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Interceptadas en Asturias casi cinco toneladas de cocaína, el mayor alijo incautado en España

Casi cinco toneladas de cocaína de gran pureza, en concreto 4.728 kilos, el mayor alijo aprehendido en España hasta ahora en una sola operación, fueron intervenidas entre el domingo por la noche y la mañana de ayer por la Guardia Civil en una cueva natural de un acantilado de Tapia de Casariego, en la costa occidental asturiana, muy cerca ya de Galicia. Según el delegado del Gobierno en el Principado, Fernando Ferriández Noval, la droga habría tenido en el mercado un valor superior a los 240.000 millones de pesetas. En principio, sólo se produjo una detención, la de Aladino M. F., vecino de Lalín (Pontevedra). Pero se dan por seguros más arrestos. Las pesquisas se están realizando de forma simultánea en varias provincías.

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Las Principales aprehensiones

Todos los indicios apuntan a que la cocaína incautada ayer por las fuerzas de seguridad en Asturias podría pertenecer a alguno de los clanes gallegos del narcotráfico y que habría sido desembarcada en la costa de esta comunidad confiando en la menor vigilancia policial de este litoral. Desde hace tiempo se sospecha, en efecto, que los traficantes de la autonomía vecina desvían algunos de sus cargamentos hacia el Principado para tratar de eludir el cerco, de los agentes.El propio delegado del Gobierno en Asturias, Fernando Fernández Noval, declaró en Tapia de Casariego, hasta donde se desplazó a primera hora de la mañana para supervisar la operación, que, 11 por la conformación de la costa y los acantilados, es muy fácil guardar tales alijos en esta zona". "La suerte es que lo hemos descubierto a pesar de lo escarpado del lugar y de las dificultades que siempre ofrecen estas actuaciones", añadió.

"Hemos dado un golpe importante", concluyó Femández Noval después de que la Guardia Civil hubiese logrado recuperar los 166 fardos escondidos entre las rocas con 4.728 kilos de una coca cuya pureza se estima, tras los primeros análisis realizados, en casi el 90%.

El alijo fue descubierto en la noche del domingo en una cueva del acantilado de Cerba, en la localidad de Salave (Tapia de Casariego). Pero el verdadero alcance e importancia del hallazgo no se conoció hasta la mañana de ayer, una vez que culminó la recuperación de los sacos, que hubo de hacerse por mar ante la dificultad que entraña el acceso al recinto desde tierra. No en vano la gruta se halla en un acantilado de 50 metros de altura y en un área muy escarpada y abrupta. Cada uno de los 166 paquetes, todos numerados de modo correlativo, contenía entre 25 y 30 tabletas de droga, con un peso cada una de 1. 100 gramos.

El cargamento fue localizado por una patrulla de la Guardia Civil de Tapia de Casariego, un municipio costero situado en el extremo occidental de Asturias y a escasos kilómetros de la fachada marítima de Lugo.

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Los agentes, alertados por varios vecinos, localizaron a las seis de la tarde del domingo dos vehículos estacionados en un lugar de difícil acceso y próximo a los acantilados -un Nissan Patrol, de color blanco y matrícula de Barcelona, con remolque, y un Opel Kadett, también del mismo color, con matrícula de Madrid y procedieron a registrarlos. En su interior hallaron varios teléfonos móviles, documentación de un coche Renault 11 y numerosas cuerdas y aparejos. Precisamente, fueron estos materiales los que indujeron a la sospecha de que se podría estar intentando un desembarco de droga o contrabando. En las inmediaciones fue detenido el conductor del todo terreno, Aladino M. F., de la ciudad pontevedresa de Lalín.

Una posterior inspección del lugar permitió a los guardias apercibirse de la presencia de los fardos, que estaban parcialmente visibles al bajamar mirando desde el borde del precipicio.

De inmediato, en la misma noche del domingo, se inició la operación de recogida de la droga, en la que colaboraron vecinos del lugar. Pero la dificultad y la peligrosidad del izado de los sacos, como consecuencia de lo accidentado del terreno y de la falta de luz, aconsejó suspenderla.

Así, la tarea se reanudó por mar a las 8.30 de ayer y se prolongó durante dos horas. Para ello se desplazaron hasta el sitio dos patrulleras del Servicio de Vigilancia Marítima (SVM) de la Guardia Civil, con base en A Coruña y Santander y que fondearon a un centenar de metros de la orilla.

Varias lanchas Zodiac procedieron al transporte de los fardos, cada uno de los cuales pesaba casi 30 kilos, desde los pedreros de la costa hasta las patrulleras, que, posteriormente, los trasladaron al puerto de Tapia de Casariego, donde las casi cinco toneladas de cocaína fueron desembarcadas a media mañana. Un camión condujo luego el cargamento hasta la Capitanía de la Guardia Civil en Luarca.

En el litoral asturiano ya se produjeron desembarcos de droga con anterioridad. En 1993 fueron detenidas varias personas gallegas acusadas de introducir una tonelada de hachís, nunca hallada, por Villaviciosa. Su juicio se celebrará este año. En 199 1, desde un barco, presuntamente fletado por las tramas gallegas, se arrojaron al mar, frente a Tazones, más de 1.000 kilos de esa droga. Varios pesqueros la pescaron con sus redes.

Un detenido y un marido en paradero desconocido

Tan sólo una persona había sido detenida por las fuerzas de seguridad en la operación de Tapia de Casariego hasta última hora de ayer. Aladino M. F., un gallego de Lalín (Pontevedra), continuaba en ese momento en el cuartel de la Guardia Civil de El Franco, municipio próximo a esa localidad.Los agentes estaban interrogándole con el propósito de desentrañar las circunstancias del caso y las conexiones y ramificaciones de lo que parece una red de narcotráfico perfectamente organizada, dado el volumen y las características de la droga que ha podido ser interceptada en la cueva natural.

Según trascendió, las investigaciones, que también abarcan de manera simultánea otras provincias; se centran ahora en la localización de un vecino de Trabada (Lugo) cuya esposa se personó en el cuartel de la Guardia Civil de la cercana localidad de Vegadeo para interesarse por el paradero de su marido tras tener noticia del descubrimiento de la cocaína.

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