_
_
_
_
_

La Armada arresta a los pilotos del helicóptero que se estrelló en Yibuti con 11 tripulantes

La investigación concluye que el siniestro, que se saldó sin víctimas, se debió a una imprudencia

Miguel González

El pasado 30 de noviembre estuvo a punto de pasar a la historia de las Fuerzas Armadas españolas como el día más negro desde que éstas iniciaron sus misiones en el exterior, en 1988. Un helicóptero AB-212 se estrelló en la República de Yibuti, en el Cuerno de África, con 11 militares a bordo. Sólo la pericia del piloto evitó que se produjeran víctimas mortales además de la destrucción del aparato. La Armada, sin embargo, ha decidido, tras una investigación, arrestar al piloto, al copiloto y al superior que autorizó el vuelo, por considerarlo una imprudencia.

De los 11 militares que viajaban en el AB-212, ocho eran del Ejército del Aire y tres de la Armada, todos integrados en la Operación Libertad Duradera de lucha contra el terrorismo. Sin embargo, ha sido la Armada la que ha abierto el expediente informativo, que ha culminado con la imposición de sanciones, ya que la aeronave y la tripulación pertenecían a la 3ª Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada, con base en Rota (Cádiz).

El copiloto, un teniente de Infantería de Marina, y el jefe de la unidad de aeronaves destinada en Yibuti, un capitán de corbeta, están cumpliendo ya un arresto de 15 días, como autores de una falta leve. El piloto, un capitán de Infantería de Marina, está pendiente de que se completen los trámites de su expediente, que son más prolongados al calificarse su conducta como una falta grave, sancionada con dos meses de privación de libertad en un centro disciplinario militar.

El Ministerio de Defensa informó en su día de que el accidente se había producido durante un "vuelo de instrucción", pero no explicó qué hacían a bordo los ocho miembros del Ejército del Aire. Estaban realizando, supuestamente, lo que se conoce como un "vuelo de ambientación", algo habitual cuando se llega destinado a una zona desconocida.

La mezcla de ambos tipos de vuelo, en condiciones meteorológicas adversas debido a las altas temperaturas, y con una orografía especialmente complicada, cuando no existía ninguna necesidad perentoria, se ha considerado por el instructor del expediente como un acto de imprudencia y un incumplimiento de las normas más elementales de seguridad.

La responsabilidad no recae sólo sobre el piloto, sino también sobre el copiloto que le acompañaba y el oficial que mandaba los dos helicópteros desplegados en Yibuti, quien nunca debió autorizar el vuelo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

De los 11 militares, sólo un capitán del Ejército del Aire sufrió lesiones en una pierna, de las que fue atendido en el hospital francés de Yibuti.

Respecto al aparato destruido, era uno de los nueve helicópteros medios de transporte Augusta Bell 212 que le quedaban a la Armada. Aunque su coste en el mercado puede superar los 12 millones de euros, era un aparato muy antiguo, adquirido a finales de los setenta, lo que reduce el daño económico, según las fuentes consultadas.

Las mismas fuentes señalaron que el principal objetivo de estas sanciones, habituales en otras Fuerzas Armadas de la OTAN pero no en las españolas, es advertir de la necesidad de que se cumplan escrupulosamente las normas de seguridad, sobre todo cuando se realizan misiones en el extranjero.

España no ha llegado a reponer el helicóptero destruido, por lo que actualmente quedan tres en la zona; dos de ellos a bordo de la fragata Navarra y el buque de aprovisionamiento Patiño. Está previsto que ambos buques emprendan mañana el viaje de regreso tras haber permanecido tres meses en el golfo de Adén, integrados en la flota multinacional TF-150, bajo el mando del contralmirante español Juan Moreno Susanna.

Relevo en el Índico

Éste será relevado por el contralmirante italiano Rinaldo Veri, quien asumirá el control de la zona al frente de una agrupación naval de la que forma parte la fragata española Canarias, junto a la francesa Aconit y el destructor italiano Mimbelli.

Durante su estancia en el Índico, los buques españoles interceptaron un cargamento clandestino de misiles Scud norcoreanos, que finalmente fueron entregados por EE UU a Yemen. Además, han realizado varias operaciones de rescate, entre ellas la de una embarcación a la deriva con 95 somalíes el pasado 26 de noviembre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_