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Condenados en Pau dos mercenarios de los GAL por el secuestro del francés Segundo Marey

El Tribunal de Pau (Francia) condenó ayer a los mercenarios de los GAL Talbi Mohand y Jean-Pierre Echalier a penas de 12 y 8 años de prisión, respectivamente, como autores del secuestro del ciudadano francés Segundo Marey. Los condenados, antiguos miembros de la Legión Extranjera francesa, que han reconocido su participación en el secuestro, ratificaron ayer las declaraciones en las que involucraron en la trama de los GAL a un supuesto jefe de policía de Bilbao que se hacía llamar Pepe. [En ningún momento se pronunció en la Sala el apellido Amedo]. Más aún, Echalier y Talbi afirmaron que ese supuesto mando policial dirigía al grupo de individuos, también supuestos policías, que los recogió en la noche del 4 de diciembre de 1983 en Dantxarinea, cerca de Irún, casi tres horas después de haber atravesado la frontera con su víctima, Segundo Marey.

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Los mercenarios de los GAL condenados ayer señalaron, tal y como explicaron el jueves, que telefonearon a la comisaría de Bilbao, al parecer desde un puesto de la Guardia Civil, la noche del 4 de diciembre de 1981 tras enterarse de la detención, en el lado francés, de Pedro Sánchez, el presunto jefe del comando de los GAL, ya fallecido, que, de acuerdo con el plan previsto, debía recogerles en el lado español para trasladarles a un lugar seguro. De acuerdo con estos testimonios, Marey viajó en uno de los coches enviados desde la comisaría de Bilbao junto con el supuesto mando policia.", otros funcionarios y los dos autores materiales del secuestro. Los coches fueron interceptados cuando se dirigían hacia Bilbao, en un control instalado por la Guardia Civil. Pepe, el supuesto mando policial, que conducía el primero de los vehículos, se identificó inmediatamente ante los guardias civiles del control y éstos les permitieron continuar viaje sin más contratiempos y sin efectuar un somero registro de los coches. El grupo pasó esa noche y el día siguiente en un caserío situado a varias decenas de kilómetros de Bilbao, en un punto indeterminado, de acceso tortuoso, el lugar en el que Segun do Marey vivió sus 10 días de secuestro.Secuelas del secuestro

Fuentes de la defensa indicaron ayer que Marey, que trabajaba como representante de varias empresas vasco-francesas, entre ellas, la cooperativa Sokoa de Hendaya, fue sometido a interrogatorio durante los dos primeros días de su cautiverio. Marey, que no quiso intervenir como acusación particular en el caso, ofreció al tribunal de Pau un testimonio relativamente confuso y dio muestras de padecer hoy las secuelas de las experiencias sufridas aquellos días.

De acuerdo siempre con el testimonio de los condenados, el día 6 de diciembre de 1983 los activistas de los GAL y alguno de los supuestos policías se trasladaron a Bilbao y esa misma tarde Talbi Mohand leyó a Radio Popular, por teléfono, el escrito de reivindicación del secuestro que le había sido entregado por Pepe, el supuesto jefe policial de Bilbao. En un segundo comunicado facilitado esa misma tarde a la Cruz Roja, los GAL exigieron la excarcelación de los cuatro policías españoles, miembros de los GEO, que habían sido detenidos en Hendaya cuando, al parecer, trataban de secuestrar a José María Larretxea Goñi, un presunto miembro de ETApm al que, según todos los indicios, confundieron con otro presunto activista de esa organización, propietario de la casa que el primero acababa de abandonar.

Según el relato de los procesados, el mismo día 6 cada uno de ellos cobró 10.000 francos franceses (unos 2 millones de pesetas), la quinta parte de una suma de dinero destinada a pagar a los que habían intervenido en el secuestro.

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La entrega del dinero, a la que siguió una fiesta con champaña y la participación de prostitutas contratadas para la ocasión, se produjo en un gran hotel de Bilbao de siete plantas que, según uno de los condenados, tiene habitaciones con el número dos mil y pico.

Mohand ha afirmado que en este hotel tuvo lugar una entrevista en la que participaron un general, varios industriales de cierta edad y el propio Pepe y que en la reunión se le dieron instrucciones para cometer otros atentados y se le propuso reemplazar a Pedro Sánchez al frente del comando. Este testimonio no ha sido, sin embargo, corroborado por Echalier, cuya versión de los hechos ha sido adoptada de manera casi unánime por el tribunal y las partes, en contraposición con el relato, muchas veces fantasioso, contradictorio o manifiestamente falso, de su compañero.

Dos testimonios muy diferentes

J. L. B. ENVIADO ESPECIAL Jean-Pierre Echalier, condenada a ocho años en Pau por el secuestro de Segundo Marey, se presentó voluntariamente a la policía francesa, a la que entregó la bomba que, según las instrucciones de Pepe, debía colocar en el bar Le Mingo, de San Juan de Luz, y a lo largo del proceso ha mostrado siempre una versión que todas las partes han juzgado coherente y fiel a los hechos. Por el contrario, Mohand TaIbi, condenado a 12 años, y también implicado en el asesinato del activista de ETA Mikel Goikoetxea, Txapela, se ha caracterizado a lo largo del proceso por sus intervenciones contradictorias y su interés en involucrar a la policía francesa y española con los GAL, así como por presentarse como un infiltrado de los servicios policiales franceses en los GAL. El comisario Boslé, jefe de la policíajudicial de la región, admitió el jueves que Talbi contactó con algunos inspectores de su servicio, pero le acusó de haber hecho doble juego y de intentar despistar a la policía francesa con pistas falsas que les obligaron a movilizar efectivos en puntos alejados de los lugares donde tuvieron lugar acciones de los GAL.

Boslé expuso al tribunal de Pau, con carácter de hipótesis, la posibilidad de que el secuestro de Segundo Marey respondiera al propósito de obtener la libertad de los cuatro policías españoles que se encontraban encarcelados en la prisión de Pau y que consiguieron su libertad precisamente el 8 de diciembre de 1983, cuatro días después del secuestro.

Sin descartar la tesis del doble juego, el abogado de Mohand Talbi aportó ayer un escrito registrado en la comisaría de Biarritz en el que gracias al aviso de su defendido se advierte de un posible atentado en el número 12 de la Cité d'U Lac de San Juan de Luz, la casa ante la que fue asesinado, el 28 de diciembre de ese año, Mikel Goikoetxea, Txapela. Este dato permitió al abogado sostener que la policía francesa no comprobó todas las pistas y los avisos que le comunicó Talbi.

El fiscal descartó cualquier intento de involucrar a los servicios policiales franceses con los GAL. Subrayó la supuesta conexión entra la liberación de los policías españoles y el secuestro de Marey, ateniéndose al segundo comunicado de los GAL, y dijo que las fotografías de los refugiados vascos españoles encontradas en poder de Pedro Sánchez, el presunto del comando de los GAL, ya fallecido, son las que corresponden a sus carnés de identidad.

Ningún miembro del tribunal de Páu ni el fiscal pidió a los condenados que ojearan las fotografías de Iprensa del subcomisario de policía de Bilbao José Amedo y que respondieran a la pregunta de si esta persona es el supuesto cargo policial que se hacía llamar Pepe.

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