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Ciscar acude hoy al congreso del PSPV sin mayoría asegurada para ser secretario general

El secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, acude hoy al congreso de los socialistas valencianos sin una mayoría clara que le permita postularse a la secretaría general. Pese a la hegemonía que se atribuyen los distintos sectores, los delegados al congreso extraordinario del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE) acudirán a votar sin una candidatura clara. Ciprià Ciscar; el portavoz en las Cortes regionales, Antoni Asunción, y el renovador Joan Ignasi Pla mantenían anoche intactas sus aspiraciones a dirigir a los socialistas valencianos.

La dirección provisional del socialismo valenciano, a instancias del secretario de Organización del PSOE, convocó ayer una reunión de delegados para intentar aproximar posiciones y lograr el consenso en torno a la figura de Ciprià Ciscar, que el jueves por la noche había asegurado tener el apoyo del 51% de los delegados. Aunque todos los aspirantes a la secretaría general y el responsable federal de Empleo, Joan Lerma, mostraron su disposición a que el congreso sirva para cerrar la grave crisis que atraviesa la federación, las espadas seguían ayer en alto.A menos de 24 horas para el inicio del cónclave, que tiene como único objetivo nombrar los nuevos órganos de dirección, la gestora del PSPV-PSOE, controlada por los ciscaristas, todavía tenía dificultades para acreditar a algunos delegados. Mientras, los distintos sectores del socialismo valenciano -ciscaristas, asuncionistas, lermistas y renovadores- mantenían una frenética ronda de contactos, que se mantendrá casi con toda seguridad hasta hoy para configurar una candidatura que tuviese una amplia mayoría.

La crisis de la federación regional se inició con la pérdida de las elecciones autonómicas de 1995 -al vencer el popular Eduardo Zaplana al socialista Joan Lerma-, según el análisis de Ciscar. En el octavo congreso, celebrado en julio de 1997, Joan Romero, al frente de una plataforma denominada Movimiento para el Cambio, resultó elegido secretario general contra pronóstico y por un estrecho margen de tres votos. En aquel congreso lermistas y ciscaristas votaron una lista alternativa que salió derrotada. Pese a los intentos por consolidar su mayoría, las disputas entre los distintos sectores se saldaron con la dimisión de Joan Romero como secretario general y candidato a la Presidencia de la Generalitat el pasado 27 de mayo. La situación obligó a Ciscar a nombrar una dirección provisional, que ha estado permanentemente cuestionada, y a elegir un candidato electoral. Antoni Asunción asumió el reto de presentarse frente a Zaplana. Las elecciones confirmaron que el PP había agrandado la brecha con el PSOE en la Comunidad Valenciana.

Rebelión de concejales

Ciscar, tras constatar que la actuación de la gestora del PSPV había provocado una rebelión de concejales, decidió el pasado mes de julio convocar un congreso extraordinario para elegir una nueva dirección. Los seguidores de Joan Romero, que acusan a Ciscar de ser juez y parte en la crisis, se aglutinaron a mediados de agosto en torno a la candidatura de Joan Ignasi Pla, que anunció su decisión de aspirar a la secretaría general. Tras la elección de los delegados al congreso, el portavoz parlamentario, Antoni Asunción, dejó sus titubeos el pasado miércoles cuando anunció en una reunión de delegados y representantes del partido su disposición a asumir la secretaría general. Sólo un día después, Ciscar realizaba unas declaraciones similares en un gran acto de adhesión convocado por sus partidarios.

Sin embargo, ninguno de los sectores cuenta con una mayoría suficiente como para presentar en solitario una candidatura con posibilidades de éxito. Son necesarias, al menos, tres familias para lograr que la dirección sea elegida por una amplia mayoría que cierre la balcanización existente en la segunda federación por número de militantes del PSOE.

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Al cierre de esta edición, proseguían las conversaciones entre los distintos sectores. Aunque Lerma mostraba su disposición a apoyar las aspiraciones de Ciscar, sus seguidores mantenían posiciones más próximas a las del renovador Pla. Antoni Asunción intentaba esgrimir su condición de portavoz parlamentario para liderar el partido, aunque no contaba con apoyos suficientes y, aunque ofreció la presidencia a Ciscar, sus partidarios se negaban a apoyar al secretario de Organización del PSOE.

Los renovadores apostaban por Pla y por un amplio relevo generacional.

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