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Encuesta de Metroscopia

El 20-N no mitiga el pesimismo

Llegan al 94% los españoles que ven lejos la recuperación - El 49% afirma que hacen falta más sacrificios - Más de la mitad cree que Zapatero ha sido mal presidente

EL PAÍS

Mariano Rajoy subirá mañana a la tribuna del Congreso de los Diputados para afrontar su investidura como sexto presidente del Gobierno de la democracia. Lo hará en un contexto económico pésimo y, sobre todo, en un clima de derrotismo ciudadano por la crisis que no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado desde las elecciones generales del pasado 20 de noviembre.

El líder del PP tiene más que difícil lanzar un mensaje de esperanza a los españoles. De hecho, la mayoría de los ciudadanos, el 49%, entiende que aún son necesarios más sacrificios para afrontar la crisis económica, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS realizada con 1.000 entrevistas telefónicas los pasados 14 y 15 de diciembre.

Por primera vez son más quienes tachan de mala su situación económica
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El discurso del "sangre, sudor y lágrimas" que previsiblemente planteará Rajoy mañana no puede incluir la promesa de resultados inmediatos en forma de mejora de la economía, porque los expertos no atisban ese final y porque el líder del PP está más que escarmentado de los mensajes optimistas de los "brotes verdes".

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El sondeo refleja un pesimismo ciudadano récord respecto a la percepción de la situación global del país y respecto a la forma en la que la crisis afecta a los ciudadanos encuestados. A corto plazo todo es negro, con tendencia a empeorar aún más. Nunca antes un 96% había considerado "mala o muy mala" la situación económica y nunca antes un 94% había visto lejos la resolución de la crisis. Un 73% cree que aún no hemos tocado fondo y que la economía no ha empezado a recuperarse.

Dirigentes del PP mantienen estos días que a lo único que pueden aspirar en los primeros meses de mandato es a conseguir que los ciudadanos tengan la percepción de que hay alguien al frente, tomando decisiones; pero dan por hecho que, en coincidencia con los datos de la encuesta, las cifras y las percepciones ciudadanas no mejorarán al menos hasta 2013. Para afrontar el próximo año, por primera vez son más los ciudadanos que definen como mala su propia situación que quienes la califican de buena; es decir, que la crisis es vista ya como algo que les afecta directamente.

La mayoría (49%) considera que hacen falta más sacrificios -los que se supone que Rajoy anunciará mañana y que empezará a poner en marcha a finales de diciembre o principios de enero-, frente a un 38% que considera que ya se han hecho "demasiados" recortes y el 6% que sostiene que las reformas realizadas hasta ahora son "suficientes". En todo caso, Rajoy tiene el apoyo de sus votantes: el 65% de ellos pide más sacrificios. El PP obtuvo una holgada mayoría absoluta en las elecciones del 20-N, cuando los ciudadanos ya conocían la política de recortes de ese partido en los Gobiernos de comunidades como Castilla-La Mancha.

La percepción de la situación política tampoco ha mejorado, a la espera de que el PP se haga con el Ejecutivo. No obstante, la satisfacción es patente: tras la noche electoral, la mayoría de los españoles se sintieron indiferentes (35%) o esperanzados (32%), frente a los que se sintieron preocupados (32%). Y el 91% no cambiaría su voto, una vez conocido el resultado (que más de la mitad de los encuestados califica de positivo). Es decir, que ni la mayoría absoluta del PP asusta aún ni el desastre del PSOE conmueve todavía.

De hecho, el juicio a José Luis Rodríguez Zapatero sigue siendo igual de severo que en los últimos meses. La próxima semana abandonará La Moncloa con una nota muy negativa: a los malos resultados del PSOE en las elecciones generales del 20-N se unen otros datos, como que el 53% asegura que ha sido un mal presidente del Gobierno y que la mayoría entiende que el paso del tiempo no mejorará su valoración en los libros de historia.

Al presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE en precario se le atribuye prácticamente la mitad de la responsabilidad por la debacle electoral de su partido. La otra mitad corresponde, según el sondeo, al que ha sido candidato socialista y teórico líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. La mayoría de los españoles (50%) entiende que Rubalcaba debe abandonar tras el fracaso electoral.

No obstante, en favor de Rubalcaba, que aún no ha desvelado si aspirará a liderar el partido en el congreso federal de febrero, opera el dato de que el 57% de los votantes socialistas considera que debe seguir al frente del PSOE, por ser el que mejor puede reorganizarlo. Y como quien decide, al fin y al cabo, son los socialistas, Rubalcaba aparece en esta pregunta como el más valorado por los suyos, aunque la encuesta no le confronte con ningún otro candidato o candidata.

Apoyo al veto a Amaiur en el Congreso

El PP va a favor de la corriente cuando veta que Amaiur tenga grupo parlamentario propio en el Congreso. Para tomar esta medida, que el resto de partidos ha considerado más política que jurídica, Mariano Rajoy tiene a su favor a la mayoría de los ciudadanos y, especialmente, a la mayoría de los votantes del PP.

Así, un 65% de los votantes del PP afirma que no debería permitirse que la formación que representa a la izquierda abertzale tenga grupo propio, con capacidad mayor de presentar iniciativas y de intervenir en los plenos. En el conjunto de los ciudadanos esta opinión también es amplia, pero baja hasta el 45%.

Los que aparentemente no han actuado a favor de la opinión de sus electores han sido los representantes del PSOE en la Mesa del Congreso, que se abstuvieron. La mayoría de los electores socialistas (47% frente al 34%) considera que sí debería permitirse que Amaiur tuviera grupo propio.

Curiosamente, los ciudadanos encuestados no tienen claro si el hecho de que la izquierda abertzale tenga grupo propio supondría un paso más hacia la "normalización política del País Vasco" o equivaldría a "permitir que la banda terrorista ETA tenga voz en el Congreso". Hay el mismo porcentaje de españoles que apoyan cada una de esas dos respuestas.

Una mayoría clara de votantes del PP entiende que sería negativo porque los diputados de Amaiur representan a ETA, mientras que los electores socialistas ven un paso adelante y positivo en la actitud de la coalición de la izquierda abertzale.

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