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300 gaiteros homenajean a Manuel Fraga en la Praza do Obradoiro de Santiago

El arzobispo Julián Barrio elogia al político fallecido el domingo por "defender los valores de la civilización occidental"

La misa por Manuel Fraga en la catedral de Santiago y el posterior homenaje de los gaiteros que solían acompañar sus investiduras como presidente de la Xunta se presumía el acto más solemne, y también el más multitudinario, de los que se han sucedido desde la muerte del político gallego el pasado domingo. Al final la afluencia no fue tan numerosa como había previsto el Ayuntamiento, que ayer contaba con la llegada de 60 autobuses procedentes de toda Galicia. Capitaneado por el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, el ejecutivo gallego en pleno, los tres expresidentes de la Xunta y una veintena de familiares, exconselleiros, diputados, alcaldes y simpatizantes dieron otro nuevo adiós al fundador del Partido Popular, enterrado el pasado martes en Perbes (Miño, A Coruña). Al homenaje, retransmitido en directo por la Televisión de Galicia, asistieron, además, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el titular de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; la ministra de Fomento, Ana Pastor, la de Sanidad, Ana Mato, el presidente de la Comunidad Valencia, Alberto Fabra o el vicesecretario de comunicación del PP, Esteban González Pons. Pachi Vázquez, secretario general de los socialistas gallegos, también estuvo presente en la ceremonia. En la Praza do Obradoiro se instaló una pantalla para que el que lo desease pudiera seguir desde allí la misa, se cortaron las calles aledañas al templo y en las calles la presencia policial fue constante desde primera hora de la mañana.

"Don Manuel, siendo sabedor de que cumplir la misión es alcanzar el destino, manifestó: 'Para un cristiano la muerte carece de problemas y de dramatismos, porque está superada por la resurrección, que es dogma esencial", elogió el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, durante la homilía. La religiosidad de Fraga, a la que Barrio aludió en varias ocasiones, no fue ni mucho menos el único aspecto que alabó el arzobispo de la trayectoria del expresidente gallego . "Persona de bien, supo mirar lejos, con amplitud y con profundidad, descubriendo los retos de la existencia en las encrucijadas de la Historia. Defendió los grandes valores de la civilización occidental de la Europa que nació peregrinando en torno a la memoria del Apóstol Santiago", prosiguió. Fue durante la presidencia de Fraga, con el conselleiro Vázquez Portomeñe al frente, cuando nació el Xacobeo se hizo marca, en el Año Santo de 1993. "Don Manuel se le murió a Galicia, a la que conoció profundamente porque amó intensamente su historia, a su cultura y a sus gentes, y se le murió a España, a la que sirvió en su vocación política con dedicación y honradez admirable. Nunca olvidó sus raíces: Vilalba [el municipio de Lugo en el que nació], Perbes, Santiago, toda Galicia. Sentía necesidad de ellas", sentenció.

Terminada la misa, la comitiva de autoridades se reunió de nuevo en el Obradoiro, donde esperaban desde dos horas antes los 300 gaiteros de la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense y de la Banda de Gaitas de la Diputación de Pontevedra. Antes de sonar el himno gallego, colofón del acto, una pantalla instalada en la plaza repasó en imágenes algunos momentos de la vida del político, como el famoso baño de Palomares o el encuentro con Fidel Castro en Cuba.

A la misma hora del homenaje institucional, unas 20 personas se reunieron en la Alameda de Santiago para denunciar, bajo el lema Fraga Iribarne era un fascista, la "amnesia" con la que se presenta la figura de Fraga, que jamás renunció a su pasado franquista. Con esta concentración comienza una serie de actos festivos durante la tarde y noche de hoy en algunos bares de Compostela.

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