La zapatilla renace sola

"De verdad, ha sido un fenómeno natural, es una tendencia que va y viene, lo empezaron a poner de moda los chavales pijos de algunas ciudades y nosotros hemos tratado de estar ahí y responder al boom". Insiste en ello Claudio Ferreiro, el director comercial de Nuevo Milenio, la empresa riojana que fabrica las zapatillas Victoria desde 1915.

El modelo más popular, la Inglesa, empezó a finales de los cincuenta. Volvieron a primera línea de la moda en los ochenta y ahora, con el regreso de aquella estética, también han vuelto estas zapatillas: sus ventas llevan dos años duplicándose respecto al año anterior. Y sólo entre enero y septiembre se han vendido más de dos millones de pares.

Algunos productos clásicos vuelven a situarse en la cúspide de la moda cada ciertos años y no hay una gran estrategia marquetiniana detrás. En el caso de las Victoria, el trabajo ha sido posterior. La compañía abrió los brazos al boom espontáneo y lo alimentó.

Una de las formas fue la apuesta por la customización, es decir, por la personalización de los modelos por parte del público. "Veíamos por Internet dibujos que hacía la gente y nos gustaban. Así que decidimos ponernos en contacto con ellos y muchos particulares han creado sus propios diseños. Algunos cobran un tanto por ellos y otros prefieren un porcentaje por cada par vendido", señala Ferreiro.

La firma también acentuó su imagen de última tendencia patrocinando por primera vez eventos como el festival de música electrónica Primavera Sound o la participación en citas de moda urbana como el Bread&Butter de Barcelona. Y también han fomentado que las calcen los presentadores de programas de moda.

La compañía riojana tiene asumido que este renacer tiene algo de burbuja. Que el efecto pasará, y volverá. "Por eso no hemos ampliado mucho las instalaciones y hemos puesto cupos a los distribuidores".