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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Momentos estelares

Jordi Gracia

Entre las razones que ha tenido Jordi Amat para escribir este libro desde luego las académicas son las menos relevantes, seguramente porque a menudo los buenos libros nacen libres de cálculos de intereses o estrategias y se nutren antes que nada de la necesidad de explicarse las cosas. He tenido la fortuna de ver crecer este libro mientras se hacía y he visto cómo se le cruzaba al autor este asunto en medio de muchos otros: comparto con él el gusto por entender lo que pasó entonces, en nuestros orígenes históricos e intelectuales, para explicar una parte de lo que pasa ahora, pese a que Amat nació después del fin de todo, en 1978.

El lector español poco familiarizado con la cultura catalana del siglo XX es probable que descubra aquí un episodio quizá menor, quizá fugaz, quizá incluso sólo sintomático, pero también muy revelador del impulso de racionalidad que animó a unos cuantos hombres vinculados al franquismo, desvinculados del franquismo y, a veces, ni vinculados ni desvinculados sino simplemente ajenos a él. No se trata de lamentar la encrucijada vejatoria a la que sometió el franquismo a la cultura literaria catalana, sino de explicar por qué pudieron ser los maestros vivos de esa cultura (Carles Riba, Josep M. de Sagarra, J. V. Foix, Marià Manent, Josep Pla) adelantados de un ensayo de reanudación de la decencia en plena indecencia franquista, por qué llegaron a sentirse aliados de un equipo que venía de los fundamentos del franquismo y sin embargo, a principios de los cincuenta, parecían dispuestos a cambiar las cosas que habían fundado y asumir como patrimonio cultural propio lo más valioso de la cultura catalana. Dionisio Ridruejo y Revista, Pedro Laín Entralgo, Vicente Aleixandre y el entorno de Ínsula, con José Luis Cano, son protagonistas de este libro en tanto que hombres de cultura y cordura (en alguno de esos nombres, progresiva) y cada vez más segura de sí misma y menos acobardada, también más dispuestos a entender y aprovechar peripecias tan complejas como la de un combatiente republicano como Rafael Santos Torroella que servirá de enlace entre la resistencia antifranquista y el poder.

LAS VOCES DEL DIÁLOGO. Poesía y política en el medio siglo

Jordi Amat

Península. Barcelona, 2007

283 páginas. 20 euros

Las gracias de este libro son muchas: empiezan en un subtítulo directo y se alimentan de una buena cantidad de material inédito, procedente de epistolarios sobre todo, y sabe avanzar lanzando cables aquí y allá, a esos artículos de Ridruejo y a aquellas otras confesiones de Manent, tanto Marià como su hijo Albert, a los encuentros personales de escritores y a las confidencias escritas de Joan Fuster. Todo junto trata de reconstruir con inteligencia interpretativa el significado de los tres congresos de poesía que tuvieron lugar entre 1952 y 1954 y, sin embargo, habla de otra cosa más honda a poco que se lea con atención: habla de la condición sometida de la inteligencia bajo el franquismo, habla de los intentos de colonizar espacios de ese franquismo para mitigarlo y habla sin complejos de una nostalgia histórica: la impotencia actual por trabar relaciones más civiles y fecundas entre la cultura española y la cultura catalana, como si Jordi Amat hiciese abstracción sabia de las peroratas de predicadores nacionalistas sin fundamento racional ni de aquí ni de allí. Es una actitud de por sí tan saludable que podría ser la primera de las razones por las que obtuvo con este libro el Premio de ensayo Casa de América.

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Sobre la firma

Jordi Gracia
Es adjunto a la directora de EL PAÍS y codirector de 'TintaLibre'. Antes fue subdirector de Opinión. Llegó a la Redacción desde la vida apacible de la universidad, donde es catedrático de literatura. Pese a haber escrito sobre Javier Pradera, nada podía hacerle imaginar que la realidad real era así: ingobernable y adictiva.

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