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Tribuna:Empresas & sectores
Tribuna
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El coste de no hacer nada

En estos días, políticos de 190 países están reunidos en Copenhague para abordar uno de los mayores retos del planeta: la lucha contra el calentamiento global y el cambio climático. Las expectativas son altas. La posibilidad de presenciar las devastadoras consecuencias del cambio climático durante nuestra propia vida es un hecho real y el coste de no hacer nada resulta simplemente demasiado elevado.

Las empresas deben formar parte de la solución. Las acciones e inversiones que tienen una repercusión mayor y más inmediata empiezan por la eficiencia energética. La Agencia Internacional de la Energía ha estimado que, comparado con el nivel actual, la eficiencia energética podría suponer una reducción de las emisiones de hasta el 50% en 2050.

Las empresas deben formar parte de la solución al cambio climático

La mayoría de las tecnologías que necesitamos para reducir drásticamente nuestro uso de la energía ya existen. La industria de las tecnologías de la información y la comunicación es responsable del 2% aproximadamente del consumo energético mundial, una cifra que, según las previsiones, se habrá duplicado en 2020. Sin embargo, el uso de la tecnología producida por esta industria puede permitir a otras reducir sus emisiones hasta un 15% y ahorrar cerca de 600.000 millones de euros de aquí a 2020.

Para aprovechar ese potencial es necesaria la cooperación y la co-creación entre las distintas industrias. Mediante la colaboración es posible, incluso, alcanzar el objetivo de una reducción del 30% en las emisiones de CO2 desde los niveles de 1990 en los países industrializados para el año 2020.

En resumen, se necesita un fuerte liderazgo y una fuerte voluntad política, pero las empresas también desempeñan un papel fundamental.

¿Qué podemos hacer entonces?

El primer paso consiste en que cada empresa se tome en serio su propia responsabilidad. En Nokia estamos adoptando medidas en todas nuestras actividades para reducir las emisiones, disminuyendo el consumo de energía de nuestros productos y operaciones. Nos hemos fijado el objetivo de recortar las emisiones de nuestras instalaciones en un mínimo del 18% para 2010.

También hemos de plantearnos cómo aprovechar mejor la tecnología móvil para facilitar a las personas el control de su propia huella medioambiental. Un problema mundial requiere una acción política mundial, pero una parte importante del ahorro procederá de los consumidores, usted y yo, y de cómo vivimos nuestra vida diaria. Aquí es donde creo que empresas como Nokia pueden realizar una contribución aún mayor.

Siempre me sorprende la enorme repercusión que pueden tener las pequeñas cosas cotidianas cuando las hace un gran número de personas. Un ejemplo de ello es el teléfono móvil, algo que poseen hoy en día más de 4.000 millones de personas en todo el mundo. Mediante su uso de nuevas formas podemos realizar una importante contribución a la reducción del consumo energético.

Se derrocha mucha energía, por ejemplo, dejando en modo de espera los aparatos electrónicos en el hogar. En la última década, hemos reducido el consumo en espera de nuestros cargadores hasta un 95%. Si los propietarios de móviles colaboran también desenchufando el cargador una vez que se ha cargado su teléfono, el ahorro será aún mayor. Si tan sólo una cuarta parte de los propietarios de móviles hiciera esto, se ahorraría suficiente energía para abastecer a un mínimo de 100.000 hogares europeos al año.

Un mayor uso de la tecnología móvil y de las comunicaciones puede cambiar nuestra forma de vivir, ayudándonos a tomar decisiones más sostenibles día a día. Este uso, por ejemplo, puede reducir la necesidad del trayecto diario al trabajo o los viajes de negocios. También podemos hacer uso de las funciones avanzadas disponibles en la actualidad en los dispositivos móviles para reducir la necesidad de otros aparatos electrónicos, como cámaras u ordenadores, y podemos descargar servicios digitales, evitando la necesidad de objetos físicos, por citar sólo algunos ejemplos.

El ahorro potencial aquí es enorme. Si tan sólo un 10% de las personas que utilizan dispositivos Nokia en todo el mundo hiciera lo siguiente: utilizar su móvil para asistir a una reunión en lugar de volar hasta el lugar de la reunión, utilizar el dispositivo para trabajar a distancia una vez por semana en lugar de acudir en coche al trabajo o utilizar su dispositivo en lugar de otro reproductor de música, cámara, grabadora de vídeo, teléfono fijo, ordenador o navegador de coche. Sólo con estas tres sencillas acciones podríamos reducir las emisiones mundiales de CO2 en más de 170 millones de toneladas. Para hacernos una idea, es una cantidad equivalente a las emisiones anuales de Dinamarca y Bélgica juntas. Y, naturalmente, los mismos principios son aplicables a cualquier otro fabricante de dispositivos.

Está claro que el uso de las tecnologías de la información y la comunicación de esta forma podría marcar la diferencia.

El problema del cambio climático debe tener solución: muchas de las tecnologías requeridas se encuentran ya disponibles, mientras que otras se pueden desarrollar si se aplican los incentivos adecuados. Las políticas necesarias están relativamente claras y los costes de la transición se pueden asumir. Lo único que no tenemos es tiempo. Retrasar la toma de medidas es simplemente inadmisible.

Olli-Pekka Kallasvuo es presidente y consejero delegado de Nokia.

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