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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dos sobrevivientes

Olga Chejova (1897-1980) y Marie Missie Vassiltchikov (19171978) tenían en común su patria, Rusia, así como el hecho de que ambas eligieron Alemania como país de adopción; la primera, empujada por la insoportable miseria reinante en Moscú durante la guerra civil, y la segunda, obligada por el terror bolchevique durante la revolución de 1917, que arrebató a su aristocrática familia sus posesiones y derechos. En lo demás fueron dos personas harto distintas, supervivientes, cada una a su manera, de una época trágica.

La Chejova, diva del cine alemán durante las décadas de los treinta y cuarenta, nunca se rebeló contra los nazis, sino que continuó con su carrera sin interesarse abiertamente por la política; tampoco sufrió ningún percance con la derrota alemana: fue conducida a la URSS y recibida con honores. Su familia se hallaba unida al mundo del teatro gracias al matrimonio de una tía suya homónima con el gran dramaturgo y escritor Antón Chéjov. Siendo muy joven, también Olga se casó con un sobrino de aquél, Mijaíl Chéjov, actor profesional de talento, pero alcohólico e irresponsable como padre de familia. El matrimonio fracasó y tras unos años de miseria, Alemania apareció en el futuro de Olga como una solución a su desventura. Cómo llegó esta mujer a convertirse en estrella del celuloide y a sobrevivir en un tiempo de cinismo, brutalidad y terror generalizados es la cuestión que se propone desvelar el historiador británico Anthony Beevor, ya conocido en España por sus exitosos Stalingrado y Berlín, la caída (Crítica). Sólo lo consigue a medias, pues también para él continúa siendo un secreto el trasfondo de la dama.

LOS DIARIOS DE BERLÍN

Marie Vassiltchikov

Traducción de R. Vilagrassa

Acantilado. Barcelona, 2004

512 páginas. 25 euros

EL SECRETO DE OLGA CHEJOVA

Anthony Beevor

Traducción de D. León Gómez

Crítica. Barcelona, 2004

334 páginas. 19,90 euros

Beevor logra, en cambio, narrar de forma magistral la azarosa historia de la familia Knipper-Chéjov, vinculada al célebre Teatro del Arte de Moscú -fundado por Stanislavski-, desde comienzos del siglo XX hasta la era Jruschov. Historia real con varios protagonistas : la "tía Olia" y su sobrino Liev Knipper, hermano de Olga, cobran enorme relevancia. Liev trabajaba como agente del contraespionaje soviético. Enroló a su hermana como espía rusa en la corte hitleriana, y ésta accedió a fin de proteger a su familia, que en cualquier momento podía ser acusada de "actividades antisoviéticas" por la policía de Stalin. ¿Qué relación tuvo esta "espía" con Hitler? Beevor la desmitifica; en todo caso, nunca hubo una amistad íntima entre ambos, tal como se propaló después de la muerte del dictador.

Missie Vassiltchikov se muestra perfecta en su ingenuidad en sus diarios de 1940 a 1945. La joven, que contaba 22 años cuando comenzó la II Guerra Mundial, vivía entre Francia, Lituania y Alemania, países en los que se relacionaba con lo más selecto de la nobleza centroeuropea. Bella, mimada y elegante, las ominosas circunstancias la obligaron a buscar trabajo, pero dado su dominio de la lengua inglesa, lo halló como traductora en el Servicio de Radiodifusión, en Berlín. Poco después pasó al Departamento de Información del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reich. Missie, preocupada más por su apariencia y por las revistas ilustradas americanas prohibidas, acabó por despertar a la realidad: la vida en Berlín fue tornándose más precaria conforme caían las bombas aliadas; la desolación se extendía por doquier y entre la población crecía el odio a Hitler. La muchacha advirtió enseguida que casi todos sus amigos, militares de alta graduación y miembros de la nobleza, pertenecían a un nutrido grupo clandestino de adversarios del régimen, a los "conspiradores" que secundaron al conde Von Stauffenberg en el fallido atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944. La represión que desencadenó el incidente fue cruel: se ejecutó a más de doce mil personas acusadas de conspiración. El testimonio de Missie sirve para proporcionar una idea de la tragedia y es la prueba de las proporciones que cobró el antinazismo activo dentro de la propia Alemania, minimizadas a menudo por los historiadores.

Missie recopiló sus notas después de la guerra, y su hermano George las preparó para su edición inglesa, en 1985, añadiéndoles unos comentarios aclaratorios muy útiles. La edición de Acantilado es excelente, aunque no constituye una novedad en castellano, pues Seix Barral publicó estos diarios en 1989 traducidos por Pilar Giralt.

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