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Reportaje:Información privilegiada | Empresas & sectores

Las constructoras edifican su futuro

Los grandes grupos basan su crecimiento en la internacionalización y la estabilidad financiera mientras se especula sobre nuevos procesos de concentración

Miguel Ángel Noceda

Aseguran en círculos aledaños a la construcción que la próxima ola de concentraciones se va a producir en el sector. Es una bicha que viene corriendo desde hace meses y de ella llegaron a hacerse eco en el propio Ministerio de Fomento de José Blanco, mientras las principales empresas echaban balones fuera o desmentían directamente la posibilidad. Según los defensores de una nueva concentración -el sector no ha dejado de vivir en medio de procesos de fusiones en los últimos 30 años, dando lugar además a los grandes grupos internacionales actuales-, es "necesaria y conveniente" para afrontar los retos de la globalización y superar la crisis.

Pero lo cierto es que, precisamente, las constructoras españolas están muy consolidadas, han sabido diversificar sus carteras de negocios y diversificarse geográficamente, de manera que ya más de la mitad de su facturación -y en algunos casos, de las dos terceras partes- proviene del exterior.

Ese proceso se produjo como consecuencia de las necesidades de crecimiento, y últimamente con más énfasis, ante la caída de la contratación de obra pública en infraestructuras en España. De tal forma que no hay más que mirar el ranking. De las 20 primeras empresas europeas, seis (ACS, Ferrovial, FCC, Acciona, OHL y Sacyr Vallehermoso) son españolas y una -ACS tras la compra de Hochtief- es líder. Ningún país del entorno tiene más de tres grandes empresas.

Esa es otra de las razones para apostar por fusiones entre las españolas, aunque no sea muy consistente. Es más, los últimos episodios de crecimiento de los grupos españoles han venido por la vía de compras en el exterior tanto en infraestructuras como en servicios. Es difícil aventurar pactos entre las seis grandes, en todo caso sí de las más pequeñas o absorciones de estas.

Por otro lado, prácticamente no hay mes en el que no se anuncie un contrato por alguna parte del mundo en el que no aparezca una o varias empresas españolas (los últimos fueron el AVE del desierto de Medina a La Meca o el tren también de alta velocidad en Turquía). Están en todos los sitios donde hay dinero y liquidez, tienen fama de contar con la mejor tecnología y suelen cerrar sus obras en plazo y con éxito. Mejor credencial imposible para seguir la expansión. "Hay demanda y sabemos hacerlo muy bien, pero falla la financiación", presume una fuente del sector. El objetivo es consolidar las dos terceras partes de su negocio fuera. Además, ejercen un efecto arrastre enorme para otras empresas españolas auxiliares.

Quizá una situación que puede cambiar algunas perspectivas, es la búsqueda de la estabilidad financiera. Durante los últimos años, las empresas de Seopan, asociación sectorial de las grandes, han puesto en marcha programas de desinversión para reducir el apalancamiento y se han desprendido de activos considerados no estratégicos por valor de 30.000 millones de euros. En el próximo ejercicio tienen que afrontar unos vencimientos superiores a los 10.000 millones de euros, sin contar la refinanciación del crédito de Sacyr por 4.900 millones. Esta empresa y ACS tienen posiciones prioritarias en Repsol e Iberdrola, y mientras la primera negocia la venta de parte de su 20%, la otra se mantiene como principal accionista de la eléctrica.

Como contrapartida de ese plan de desinversión, algunas de esas empresas se pueden ver abocadas a ampliar capital e incorporar socios. Esa sería la vía para posteriores integraciones, según las fuentes que apuestan por esa circunstancia.

Pero, de momento, las constructoras continúan batiéndose entre ellas, salvo contadas ocasiones que acuden en una UTE (unión temporal de empresas), en los grandes contratos internacionales. Son los casos que se abren ahora en Chile y, sobre todo, Colombia, donde el Gobierno de Juan Manuel Santos, prepara un plan de infraestructuras que supera los 30.000 millones de euros y que persigue la modernización de carreteras, la ejecución de nuevos corredores ferroviarios hacia los puertos del Caribe y del Pacífico, la ampliación de puertos y la construcción de otros nuevos, la ampliación y acondicionamiento de 23 aeropuertos y la recuperación de varias vías fluviales. -

El impulso llega tras la aventura internacional

Las seis grandes constructoras (ACS, Ferrovial, FCC, Acciona, OHL y Sacyr Vallehermoso) comenzaron 2011 con una cartera de obras en el exterior por valor cercano a 27.500 millones de euros, cifra que supera la mitad del total de pedidos. Durante el pasado año, el crecimiento de la contratación fuera de España fue del 17%, lo que demuestra el impulso que han logrado en su aventura internacional al que se han visto impelidas por el recorte interno. Además, han ganado a sus principales competidores contratos de postín como la ampliación del Canal de Panamá; el mayor túnel de Europa, en los Alpes; el hospital más moderno del mundo, en Catar; el Ave de Medina a La Meca...

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.
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