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Amnistía afirma que los jueces no aplican la agravante de racismo

"No te sirvo porque eres gitano". En España uno tiene que ser así de explícito para que se aplique el agravante de racismo. Esta frase la pronunció el dueño de un bar de Valladolid. Fue uno de los dos únicos casos en que en 2006 se aplicó el agravante de racismo, según los cálculos de Amnistía Internacional, que ayer denunció en la presentación de su informe Entre la desgana y la invisibilidad la falta desentencias que condenen la discriminación étnica. Este agravante está en el Código Penal desde 1995.

La Universidad de Valencia buscó entre los casos juzgados entre 1996 y 2005 y sólo encontró 14 ocasiones en las que se alegara discriminación racial y menos aún, seis, en las que el juez lo tuvo en cuenta. "Este agravante es difícil de demostrar", afirma el coordinador del colegio de abogados para casos de racismo y xenofobia, Juan Antonio Iglesias. "Por ejemplo, en una paliza a un marroquí, si el agresor no grita 'moro de mierda', será casi imposible aplicarla". Pero Iglesias apunta a otro problema: tampoco hay denuncias. "Estos colectivos se sienten ya marginados y creen que de no servirá de nada denunciar".

Amnistía Internacional denunció además que en España no existen datos oficiales sobre racismo pero se fijó en los incidentes ocurridos recientemente en A Coruña y Pontevedra, donde los vecinos se opusieron al realojo de unas familias gitanas. La organización reclama a la Xunta de Galicia que redacte un plan autonómico de lucha contra el racismo.

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