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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El inicio de la modernidad

Como nadie exhibe Novalis, llamado Friedrich von Hardenberg (1772-1801), las dos caras del Romanticismo. La más conocida y popular se resume en su exaltación de la cristiandad, en su anhelo de retorno a un mundo preburgués, o en su ansiedad de la búsqueda sin término -la flor azul en su novela Henrich von Onfterdingen, la amada muerta en sus Himnos a la noche-. La menos visible: la obra singular de un joven de poco más de veinte años sin estudios sistemáticos de filosofía, que quería tener una carrera sólida dentro de la Administración del Estado, que había estudiado matemáticas, geología, química o metalurgia y que se hace cargo, desde tal posición, de las grandes corrientes de pensamiento de su tiempo casi en su totalidad.

ESTUDIOS SOBRE FICHTE Y OTROS ESCRITOS

Novalis

Introducción, traducción

y notas de Robert Caner-Liese

Akal. Madrid, 2007

270 páginas. 20 euros

Conviene recordar esas dos

caras y el modo en que una ha ocultado hasta cierto punto la otra, al comentar esta importantísima, crucial contribución de Robert Caner-Liese a la historia en castellano de los inicios del Romanticismo, que no son otros que los de la modernidad. En efecto, a partir de la edición (1965) que se supone definitiva de los escritos de Novalis, Caner-Liese presenta, en una cuidada versión, con un magnifico prólogo y unas notas no menos excelentes, un conjunto de escritos de radical relevancia de ese Novalis menos visible.

En lugar de la figura del joven sensible y atormentado, se presenta aquí un pensador nada evanescente, firmemente anclado en la vida de su tiempo, un Novalis "científico y funcionario", que, como observa irónicamente Caner-Liese, se repuso rápidamente de la pérdida de su amada Sophie. En suma, un lector atento del filósofo Fichte, que en 1974 había dado a conocer Doctrina de la ciencia, considerada la obra inaugural del idealismo. Como señala Caner-Liese, cabe recordar que en el célebre fragmento 216, de autoría colectiva, de Athenäum (1798- 1800), la revista del grupo de Jena al que pertenecía Novalis, se señalaba ya que las más grandes "tendencias" de su tiempo se encarnaban en la Revolución Francesa, la novela de formación de Goethe titulada Wilhem Meister (1795- 1796) y, precisamente, la Doctrina de la ciencia de Fichte.

Puede decirse así que Novalis continuó o extendió paralelamente este aserto de Athenäum al anotar, sin descanso, a Fichte, lo cual revela el modo todavía inclusivo del saber de la época, un saber que todavía no es especializado: ciencia, filosofía, poesía formaban parte de una sola tarea, que era la del pensamiento. Si Novalis ante Fichte muestra el carácter aún plural -filosófico y literario a la vez- de ese talante individual, en los otros textos aquí incluidos, algunos de ellos "publicados en vida por Novalis", se ve también el alcance político de ese talante, sobre todo en el decisivo La cristiandad o Europa que, como señala el editor, en vida de Novalis sólo conocieron sus íntimos y Goethe.

Por último, además de los Diálogos, Caner-Liese ha incluido aquí el "breve pero fundamental" Monólogo, "deslumbrante puesta en escena de la propia filosofía del lenguaje" que anticipa, sobre el carácter autónomo del propio lenguaje, muchas de las propuestas que se encontrarán en la filosofía y el pensamiento literario de los próximos dos siglos, desde el formalismo hasta la desconstrucción. "No es pues extraño", observa Caner-Liese, que "Heidegger empiece uno de sus ensayos sobre el lenguaje (Del camino al habla) con una reflexión sobre este texto".

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