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El alcalde de León carga sistemáticamente sus gastos personales en el presupuesto municipal

Javier Casqueiro

La factura de un bote de brillantina para fijar su pelo con cargo al presupuesto del Ayuntamiento de León no fue un error aislado, como lo calificó el alcalde, Mario Amilivia, del PP. El regidor leonés ha dispuesto en los dos últimos años de 170 millones de pesetas para gastar a su discreción, y en esas partidas ha justificado tanto las dietas de viaje de cualquier edil de la corporación como 111 millones para publicidad y propaganda; órdenes de compra de todo tipo de utensilios de aseo como la famosa gomina o crema para zapatos y hasta 400.000 pesetas en objetos alimenticios de supermercado.

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Amilivia ha justificado así en el mismo apartado de sus presupuestos, al menos, cinco frascos de gomina, limosnas de 2.000 pesetas, escobillas para su aseo, un cepillo de dientes, puros, leche evaporada, café, bombones, caramelos, pastas, cava, bocadillos, y dos hilos y una aguja (580 pesetas) para coser la banda rota de los concejales en una procesión.En el fondo del caso de la gomina del alcalde de León hay un debate técnico sobre cómo deben incluirse en los presupuestos de cualquier consistorio determinados gastos de mantenimiento del gabinete de una alcaldía, y una discusión ética, a lo mejor económicamente anecdótica, sobre qué tipo de facturas debe pasar al erario público un responsable político. Y más si, cómo en este caso, el alcalde recibe unos 12 millones al año por su condición de regidor, vicepresidente de Caja España y procurador regional.

Ambos aspectos se mezclan en la denuncia formulada en su día por la oposición socialista, que cree algo más que un síntoma el modo difuso con que Amilivia gestiona el presupuesto y en particular los elevados gastos previstos para la alcaldía.

El PSOE de León ha elaborado un pormenorizado informe sobre una pequeña selección de 21 expedientes de justificación de gastos del alcalde de su ciudad. Son apenas 266 facturas de las miles que el gabinete de Amilivia ha registrado entre 1997 y 1998. Su valor suma 2.700.000 pesetas entre los 170 millones a su disposición. Los socialistas han reclamado más expedientes y facturas, que todavía no les han sido entregadas por el Gobierno municipal, con mayoría absoluta del PP. También han pedido 35 fotocopias de esos recibos para demostrar públicamente que la aparición de notas como la de la gomina no pueden atribuirse a un error de una secretaria sino a una manera personalista de entender la política. Si las facturas originadas por una persona pueden perfilar su estilo y maneras, hay que concluir que las adscritas al alcalde de León le delatan como un político preocupado por su imagen, y especialmente atento con las visitas que recibe.

Mario Amilivia usa diariamente gomina pero cambia bastante de marca. Entre los cinco botes facturados a cargo municipal entre agosto de 1997 y julio de 1998 hay dos de Llongueras (1.058 pesetas) y tres Poly Swing (1.239). El alcalde aún no ha devuelto a las arcas municipales ese dinero, en contra de lo que prometió cuando estalló el escándalo. Insiste en atacar a la oposición por su ruindad en esta denuncia. Tanto él como sus colaboradores atribuyen esas facturas a errores forzados por la urgencia de determinados gastos de miembros de su equipo. "La culpa es nuestra, no suya, por intentar ser operativos y transparentes, porque si metiéramos estos gastos en el capítulo dos (bienes y servicios), pasarían inadvertidos entre los gastos corrientes", confiesan sus colaboradores.

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Pero la gomina sólo es el ejemplo más reluciente de una manera de actuar. Bajo el paraguas del gabinete de la alcaldía -"él en esas cosas no repara", concluyen casi al unísono su jefe de prensa y su concejal de Hacienda- Amilivia justifica siete millones para dietas de sus compañeros de gobierno; 2.494.951 pesetas en fotografías y cinco millones y medio en 72 comidas y diversos ágapes.

215 fotos de estudio

El capítulo previsto para fotografías ha llamado la atención del PSOE municipal. Son frecuentes los reportajes que el alcalde se encarga por cualquier visita o actividad pública, siempre con el mismo profesional de su confianza. Éste, Andrés Vilorio, que inmortalizó en su día la boda y a las hijas del primer edil, le realizó una sesión especial de estudio que acabó con 215 copias de la imagen del regidor leonés, a 812 pesetas por diapositiva, preparadas, según su gabinete, para regalar cuando las soliciten distintos sectores de la ciudad.

Otros muchos de estos gastos ni son directamente del alcalde ni para su uso, sino para mantenimiento puro de su oficina o para reparar apaños de emergencia, pero figuran en su presupuesto directo. El interventor municipal "ha invitado", tras la aparición del escándalo de la gomina, "a identificar separadamente el gasto de la alcaldía y de su gabinete". En un informe al efecto, el interventor recomienda ese método entre otras ventajas porque "supone una transparencia mayor que debe valorarse".

El concejal de Hacienda de León, Francisco Saurina, admitió que en el futuro se intentaría diferenciar esos gastos. El PSOE insiste en denunciar que en los presupuestos recién aprobados para 1999 el alcalde sigue reservándose una elevada cantidad a su discreción y sin variar esta confusa fórmula de justificación.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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