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Golpe a las juventudes etarras

34 detenidos de la cantera del sector duro de ETA

La banda ordenó a Segi recrudecer el conflicto - Interior da por decapitadas las juventudes etarras

Jorge A. Rodríguez

La policía y la Guardia Civil asestaron ayer un duro golpe a la cabeza de Segi, la sección juvenil de ETA que durante los últimos años ha alimentado a la organización terrorista de nuevos miembros del sector más duro, de los más proclives a seguir con las armas en la mano. Un inusitado despliegue de agentes (unos 950 entre los dos cuerpos) detuvo en la madrugada de ayer a 34 personas en las tres provincias vascas y Navarra, acusadas de seguir alimentando a ETA, de mantener activa una formación ilegalizada, de "endurecer el conflicto" mediante la kale borroka (vandalismo terrorista) y de haber creado una engrasada maquinaria de financiación de sus actividades.

La operación, coordinada por el juez Fernando Grande-Marlaska, se desencadenó de madrugada con el objetivo de detener a 40 personas. La cuenta, sin embargo, se quedó en 34 más otra detención en Francia. La inminencia de la operación era conocida tras una información del diario Gara en la que el "movimiento pro amnistía" advertía de que se estaba preparando. En realidad se trató de dos operaciones: una llevada a cabo por la Guardia Civil contra los jefes de Segi y su aparato de financiación, con cinco detenidos, y otra del Cuerpo Nacional de Policía contra los ya captados por la organización para tareas de kale borroka, así como contra los responsables provinciales y comarcales (29 arrestos).

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La policía corta de esta forma el "proceso de reforzamiento" de Segi que, según el Ministerio del Interior, trataba de "incrementar el número de militantes" para así afrontar las líneas marcadas por ETA de "endurecer el conflicto" mediante el vandalismo terrorista. Segi buscaba aumentar la presión sobre las llamadas "luchas prioritarias": la construcción del "estado vasco" y el combate contra el tren de alta velocidad, el modelo educativo de Euskadi y la especulación inmobiliaria.

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Los agentes se incautaron de material para fabricar bombas caseras (gasolina, ácido, bombonas de camping gas, guantes, recipientes...), publicaciones internas de ETA (como el Zutabe), manuales para montar artefactos, 6.000 euros repartidos en sobres, así como matrículas anotadas de supuestas víctimas de próximos ataques de kale borroka.

La operación de la Guardia Civil, por su lado, fue directamente al núcleo directivo de Segi. El instituto armado explica que esta organización, al igual que ETA, había duplicado su cúpula directiva. Una parte se "parapetó" tras el organismo Gazte Independestistak (jóvenes independentistas), entidad que organizaba asambleas de jóvenes en gaztetxes, locales de reunión, donde su proselitismo era público y conocido.

La otra parte se encargaba de mantener "las labores clandestinas". Los jefes de esta sección serían Jon Anda Vélez de Mendizábal, Oihana Fernández Iturri, Jon Ciriza Murugarren y Raúl Iriarte Rodrigo, todos con entre 23 y 26 años (el listado completo de los detenidos, en www.elpais.com). Los gaztetxes, sobre todo los de Pamplona, servían para la financiación de las actividades de la organización.

Tras este golpe (los 34 detenidos de ayer más otros 113 en los últimos dos años), el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio por "descabezada" Segi y explicó que la operación -la más vasta de los últimos años por el número de detenciones y registros- cumple tres objetivos: impedir que las organizaciones de ETA que han sido ilegalizadas se rehagan; romper la "cantera" de la banda y luchar contra la violencia callejera que organizaba Segi. "No queremos que haya ningún tipo de impunidad en el País Vasco", aseveró Rubalcaba.

El caso es que Segi no sólo funciona como la cantera de ETA, donde además los acólitos se foguean en el terrorismo con la kale borroka, sino que por ella o sus antecesoras (Jarrai y Haika) han pasado algunos de los jefes militares de ETA más duros y más ortodoxos con el uso de la violencia para la consecución de objetivos políticos (como Garikoitz Aspiazu, Txeroki, por ejemplo).

Por ello, Interior subraya la importancia de esta operación "en un momento clave en la lucha contra el terrorismo", cuando desde el Gobierno y sectores moderados de la izquierda abertzale se pretende que en ésta se establezca un debate sobre el fin del terrorismo y el abandono de las armas, que esos duros rechazan. De hecho, Arkaitz Rodríguez, uno de los detenidos junto a Arnaldo Otegi, había pedido por carta desde prisión que se controlase a Segi, por su radicalismo.

Uno de los detenidos ayer por la policía, esposado junto a la comisaría de San Sebastián.
Uno de los detenidos ayer por la policía, esposado junto a la comisaría de San Sebastián.JESÚS URIARTE

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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