recubre la isla de Manhattan. Su edificio de 67 pisos no es el único que va a hacer sombra al Empire State, el rascacielos más alto de Nueva York desde que las Torres Gemelas fueron destruidas en el ataque terrorista del 11-S, hace nueve años. Es el título que tuvo durante cuatro décadas, antes de completarse el World Trade Center.

La competencia por ser la figura dominante en Nueva York crece. Y es que, como decía en su defensa David Greenbaum, presidente de Vornado, el hecho es que el skyline de la ciudad nunca ha parado de cambiar, "y esperemos que nunca deje de hacerlo". Y si la economía coopera, habrá una verdadera ola de construcciones, como no se veía en décadas.

El edificio más alto será la Torre de la Libertad, en el número 1 del World Trade Center. Del vacío en la Zona Cero emerge ya una estructura de 36 plantas. Se inaugurará en 2013, y se conjetura que la editorial Conde Nast será uno de sus ocupantes. El magnate inmobiliario Larry Silverstein tiene además todo cimentado para construir otro rascacielos, aunque no tan alto, bautizado como 4 WTC.

El que ya está casi finalizado en Downtown, o zona baja de Manhattan, es el rascacielos con piel metálica llamado Beekman, que se alza junto al casi centenario Woolworth, uno de los primeros edificios altos que se construyó en la ciudad. Hablando de transformación, el Ayuntamiento está examinando el proyecto para alzar dos torres de viviendas en la zona de Midtown, precisamente al oeste de Penn Station. Serán más altas que el 15 Penn Plaza, por lo que la vista desde el vecino Estado de Nueva Jersey, al otro lado del río Hudson, cambiará por completo a partir de 2016.

Aparte de las cuestiones estéticas, los analistas subrayan que el apoyo a estos proyectos tiene también un aspecto competitivo determinante. Londres, Hong Kong y Shanghai, los otros tres grandes centros financieros globales, cuentan con edificios de oficinas más modernos que Nueva York. Es el argumento que utilizó Mark Weprin, presidente del subcomité del Ayuntamiento que analizó el proyecto de Vornado, para justificar su respaldo. "Necesitamos nuevos edificios", dijo.

También en pleno corazón de Manhattan se completará en 2013 un gran edificio residencial conocido como Carnegie 57. Y hay planes que, como la Torre 3 WTC, no tienen aún fecha. Es el caso también del futuro hotel Four Seasons en el 99 de Church Street, en Downtown, y del rascacielos Hines, junto al Museo de Arte Moderno.

Pero, como señalan los expertos en cuestiones inmobiliarias, aún quedan un par de años para que estos proyectos tengan todos los papeles en regla, consigan la financiación y puedan empezar a construir. El objetivo es que las grúas invadan de nuevo el skyline de Manhattan. Y para que eso suceda, la economía debe seguir acompañando.

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