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LA PRECAMPAÑA DEL 12-M

Almunia ofrece a IU un pacto de gobierno

La coalición de Frutos tendría que renunciar a presentarse en 34 provincias donde no tiene escaños

Anabel Díez

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, ofreció ayer a Izquierda Unida, solemnemente, y por primera vez en la historia de la democracia, un pacto para formar "un Gobierno de progreso" en torno a un programa previamente acordado. La oferta, un pacto a la francesa, contiene la petición de que IU no presente candidaturas al Congreso en las 34 provincias donde nunca ha logrado escaño. A cambio, IU se garantizaría representación en el Senado, donde actualmente carece de presencia, a través de las candidaturas del PSOE. Almunia remitió ayer a Francisco Frutos, candidato de IU a la presidencia, un escrito con 10 puntos de Gobierno "prioritarios" e "irrenunciables", aunque "ampliables", basados en el programa socialista.

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La oferta de Almunia se concreta en un acuerdo de las características del suscrito en 1997 por la izquierda francesa, que permitió al socialista Lionel Jospin derrotar a la derecha y posibilitó la entrada de ministros comunistas en el Gobierno de París. En el PSOE se pone de relieve que ese acuerdo se ha revelado como una fórmula sumamente estable, que ha permitido a Francia alcanzar unos niveles de avance económico y progreso social acorde con los países de su entorno, y que no ha mermado lo más mínimo, sino al contrario, la estrategia y cohesión de la política exterior francesa ni las posiciones comprometidas con el proyecto europeísta y la participación en organizaciones como la OTAN.En IU, que hoy mismo celebrará una reunión extraordinaria de su dirección para estudiar la propuesta del PSOE, la oferta ha sido acogida con cautela a la espera de un próximo encuentro entre ambas direcciones en el que se concreten los aspectos programáticos de la posible alianza. El pronunciamiento de Almunia, en todo caso, ha sido rápidamente descalificado por el PP y tajantamente rechazado por CiU -la formación de Jordi Pujol-, que de entrada descarta colaborar con un Gobierno que incluya a ministros comunistas.

Aunque el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, había dado pasos en los últimos días de acercamiento a IU, ayer se cuidó mucho de no ofrecer concreciones a pesar de las reiteradas preguntas sobre cómo se traducía su llamamiento a la unidad de los progresistas. El primero que había preguntado en alto había sido, precisamente, el candidato electoral de Izquierda Unida, Francisco Frutos. "¿Con quién quiere pactar Joaquín Almunia: con Izquierda Unida o con los nacionalistas?". La pregunta se la había formulado Frutos durante toda la semana anterior. Almunia le dio ayer la respuesta: con Izquierda Unida, formación que responderá hoy con una contraoferta.

Apoyo de los sindicatos

Sindicatos y Nueva Izquierda ven con satisfacción la iniciativa de aplicar en España un pacto a la francesa, en tanto que el PP y CiU, con diferentes argumentos, la descalifican. El PP destaca "la confusión del PSOE, dispuesto a pactar con quien sea y a renunciar al centro con tal de ganar al PP". En CiU, la oferta se interpreta como un giro hacia propuestas radicales de imposible compatibilidad con los nacionalistas.

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El argumento, sin embargo, es pragmático y aritmético, tal como lo expuso Almunia en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, de la que obtuvo apoyo unánime. Inmediatamente después, el secretario general socialista telefoneó a Frutos para explicarle que en ese momento le remitía un escrito con la oferta. Frutos le replicó que la estudiaría con atención. Tras este contacto, Almunia telefoneó a los secretarios generales de las dos centrales sindicales de clase, UGT y CCOO, Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez, respectivamente, para informarles. Antes había conversado con el secretario general de Nueva Izquierda, Diego López Garrido, con cuya fuerza política el PSOE concurre en coalición a las elecciones del 12 de marzo. Garrido le animó a dar este nuevo paso en la unidad de la izquierda.

Qué ofrece el PSOE y a qué tiene que renunciar IU son las consideraciones delicadas sobre las que los socialistas quieren incidir. Su criterio es que ambas fuerzas salen ganando. La consideración general es que la derecha está unida ya en un solo partido, el PP, por lo que no hay riesgo de pérdida de votos por parte alguna. La experiencia de las elecciones generales de 1996 y de las autonómicas catalanas del pasado mes de octubre lleva a Almunia a afirmar que "desde hace algunos años la izquierda gana las elecciones y la derecha gobierna".

La petición a IU es de gran calado y por eso Almunia ha tratado de revestirla de tono suave y de conferir a esa fuerza política de toda la dignidad posible. Le pide a Frutos, como cabeza de cartel -el coordinador general sigue siendo Julio Anguita-, que convenza a su organización para que no se presente en 34 provincias, exactamente en las que IU nunca ha obtenido representación parlamentaria. El pacto pasa por que los dirigentes de IU en tales circunscripciones pidan el voto para la coalición PSOE-Progresistas. "En esas provincias sus votos nunca han sido útiles para la izquierda, nunca han conseguido llevar un solo representante al Congreso", argumentó Almunia. Si IU no se presenta en ellas, "todos los votos de izquierda contribuirían a la victoria de las fuerzas progresistas", apostilló.

Los senadores

Esta propuesta, obviamente, reconoce que IU tiene todo el derecho a presentarse allí donde ha obtenido representación con sus propias siglas. A continuación viene la propuesta para el Senado, donde IU no tiene representación. "Propongo a IU que sumemos nuestros votos en las provincias en las que la derecha obtuvo tres senadores. Formemos en ellas candidaturas conjuntas para obtener tres senadores, dos del PSOE y uno de IU. IU obtendría un senador donde ahora no tiene ninguno", recordó Almunia. Esta hipótesis, precisamente, ya había sido manejada por dirigentes de la Federación Socialista Madrileña meses atrás, sin que llegara a plasmarse en una decisión. Los socialistas madrileños fueron los pioneros.

Almunia tuvo ayer el pleno apoyo de la ejecutiva, tal y como manifestaron los miembros de ese órgano que tomaron la palabra. El primero fue José Borrell, seguido de Abel Caballero y Narcís Serra. El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, fue igualmente favorable, aunque puso énfasis en que de manera alguna pueda interpretar la opinión pública que el PSOE está dispuesto a adoptar desde el Gobierno posiciones radicales. Horas más tarde lo dijo en público en Toledo. "El PSOE hace una oferta generosa e inteligente que no busca ser radical, sino el triunfo de las fuerzas de progreso", informa Isabel Salvador.

El temor de perder el espacio de centro había sido una constante siempre de los dirigentes socialistas, también de Almunia, para desesperación de los miembros de la corriente Izquierda Socialista, que siempre abogaron por un entendimiento con IU. Pero el centro, tal y como lo entiende Almunia, no va a ser abandonado por esta oferta. "No hay ninguna posibilidad de encontrar un elemento, un matiz, que permita decir que el programa del PSOE se va a reorientar respecto al que aprobó el comité federal el 21 de diciembre", dijo el secretario general.

El líder del PSOE obtuvo también el visto bueno del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, ausente de la reunión por compromisos en su comunidad, así como del ex presidente del Gobierno Felipe González, a quien la oferta "le ha parecido bien", según Almunia.

Chaves, sin embargo, ha matizado que en lo que respecta a Andalucía las relaciones entre las dos formaciones políticas se rediseñarán después de las elecciones autonómicas del 12 de marzo. "Si a partir de ahora IU acepta la propuesta que ha puesto sobre la mesa Joaquín Almunia y se dan unas ciertas actitudes de respeto y consideración a lo largo de la campaña electoral, se debe producir, se puede producir un punto de inflexión en las relaciones entre IU y el partido socialista también en Andalucía", subrayó tras destacar que su partido aspira a obtener en las urnas la mayoría suficiente para llevar a cabo su programa. El PSOE gobierna ahora en coalición con el Partido Andalucista.

La oferta de momento distancia a CiU del PSOE. La respuesta durísima de Jordi Pujol era esperada por el PSOE, que parece asumirla de antemano si se tiene en cuenta el distanciamiento que ayer exhibió Almunia.

"Con los nacionalistas hay que hablar, hay que dialogar con todas las fuerzas políticas pero en los últimos tiempos, a consecuencia de la política del PP, los nacionalistas han incrementado su afán de condicionar sin que se corresponsabilicen con la labor de Gobierno", dijo Almunia. No es nuevo si se recuerdan las palabras del candidato socialista del pasado 16 de enero en el acto de presentación de los candidatos socialistas. En esa ocasión, hace sólo ocho días, Almunia afirmó que no estaba dispuesto a gobernar con el apoyo de los nacionalistas si eso significaba "disgregar España".

"Otro nivel" con CiU

"Yo ofrezco un pacto de gobierno a Izquierda Unida, para que no se inutilice ningún voto y la relación con los nacionalismos es a otro nivel; la participación de los nacionalistas no tiene por qué ser de gobierno cuando, además, nunca han querido entrar", recordó Almunia. El candidato aseguró que no tiene previsto "ningún contacto con CiU de aquí al 12 de marzo". Los nacionalistas catalanes dan por seguro que las propuestas de IU, si son aceptadas por el PSOE, les aleja para siempre.

En las próximas horas se dilucidará si las diferencias programáticas de los últimos años entre PSOE e IU pueden salvarse. De los 10 puntos de Almunia habrá tres respecto a los que IU pedirá explicaciones. Las políticas de Seguridad y la OTAN, las reformas fiscales y el Pacto de Estabilidad marcado por la Unión Europea han sido aspectos sobrelos que IU criticaba casi por igual al Gobierno y al PSOE. Sobre ellos, sin embargo, el PSOE no se va a mover pero aun así recuerda que hay pactos de esta naturaleza en Francia, Italia, Alemania y Suecia.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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