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Reportaje:Información privilegiada

El hombre que sabía demasiado

Juan del Rivero, uno de los introductores de la banca de inversión en España, deja la actividad

Miguel Ángel Noceda

Juan Antonio del Rivero, uno de los hombres que introdujeron la banca de inversión y todo lo que la rodea en España, se jubila de Goldman Sachs (GS). Ha estado siempre en la retaguardia, lejos de los primeros planos, como mandan los cánones de una profesión que exige discreción. Nunca se le ha visto en los medios de comunicación ni se ha prodigado por recepciones y cenáculos. Pero es uno de los principales testigos de los vertiginosos cambios que ha experimentado la empresa española en los últimos 30 años. Uno de los pocos privilegiados de haber estado en la pomada de los grandes movimientos empresariales de este país, probablemente junto a Luis Isasi (Morgan Stanley), Santiago Eguidazu (AB y N+1) y Emilio Saracho (GS y JP Morgan). Del Rivero es de los que se ganaron la confianza de los líderes empresariales y se convirtió en una especie de asesor de cabecera.

Ahora este histórico de la banca de inversión inicia una nueva etapa, con más calma y, seguramente, alguna consejería; alejado del frenético ritmo de ese mundo de tanta agitación, muchas veces expresión del capitalismo más salvaje. Choca llamar histórico a una persona de 55 años; pero es que este cántabro, pese a su juventud, se ha ganado a pulso ese calificativo.

Desde 1988 ha sido responsable de GS, uno de los principales bancos de negocios estadounidenses, y por lo menos ha logrado que la crisis que ha sufrido a nivel mundial haya pasado más inadvertida en la filial ibérica. Se incorporó a los chicos de oro después de siete años en Chase Manhattan y dos en el Banco Santander de Negocios. Desde entonces ha dirigido GS en España y Portugal y lo colocó en posición de liderazgo, hasta el punto de que se convirtió en el primer y por ahora único español nombrado partner, un grupo de difícil acceso que representa el 1% de la plantilla. En 2009 se retiró del partnership para asumir el rol de consejero asesor, con lo que completó el círculo.

Del Rivero empezó a trabajar en un entorno donde todo era nuevo, para él y para mucha gente en España, donde los bancos de inversión eran muy poco conocidos. Y le tocó, en una primera fase, centrarse en las privatizaciones que por aquel entonces empezaba a acometer el Gobierno socialista (Telefónica, Endesa, Repsol...). Abordó, de esa forma, la transformación de los grandes monopolios estatales en empresas privadas que, con el tiempo, llegarían a estar entre las más potentes de Europa y del mundo.

Posteriormente amplió el radio de acción a empresas y bancos privados, a los que ayudó activamente en la expansión internacional y a que se convirtieran en firmas representativas y, en muchos casos, líderes de sus sectores con compras en el exterior o integraciones en grupos más grandes o más internacionales. También participó en el asesoramiento de las salidas a Bolsa y en la financiación de los mercados, hasta entonces inexplorados como EE UU o Japón, de las entidades que hasta entonces no tenían rating de crédito y a las que les ayudó a obtenerlo, y en la aportación de tecnología al área financiera.

Sería difícil encontrar una entidad financiera o un grupo industrial con el que no haya tenido contacto de una u otra forma. Participó en las principales operaciones de la reciente historia económica española. Además de las salidas a Bolsa, trabajó por ejemplo en la compra de YPF por Repsol o en la fusión del Santander con el Central Hispano, siendo en este caso el único asesor involucrado en la misma, por deseo expreso de las dos partes para garantizar la confidencialidad. Su relación con la entidad cántabra fue muy intensa, destacando su asesoramiento en la expansión en EE UU con la compra de First Fidelity y su integración posterior con otras, la compra de la parte de Banesto que cotizaba en 1998 y la compra del británico Abbey National.

También intervino en la compra del Banco Herrero por La Caixa en 1995, así como en la desinversión del Banco Urquijo por la familia March y en las ventas de empresas familiares por precios récord: Cruzcampo, Domecq, Cortefiel, entre otras.

Hay más ejemplos que marcaron pauta: la primera financiación sin recurso (project financing) que fue la del sistema de abastecimiento de aguas a la ciudad de Vigo, concesión que ganó FCC en 1992; la primera titulización de créditos hipotecarios en una operación que realizó el Santander en 1993; la primera emisión en moneda extranjera (marcos alemanes) que realizó una comunidad autónoma (la vasca) en 1992...

33 años de fusiones y adquisiciones

La trayectoria de Juan Antonio del Rivero en la banca de inversión alcanza los 33 años, lo que significa que empezó en ese proceloso mundo con 22 años, recién salido de la Facultad. A lo largo de su carrera, que inició con compañeros como Emilio Saracho o Claudio Aguirre, tuvo en sus equipos a ejecutivos que se convertirían en líderes de otros bancos de inversión, como Enrique Casanueva (JP Morgan), David Jiménez Blanco (Credit Suisse), Francisco Sánchez Asiaín (Nomura) o Ignacio Gutiérrez Orrantia (Citigroup).

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.
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