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Arzalluz y Urkullu niegan que Gorka Agirre estuviera implicado en la trama de extorsión de ETA

Ambos declaran junto a Egibar en la causa que investiga el cobro del impuesto revolucionario

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha tomado hoy declaración como testigos al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, al dirigente de esta formación en Guipúzcoa Joseba Egibar y al ex mandatario nacionalista Xabier Arzalluz, en el marco de la investigación sobre el aparato de extorsión de ETA. Arzalluz ha asegurado que el ex responsable de relaciones internacionales del PNV Gorka Agirre, imputado en esta causa como supuesto intermediario, y que compareció ante el juez el pasado viernes, no ha tenido ninguna relación con la banda. De ser así, "lo hubiéramos tenido que echar del partido", ha afirmado Arzalluz. "De Gorka conozco hasta la marca del calzoncillo; lo que le ha pasado es que de tanto ir y venir con ellos, la policía tenía su idea y se creía que era uno de ellos", ha añadido Arzalluz.

Urkullu también se ha ratificado en la inocencia de Agirre y ha señalado que le parece una "aberración" que alguien con su historial se vea en ese "trance". "Siempre ha sido uno de los defensores de no ceder al chantaje de ETA", ha afirmado Urkullu, para quien la función de Agirre sólo consistía en conocer cuál era la actividad de ETA para transmitirla al partido. El presidente del PNV ha expresado su confianza en que se archive la causa.

Agirre negó la semana pasada ante Garzón haber colaborado con el entramado de extorsión de ETA y aseguró que siempre se había limitado a aconsejar a los empresarios amenazados que le pedían ayuda. En julio de 2006, el juez Garzón imputó a Agirre un delito de colaboración con organización terrorista por su supuesta labor como intermediario entre empresarios vascos y ETA en el cobro del impuesto revolucionario, y le impuso una fianza de 12.000 euros. Las comparecencias de Arzalluz, Egibar y Urkullu, solicitadas por la defensa, pretenden conseguir que el juez revise la situación procesal del ex dirigente del PNV y revoque su condición de imputado, según fuentes jurídicas.

En su declaración ante Garzón, Agirre solicitó al juez la retirada de la imputación que pesa sobre él. El ex dirigente nacionalista explicó que siempre que acudía a él un empresario extorsionado por ETA le recomendaba no sólo no pagar el dinero demandado, sino que ni siquiera acudiese a la cita con los etarras, y les aconsejaba ponerse en contacto con el departamento del Interior del Gobierno Vasco para denunciar el chantaje.

Además de este sumario sobre el envío de cartas de extorsión y el cobro del impuesto revolucionario, Garzón instruye otras dos causas relacionadas con el aparato de extorsión de ETA, una que investiga las cuentas bancarias que el dueño del bar Faisán de Irún, Joseba Elosua, tiene en paraísos fiscales europeos y otra que indaga el presunto chivatazo policial que alertó de la operación que se iba a llevar a cabo en el citado bar.

París juzga a dos etarras acusados de extorsionar a empresarios

El juicio a dos supuestos miembros del aparato de extorsión de ETA, Aitor Cortázar García y Zígor Merodio Larraona, se ha abierto hoy en el Tribunal Especial de lo Criminal de París, en medio de fuertes medidas de seguridad. Los dos presuntos etarras están imputados por diversos cargos, en particular la extorsión de empresarios vascos y navarros para el cobro del impuesto revolucionario. Cortázar, de 38 años, también está acusado de causar heridas a tres agentes municipales, cuando en un coche robado intentó escapar a un control policial casual que condujo a su arresto, el 4 de abril de 2003, a las afueras de Burdeos. Merodio, de 33 años, comparte con Cortázar imputaciones como asociación de malhechores con fines terroristas, receptación de vehículos robados, tenencia ilícita y transporte de armas o documentación falsa, y, además, se le acusa del robo a mano armada de un coche y del secuestro de una mujer para utilizarla como rehén en su fuga. Los investigadores han establecido que Merodio y otro etarra no identificado estaban en el mismo coche que Cortázar, cuando se toparon con el citado control cerca de Burdeos, en 2003.

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