_
_
_
_
_
Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Aminetu, prisionera en su propia casa

"Pido al Gobierno que me traslade a la cárcel y acabe con esta estrategia estúpida"

"Este barrio está prohibido", dice un policía. El agente, vestido de paisano, está plantado a la entrada de la calle Bir Jedid (Pozo Nuevo). Junto a él, decenas de policías -de paisano y de uniforme- sitian la casa de Aminetu Haidar. A las diez de la mañana de ayer (una hora más en la Península), impidieron el paso al doctor Domingo de Guzmán, médico de la activista saharaui. En plena discusión, apareció por la calle una mujer tambaleante, vestida con una melfa blanca a rayas marrones. Al principio no le prestaron atención. Pero cuando se acercó descubrieron que se trataba de la propia Aminetu, que avanzaba apoyada en su hija, Hayat, y en otro familiar. La mujer, que tras 32 días en huelga de hambre sólo se alimenta con agua, Acuarius y una cucharada de compota cada hora, se había visto obligada a salir de la cama. Tuvo que apoyar la cabeza sobre el capó de un coche para no desplomarse. Una vez recuperada, se encaró con los agentes hasta que logró que franquearan el paso al médico.

Más información
Marruecos considera que España y Francia han dado un aviso a Haidar

Haidar ha logrado volver a El Aaiún, pero las autoridades marroquíes la han sometido a un cerco que se parece mucho a un arresto domiciliario. "La policía sólo deja pasar a casa a mis familiares", denunció por teléfono a EL PAÍS. Y lanzó un desafío a Rabat. "Pido al Gobierno que me traslade a la cárcel y punto, y que termine con esta estrategia estúpida". Relató que, además de a otras muchas personas, los agentes le impiden ver a sus compañeros en la defensa de los derechos humanos. Ella adivina que lo que está viviendo estos días es una señal de lo que sucederá cuando logre recuperarse: "Creo que me impedirán salir a la calle".

La presión de la policía recuerda a los peores años del reinado de Hassan II, padre del actual monarca. Los coches azules de los antidisturbios patrullan las calles del barrio de Zemla, donde vive Haidar. En el aeropuerto, son decomisados los periódicos españoles que traen los viajeros. Y cuando un periodista toma un taxi, enseguida se acerca un policía para preguntarle al conductor adónde va a llevarle.

Mientras en torno a la casa de Haidar la policía mantenía el cerco, en el otro extremo de la ciudad cortaba el tráfico para que pudiera desarrollarse una manifestación en defensa de la marroquinidad del Sáhara. Hacia las cinco de la tarde, un centenar de personas se concentraron en la plaza Mechuar, frente al Palacio de Congresos. Enarbolaban banderas marroquíes y retratos de Mohamed VI, y coreaban consignas como: "Sáhara marroquí", "Viva Mohamed VI" y "Haidar, traidora".

[Unas 600 personas, según la policía, se concentraron ayer en Madrid en apoyo de Haidar y de la autodeterminación del Sáhara. Entre los asistentes se encontraban el coordinador de IU, Cayo Lara; el diputado de esa formación, Gaspar Llamazares; el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, y los actores Alberto San Juan y Pilar Bardem. "Marruecos culpable, España responsable" o "Mohamed [VI] capullo, el Sáhara no es tuyo", fueron dos de las consignas coreadas].

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_