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LA CRISIS DEL PAÍS VASCO

Arzalluz asegura que no piensa dimitir y replica a Aznar que "el PNV es el problema vasco"

La consigna en el PNV es aguantar. Y el propio presidente peneuvista, Xabier Arzalluz, predicó ayer con el ejemplo al indicar en un mitin que no va a atender la sugerencia del líder del PP vasco, Carlos Iturgaiz, de abandonar la dirección del partido. "No lo estoy pasando mal", proclamó desafiante al tiempo que defendía el diálogo con el mundo de HB-ETA para "encontrar una salida a esto". Arzalluz arremetió además contra José María Aznar, al que acusó de utilizar el conflicto vasco para obtener réditos electorales, y le reprendió por sus declaraciones a La Vanguardia, en las que el jefe del Gobierno central indicaba que "el PNV y sus dirigentes son una parte fundamental y grave del problema vasco". "El PNV", precisó, "es el problema vasco". Arzalluz estuvo arropado por dirigentes de su partido que han forzado la "inminente" ruptura de los pactos con EH.

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La intervención de Arzalluz en el barrio bilbaíno de Matiko -se celebraba la fiesta de los afiliados y simpatizantes- estuvo presidida por un intento de trasladar a la militancia un mensaje de sosiego tras el quinto asesinato de ETA desde la ruptura de la tregua. Hasta cuatro veces intercaló en el mitin frases del tipo "no os asustéis de lo que está pasando", "tranquilos" o "para el futuro, ni miedo ni turbación". Y como buen ex jesuita, predicó con el ejemplo al negarse a hacer mudanza en tiempo de desolación. "No le voy a dar al PP ni a Carlos Iturgaiz la alegría de marcharme", aseguró desafiante.Arzalluz es consciente de la intranquilidad que ha cundido entre sus propios simpatizantes, primero tras la andanada de peticiones de dimisión dirigidas por el PP contra la actual dirección del PNV. Y, después, por las voces críticas que han aflorado dentro del partido por parte de cargos institucionales y del sector vizcaíno para romper los acuerdos con EH en los ayuntamientos. La ruptura, inminente, se producirá ayuntamiento por ayuntamiento, según se confirmó ayer,aunque Arzalluz precisó que se va a seguir hablando con ETA.

Los "michelines del partido"

En esta plena crisis interna, el gesto realizado ayer por cargos como el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara -uno de los primeros en exigir públicamente la ruptura de los pactos con EH-; el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, o el recién elegido presidente de la ejecutiva vizcaína, Iñigo Urkullu, de acudir al mitin para arropar a su líder no está exento de lecturas. Por si cabía alguna duda, el propio Arzalluz pidió en su intervención un esfuerzo a militantes y dirigentes para que "no cunda el desánimo y la división". Y utilizó la metáfora de "las grasas" para referirse a los menos proclives a arriesgar en el diálogo con los etarras. La estrategia de Aznar, dijo, consiste en crear desánimo en el PNV "para que tengamos miedo de lo que nos puede hacer". "Y puede", añadió, "que alguno se asuste y se retire, pero yo os aseguro que ésos son los michelines del partido, las grasas que nos sobran".

El líder del PNV se conjuró de nuevo con el sistema peneuvista de separación radical entre los cargos internos y los institucionales. Y aseguró que este "sistema doble tan costoso, que nadie se atreve a copiar", obedece a que el partido "tiene que hacer el esfuerzo para mantener el acervo de ideas" para señalar el camino "por donde vamos en cada momento". "Eso tiene que decidirlo el partido", enfatizó. Y sobre las futuras recetas del PNV para lograr la paz redobló su apuesta por el diálogo con el mundo de HB-ETA. "Negociar y negociar hasta encontrar una salida a esto: que en Euskadi no funcionen las pistolas de nadie", subrayó.

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Pese a que tuvo que admitir que la ETA actual es "impositiva y no quiere negociar", el veterano dirigente nacionalista cree que "no hay callejones sin salida", en alusión a las críticas vertidas por el mundo no nacionalista de que la vía del Pacto de Lizarra y los acuerdos con ETA han colocado al PNV al borde del abismo. Con todo, Arzalluz parece haber asumido ya que su partido no puede ensayar una salida negociada con el mundo radical sin contar con los no nacionalistas. Pero siempre con el referente del caso irlandés, porque, argumentó, "a la primera de cambio" no se consigue todo.

Fue aquí cuando recordó que el artífice del acuerdo de los nacionalistas moderados con el Sinn Fein y ex líder del SDLP, John Hume, fracasó en varias ocasiones y "hasta tuvo un atentado". "¿Es que esos fueron fracasos? Ahora Hume es Nobel de la Paz . ¿Por qué? Porque insistió, insistió, no aceptó un fracaso".

Zancadillas de Aznar

El problema, en su criterio, sigue residiendo en la actitud "electoralista" de Aznar, la misma que tuvo el PP en la tregua. "El que nos puso zancadilla fue él [Aznar], todas las que pudo. Nos echaron a toda la prensa encima y aún nos siguen zumbando", dijo. Arzalluz realizó un paralelismo entre el método utilizado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, para ganar los comicios con su guerra contra el terrorismo checheno, y los "impresionantes réditos electorales" que Aznar logra con la guerra del norte. Y acusó a ambos mandatarios de presentarse ante sus ciudadanos como "los salvadores".

Advirtió, en fin, de que Aznar "se está pasando" con sus "salidas de tono" y al utilizar al PP "como un mamut o un fantasma que tiene a toda la población española preparada ya contra todo lo vasco". Y concluyó: "ETA pega tiros, pero terminará un día. Lo que no va a terminar un día es el nacionalismo democrático, porque nosotros jugamos en el sistema y con las armas que éste pone a nuestra disposición, y tenemos pueblo detrás. Eso es lo que les duele (...) El PNV no es una parte del problema vasco; es el problema vasco".

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